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Vamos más allá de lo básico, más allá de la carrera constante contra el tiempo, la información será contundente pero detallada.

Damián, el argentino aventurero que abrió una guardería y hospital de plantas en Aranjuez

viernes, 09 febrero 2024 POR Exclusivo Colombia
Ave de Paraíso Damián

Ave de Paraíso, el nombre del proyecto, queda al frente de la cancha Ana Frank, en Aranjuez

—¿Querés un carajillo?—pregunta Damián—. Acá hacemos ocho clases de carajillos, todos con diferentes licores. ¿Querés uno, eh?

Damián es argentino y vive en Aranjuez, no la ciudad española, sino la comuna 4 de Medellín. Dio mil vueltas antes de anclarse allí. Antes anduvo en buses que cruzaban toda la Argentina. Viajó de sur a norte, de la Patagonia a Misiones, entrando en cada una de las bibliotecas públicas de los pueblos más recónditos. Pero ya antes había vivido en Río de Janeiro, a donde llegó sin hablar una palabra de portugués. En la vieja capital imperial trabajó en un restaurante, donde le prepararon una piecita,  un refugio para esconderse como migrante ilegal y menor de edad. 

—Te voy a hacer un carajillo con un licor especial—Damián toma una botella y la enseña—, es un trago vikingo. Vas a probar un carajillo muy particular. 

Mientras el café hierve y se filtra, Damián cuenta historias que fluyen y se ramifican. Después de trabajar varios años en una empresa de transporte, estuvo en Chile compartiendo con una comunidad autónoma, cerrada, que sembraba su propia comida. Cada persona se dedicaba a una labor diaria, bien podía ser lavar los platos o sembrar maíz, e iba rotando cada día hasta completar 30 actividades diferentes. 

—Mirá—dice Damián, estirando la mano con el carajillo humeante. 

En Ave de Paraíso se ofrecen todo tipo de plantas.

Las historias del argentino se bifurcan. Comienzan en San Francisco, su ciudad natal en la provincia de Córdoba, y pasan a La Paz, la capital de Bolivia. En esa ciudad, que está a 3.600 metros sobre el nivel del mar, conoció a Maira, su pareja actual y quien lo arrastró hasta Aranjuez. Maira es colombiana, artista plástica. 

El carajillo vikingo, humeante, baja por la garganta y deja un sabor agradable, acaso frutal. Damián guarda buenos recuerdos de La Paz, una ciudad que, pese al frío, recuerda por la calidez humana y el trato cercano de la gente. 

—En Bolivia hay 30 lenguas indígenas que persisten—, dice Damián, que camina apoyándose en un bastón. Una caída en la mañana lo dejó adolorido y bromea con que estuvo a punto de matarse—. Cristóbal Colón no descubrió América, era más bien un pirata, un delincuente al que la reina (Isabel) ya no aguantaba, ¿cierto?

Damián diserta sobre la historia de América y arguye que varios milenios antes de 1492 hubo un comercio entre pueblos americanos y africanos. 

Damián Ave de Paraíso Exclusivo Colombia
Damián y Maira con Víctor Gaviria en uno de los festivales de cine

Luego del discurso americanista, Damián vuelve a su vida y cuenta que, además de botánico empírico, es escritor. Aunque ahora escribe sobre plantas, en el pasado publicó una novela de ciencia ficción. Sabiendo que la gente lee muy poco, y bastante decepcionado por ello, pensó en una manera singular y atractiva de vender el libro. 

Estaba en La Paz y salió a la calle con un megáfono. Se ubicó en una esquina concurrida y anunció que un día después, en ese mismo punto, iba a estar regalando gaseosa y sánguches. 

Los vecinos fueron llegando y él y Maira repartieron los sánguches. Una vez la gente se sentó y comenzó a comer, les pidió el favor de quedarse. 

—Les dije que era la presentación de un libro y que escucharan de qué se trataba. Así presenté mi novela, La Atlántida de las Bermudas, de una saga que se llama Mi Viaje a Otro Mundo. 

Damián hace una pausa en la vasta conversación. Charla con un cliente que llega a pedir unas cervezas y hace bromas muy a menudo. Es un mamagallista, como dicen en la Costa, y disfruta vacilar con los vecinos. 

Por un chiste, precisamente, nació Ave de Paraíso, el curioso emprendimiento que montó en 2020 con Maira. Corría el tiempo lento de la pandemia, de las horas alargadas, y el argentino y su pareja veían pasar los días monótonos de Aranjuez: las motos raudas que pasan, los equipos de sonido que traquean reguetón y vallenato. Entonces se dieron cuenta de que un lote en el barrio, que se había convertido en un basurero y nido de ratas, había sido desalojado por el inquilino. 

Pensaron en un sueño mutuo, un vivero que pronto tomó proporciones impensables. Luego de los días enteros de sacar basura y adecuar el lugar, un vecino pasó y preguntó qué iban a hacer en ese espacio. Damián, bromeando, le dijo, socarronamente: 

—Vamos a montar una guardería de plantas. 

—Listo, entonces esta semana le traigo unas para que me las cuide. 

El vecino se lo tomó en serio y unos días después llevó sus plantas. Damián, sin chistar, las recibió y entonces el comentario de que habían abierto una guardería de plantas se esparció por Aranjuez. A Ave del Paraíso comenzaron a llegar plantas, algunas marchitas, y ahí el vivero se convirtió en clínica. 

—Si alguien tiene una planta en mal estado—dice Damián, ahora recostado sobre un sofá—, la trae y yo le hago un diagnóstico. Le digo si se puede recuperar y empiezo a trabajar: le cambio la tierra, le echo abono, le corto las hojas. Con paciencia se va recuperando. 

El cliente, como si el paciente hubiera salido de cuidados intensivos, siente un alivio al ver de nuevo las hojas verdes y vigorosas.  

Damián no es botánico, pero en su vida errante ha aprendido de todo un poco. Hoy habla con propiedad sobre especies y tipos de flores, sobre el periodo de las floraciones o el abono adecuado para un arbusto, pero hubo un día remoto en que fundó la primera empresa de programación de la ciudad de San Francisco, Córdoba. Otro día, perdido en un pasado sepultado por nuevos oficios, trabajó en la cocina de un restaurante y fue oficinista.  

Ave de Paraíso es muchas cosas más que un vivero. Maira da talleres de cerámica los sábados y la arcilla se cuece en hornos modernos, de gran calidad. La pareja ha ofrecido tres festivales de cine, uno de ellos sobre la violencia en América Latiana. Hasta el propio Víctor Gaviria se ha pasado por allí durante las proyecciones. 

—Ave de Paraíso es un espacio para la música. Cada tanto hacemos festivales con raperos, rockeros, música reggae. Es un oasis para el ruido, un remanso abierto para todo el barrio. 

Ave de Paraíso Exclusivo Colombia
Cuidar y recuperar plantas es una de las especialidades de Damián.

Es tanto así que algunas veces han llegado a tomarse unas cervezas personas que tienen rencillas por fuera, y entonces de miran feo, se tratan con hostilidad. Damián sirve de mediador y los conmina a vivir en paz. En Ave de Paraíso no hay espacio para la violencia.

La vida errante de Damián ancló en Medellín y allí permanecerá unos años más. Después hay otros sueños, también movidos por la aventura, que hablan de un bus-cocina que recorrerá los Andes, los valles y los desiertos de nuestra América, pero para ello habrá que esperar. El presente está hecho de plantas, música, cultura y paz. 

—¿Querés otro carajillo, eh?

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El Coronel, detrás del uniforme

viernes, 09 febrero 2024 POR Exclusivo Colombia
El Coronel Exclusivo Colombia

Habla el Coronel Carlos Martínez, comandante de la Policía de Antioquia. Narró detalles del rescate de un antioqueño que fue secuestrado por una célula fundamentalista en Israel, su paso por las direcciones de Investigación Criminal e Inteligencia. Actualmente dirige uno de los comandos de policía en Colombia donde tiene a su cargo cerca de 5 mil hombres y mujeres. También habló de su vida sin uniforme y su familia

Son las 8:00 a.m.  y el intenso calor que cubre por estos días a Medellín se hace notar. Llegó la hora de la entrevista y un periodista de Exclusivo Colombia ingresa a la oficina del oficial que tiene a su cargo más de 5 mil policías en Antioquia.  Está rodeado de hombres y mujeres que trabajan a toda marcha para entregarle con detalle cada novedad de la seguridad en los cerca de 100 municipios y 42 corregimientos que están bajo su responsabilidad.  La instrucción es clara: solo tiene 30 minutos para atender al reportero porque a su agenda del día no le cabe un compromiso más.

No le gusta hacerse esperar. A la hora pactada se desconectó de su agenda nacional y recibió al periodista, con un apretón de mano. Todo el tiempo está de buena actitud, pese al estrés que podría causarle su responsabilidad. Es un observador detallado, tanto así, que siempre mira a los ojos a quien se dirige a él.

En su oficina, tiene un cristo y la imagen de Jesús. Dice que ser creyente es personal y para él significa “hacer el bien”. Antes de comenzar el diálogo, sus hombres le entregan los últimos informes del balance de seguridad de enero que debe entregarle en las próximas horas al gobernador de Antioquia y no hay lugar para errores en las estadísticas. 

Se trata del Coronel Carlos Martínez, el comandante del departamento de la Policía de Antioquia. Quizás para la opinión pública es uno de los tantos oficiales que aparece en televisión dando la cara en situaciones adversas como asesinatos, atentados, desplazamientos o resultados importantes como grandes operaciones contra los grupos armados, pero lo que muchos desconocen es su preparación.

Cortesía: Policía de Antioquia

Martínez nació en Bogotá, tiene 47 años y antes de cumplir la mayoría de edad se convirtió en policía “yo soy un policía más, de los cerca de 176,000. Ya llevamos 29 años desde que ingresamos, desde que era niño soy policía, desde los casi 15 años, casi los 16”.

Es administrador policial, estudió ciencias policiales y administración  superior de seguridad pública, en el ministerio del interior (Ambos en Chile), cursó una especialización en gerencia estratégica, es técnico profesional en policía judicial y  su hoja de vida certifica múltiples cursos, entre ellos de  estrategia, operaciones y  prospectiva, con la Unión Europea, particularmente con Europol y  Agencias Federales como El  FBI, La  Agencia Central de Inteligencia, y el  Servicio de Seguridad de Inteligencia Canadiense.

En la época más aguda del conflicto armado en Colombia se abrió paso con importantes misiones y su carrea surgió a partir de dos especialidades: su primera unidad fue en la dirección de Investigación Criminal o Policía Judicial, luego llegó con el grado de capitán a la dirección de Inteligencia, donde trabajó cerca de 15 años. Agregó que este último se convirtió en un reto desafiante, peligroso y que enfrentó a la delincuencia con las hábiles estrategias que todos los días quedaron al descubierto por un selecto equipo de investigadores que lideró.

En este cargo, dice, participó en muchas operaciones contra el delito, también tuvo como misión ubicar personas requeridas en varios continentes del mundo, aportando a esclarecer casos como feminicidios de colombianas en Ecuador y Paraguay, pero narró una historia sin precedentes que le midió su capacidad como policía y ser humano “fue el caso de un joven de Rionegro que había sido reclutado por una célula fundamentalista, estaba de vacaciones en Israel, pero radicado en Europa. De un momento a otro se perdió. La familia perdió contacto con él y gracias a la cooperación internacional, al método de verificación y al trabajo de la policía logramos rescatarlo, ubicarlo y traerlo de nuevo. Nunca lo conocí, nunca hablé con ellos. Quedó en la historia el recuerdo para la familia. Son muchos casos así que le llenan a uno el corazón como policía, de poder servir”.

Cuenta que su carrera le ha permitido trabajar con policías de varios países y demostrar con hechos que “la policía de Colombia es una institución del primer mundo de las policías… es una policía preparada y capacitada”. Trabajó como jefe de la Oficina de Asuntos Internacionales y luego como jefe de INTERPOL. Pero aquí no termina su ciclo, la vida le trajo otra misión: fue designado como comandante de la Policía de Antioquia.

Cortesía: Policía de Antioquia

 Aunque su día a día está marcado por una compleja agenda que le exige estar casi las 24 horas conectado con la realidad de la seguridad en Antioquia, todo puede cambiar en minutos. Dice que, si hay alguna novedad con los habitantes del departamento que exija su presencia, la orden es cancelar los compromisos institucionales y cumplir su deber con el ciudadano “Antioquia tiene complejidades, pero tiene más oportunidades. Todas las formas de delito se pueden presentar aquí, pero hay algo muy significativo que desde el primer día lo sentí: es la valoración, el respeto y el cariño que se tiene hacia el policía. Aquí el policía independiente de donde esté o el grado que ostente, es visto como una figura única de servir y proteger”.

Quedan pocos minutos para terminar la entrevista y el tiempo se agota, pero llegó el momento de hablar de su otra cara, esa que muy pocos conocen, la de un exitoso policía sin uniforme. El coronel Martínez reveló que su vida no sería feliz sin su familia y sin el inmenso cariño y apoyo de sus seres más queridos, a quienes les ha recompensado con su ejemplar trabajo la distancia que exige su profesión. Contó en Exclusivo Colombia que es casado hace 23 años y su esposa trabaja en el sector público. Tiene dos hijos: Santiago de 20 años, quien eligió ser administrador y está en la etapa final de su carrera profesional y Sergio de 13 años, quien actualmente se encuentra cursando el bachillerato.

Hablar de ellos le produce alegría, lo dicen sus expresiones. Reveló que, además se ser un policía con experiencia en altos cargos y delegaciones internacionales, es un enamorado de la cocina “cuando tengo la oportunidad de estar con mis hijos, el día comienza temprano, les preparo el desayuno ¡me encanta! es una forma de hacer algo diferente… Bueno, yo soy creativo en la cocina, tomo varios elementos. Vamos a la iglesia, hacemos deporte, vamos a cine, visitamos a mi mamá, casi que es un tema mandatorio en mis visitas a Bogotá. Cada 50 días nos encontramos”.

Agrega que quitarse el uniforme le recuerda todos los días que es un ciudadano más que debe cumplir la ley, hacer fila y respetar al otro, como así le ha enseñado a sus hombres y mujeres, a quienes los trata como su familia. Tiene un profundo cariño por los animales, aunque en su casa ya no hay porque uno de sus hijos sufrió una situación de salud y los dos gatos que adoptaron tuvieron que ser  entregados a una familiar para que se hiciera cargo de ellos, pero en su lugar de trabajo  hay otro personaje especial: se trata de Tedy, un perro que fue abandonado en la puerta del comando y que él decidió adoptar como la mascota que hoy se pasea con libertad y recibe todo el cariño y la compañía que sus propietarios quisieron omitir.

Periodista: ¿Qué lo hace sonreír y que lo hace llorar?

Coronel Carlos Martínez: “lo que más me alegra y lo que más genera una sonrisa es ver el verdadero rostro de un buen policía, eso me da mucha alegría, ese policía que vive para la policía y no de la policía. Y lo que trae lágrimas y sentimientos: cada vez que un policía pierde la vida”.

Periodista: cuándo hablan de corrupción en la policía ¿Usted que piensa?

Coronel Carlos Martínez: “la corrupción es inaceptable en la actividad de policía, aquí hay una libertad de pensamiento, la policía puede tener errores.  Nosotros somos una institución de control, usted puede ir en su carro y puede exceder los límites de velocidad y aplicar una sanción social, lo mismo en un procedimiento de un cierre o detención. Yo invito a las personas a que cualquier acto incorrecto de un policía sea denunciado. Yo ofrezco una excusa en el momento que haya un comportamiento indebido de algún funcionario y que entiendan que esto no es un tema generalizado, son comportamientos individuales”.

Periodista: ¿Qué piensa del rol de la mujer en la policía?

Coronel Carlos Martínez “Yo siempre he preferido tener mujeres dentro del grupo cercano ¿En qué sentido? Son personas que tienen un sentido amplio de responsabilidad dentro de la organización, que tienen una visión clara de las cosas . En el grupo de seguridad que me acompaña también hay mujeres… Cada vez, la participación de la mujer es más importante en la sociedad”.

Ya no hay más tiempo de responder preguntas, el Coronel tiene la agenda medida y su equipo le recuerda que tiene 15 minutos para llegar a la Gobernación de Antioquia. El periodista de Exclusivo Colombia acepta acompañarlo a cumplir su agenda y durante el recorrido, el alto oficial cuenta que “vamos a la gobernación, hoy tenemos dos temas de agenda, el primero es una rueda de prensa con el balance del primer mes en materia de seguridad y convivencia, un mes muy importante con resultados, es el trabajo de los policías, capturas, incautaciones y, lo más importante, es aportar a salvar vidas, es un factor importante del servicio de la policía”.

Periodista: ¿Le da temor la amenaza de los grupos armados en contra de la población?

Coronel Carlos Martínez: “hay que ser disciplinado y respetar el cargo y la profesión. En Antioquia los 5 mil policías que tengo el honor de liderar, todos ellos están en los territorios, desde luego uno entrega mucha parte de su vida a Dios. Se confía en el trabajo que se hace en el territorio por los hombres y mujeres policías. Yo les digo siempre que cuando alguien es capturado en ese momento sigue siendo persona y tiene derechos, así que hay que tener respeto por la profesión y el respeto por la profesión y las personas son garantía de seguridad”.

El coronel Carlos Martínez cumplió con su agenda, se reunió con el gobernador de Antioquia, regresó al comando, atendió todos los pendientes y después de una intensa jornada, salió con la misma sonrisa con la que madrugó. Y aunque volvió al comando, debe estar listo para cualquier eventualidad que exija su presencia. Sus hijos y su esposa al final del día esperan una llamada y poder hablar.

Cortesía: Policía de Antioquia
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Contrastes de San Ignacio: cultura, libros, lectura…Licor y peleas callejeras

lunes, 05 febrero 2024 POR Exclusivo Colombia
Plazuela San Ignacio Exclusivo Colombia

Aunque la plazuela es agradable y muchos pasan allí horas de ocio, preocupan el consumo de drogas y las riñas, que se han vuelto constantes

La tarde es tranquila en la Plazuela San Ignacio, centro de Medellín. Las ceibas centenarias ofrecen sombra a quienes juegan ajedrez. Un hombre lee el periódico El Tiempo, y va pasando las páginas con tranquilidad; una vendedora ambulante ojea El Colombiano, y habla sobre la situación de los vendedores. La plazuela no va al mismo ritmo de otros parques del centro, donde el desorden es la ley. Sin embargo, cada vez con más frecuencia, hay episodios que arrebatan la tranquilidad del sector. 

San Ignacio está lleno de contrastes. Es sede del claustro San Ignacio de Comfama, que a finales del año pasado fue remodelado y hoy tiene un agradable teatro que acoge a los visitantes. Comfama, desde que se hizo con el claustro en 2003, ha tratado de recuperar el espacio público y de convertirlo en un espacio para todos, donde hay música, lectura, café, ajedrez y tertulia. 

Y el resultado es evidente. Las mesas de ajedrez están llenas en un miércoles por la tarde. Son hombres de mediana edad los que pasan las horas allí jugando, haciendo chistes, tomando tinto.  Son asiduos asistentes que van consiguiendo compañeros de juego que con el tiempo pueden convertirse en amigos. 

San Ignacio
En el parque preocupa la llegada de habitantes de calle que fueron desplazados de otras zonas.

La tranquilidad bohemia de San Ignacio contrasta con una realidad cada vez más apremiante: el consumo de licor y las riñas. Esos son problemas que llevan décadas y ninguna administración ha podido controlar, pero quienes pasan las horas en la plazuela, bajo la sombra de las ceibas o jugando ajedrez, pueden dar fe de que las cosas han desmejorado. 

Gloria Inés Giménez es una vendedora de tinto y dulces en San Ignacio, donde lleva 37 años. En ese tiempo ha tenido oportunidad de ver de todo, como se podrá imaginar el lector de este corta crónica. Gloria está convencida de que la plazuela está pasando por sus peores días. 

En primer lugar, dice Gloria, la administración de Daniel Quintero no hizo un trabajo juicioso con el control del espacio público, por el contrario, hubo una explosión de ventas callejeras con y sin permiso que hoy complican la convivencia en calles y parques. Por otro lado, dice la vendedora, lo que la actual alcaldía de Federico Gutiérrez ha llamado la intervención de la Plaza Botero ha tenido coletazos en San Ignacio. 

Gutiérrez ordenó retirar las vallas que la administración anterior había utilizado para circundar el parque. También se dio la orden de recuperar buena parte del espacio que está debajo del viaducto del metro, muy ocupado por ventas irregulares. Así que vendedores informales y habitantes de calle que pasaban allí sus horas se desperdigaron por el centro. 

Como lo contó Exclusivo Colombia en una nota anterior, muchas de esas personas fueron a dar al Parque Bolívar, donde está la Basílica Metropolitana. 

Pues bien, Gloria dice que lo mismo está pasando en San Ignacio y alega que no hay personal de Espacio Público ni de la Policía: 

“Han llegado acá y ellos se conocen entre ellos. Entonces van llegando y los otros los reciben, los abrazan, y un rato después están peleando”, comenta la vendedora, que continúa: “Por cualquier cosa pelean y sacan cuchillos. El otro día quedé en la mitad de la pelea y casi me tumban la chaza”. 

Esa realidad se hace palpable con solo estar un rato en la Plazuela. Junto a la iglesia hay un hombre desarrapado que duerme sobre el suelo. En una de las bancas hay dos hombres más que toman de una botella de licor, que guardan en un maletín, e inhalan cocaína. Luego se limpian la nariz. 

San Ignacio es un reflejo de lo que es Medellín. Esa plazuela, muchos no lo saben, resguarda buena parte de la historia de la ciudad. A finales del siglo XVIII, como lo confirma Luis Javier Villegas en un artículo recopilado en la enciclopedia Historia de Medellín, el visitador Juan Antonio Mon y Valverde encontró a la provincia de Antioquia en estado de “atraso y abandono”. Lo que más resaltó el visitador fue que, pese a que las dinámicas sociales crecían, no había establecimientos educativos y se carecía de una “escuela de primeras letras”

Luego de ires y venires administrativos se dio la orden de construir esa escuela en 1803. Ese sería el inicio de la Universidad de Antioquia. 

El claustro se convirtió, durante la Guerra de Independencia, en acuartelamiento de los realistas; luego fueron los republicanos quienes lo usaron de trinchera. Más tarde, en ese mismo siglo de sucesivas guerras civiles, sirvió de escondite durante el conflicto de los Supremos. 

La iglesia pasó de manos de los franciscano a los jesuitas, y por eso se adoptó el nombre de San Ignacio de Loyola. Cuentan también los cronistas de comienzos del siglo XX que muy del claustro se reunían los 13 panidas, el grupo de jóvenes intelectuales rebeldes que incluso protagonizaron una sonada pelea en ese sector. 

San Ignacio es reflejo de lo que es y ha sido Medellín. Los que asisten a jugar ajedrez y los vendedores ambulantes esperan que la cultura se imponga ante el desorden que se avizora. Hacen un llamado urgente a la Alcaldía. 

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La verdadera cara de “La Madrina” de Barrio Antioquia Griselda Blanco

domingo, 04 febrero 2024 POR Exclusivo Colombia

Exclusivo Colombia habló con José Guarnizo, el autor del que es, tal vez, el más conocido libro sobre Griselda Blanco “La Patrona de Pablo Escobar”, en el que se cuenta la historia de la más temible narcotraficante, que se inventó el sicariato en moto, las rutas de la coca, e intentó secuestrar al mismísimo hijo del presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy.

Una vez, cuenta un familiar de Griselda Blanco, ella, con su particular jactancia y poder de intimidación, en una fiesta propia de cualquier narco en una película de Hollywood, sacó una bandeja de plata para servir a sus invitados y dijo “yo soy la reina de la coca”.

Pocos saben que ese detalle obedece a un delito del que se sentía orgullosa. Mandó a robar, en el propio Palacio de Buckingham, en Londres, una bandeja y la vajilla en la que la Reina Isabel tomaba el té, solo para presumir ante sus amigos y mostrar ese poder que era indiscutible entre la mafia de toda América.

Griselda Blanco era conocida como “La Madrina”, la “Viuda Negra”, “La Reina de la cocaína” y ninguno de los alias fue en vano. Lejos de ser un personaje de serie de Netflix, fue una narcotraficante temible, tanto como para ser prioridad para el gobierno de Estados Unidos, mucho antes que Pablo Escobar.

Exclusivo Colombia investigó los cinco datos más relevantes y menos conocidos de la narcotraficante, que, por cuenta de una nueva serie televisiva protagonizada por Sofía Vergara, pone a hablar al mundo de la coca colombiana y el narcotráfico de los 70 y los 80.

Esta es tal vez, una de las más reconocidas fotografías de Griselda Blanco, rodeada de flores y vistiendo traje de diseñador. El próximo 14 de febrero cumpliría años, pero fue asesinada en 2012 en una carnicería del barrio Belén. Foto: cortesía.

1- Le atribuyen su primer crimen a los 11 años

Casi todas biografías acerca de “La Madrina”, coinciden en reseñar un crimen atroz, como su inicio en el bajo mundo. Apenas con 11 años de edad, dicen los archivos judiciales, Griselda ya era parte de un grupo delincuencial de Barrio Antioquia, un recodo de la comuna de Belén en Medellín, al que llegó después de vivir en Lovaina, desplazada de Cartagena con su familia.

Antes de iniciar los años 60, la banda, casi todos menores de edad, se dedicaban al hurto, pero pasaron al siguiente nivel cuando secuestraron a un niño de 10 años de clase alta en Medellín.  Al niño, cuya identidad fue reservada por años, lo tuvieron amarrado por varios días, pero su familia no pagó el rescate a tiempo. Griselda, retada por sus cómplices, le disparó en la cabeza a sangre fría.

Lo que sigue es una historia criminal que se escapa de cualquier guion de Hollywood, que incluye más de 100 muertes comprobadas (se dice que pueden ser más de 250), entre ellas las de sus tres parejas sentimentales. De ahí salió su otro alias “La viuda negra”. Aunque hay dudas aún.

“Griselda Blanco está lejos de ser una heroína como en algunos relatos se ha mostrado.  No me refiero específicamente a la serie de Sofia Vergara porque en la serie de Sofia Vergara se logra mostrar un poco como esa atmósfera que se creó alrededor de Griselda en Miami y de todos los muertos, aunque se dan unas licencias para cambiar ciertas cosas. Por ejemplo, ahí muestran que ella supuestamente mató Alberto Bravo, su segundo esposo cuando pues hay serios indicios y documentos que indican que a él lo mandó a matar Pablo Escobar.
Sin embargo, si hay una buena cantidad de testimonios y documentos de los que se puede inferir que ya sí habría tenido que ver con el asesinato de su tercer esposo, Darío Sepúlveda, padre de su hijo Michael Corleone, que creo que este es un dato importante y de ahí que se empezó a hablar un poco como de que ella representaba La Viuda Negra”. José Guarnizo, periodista y escritor de “La Patrona de Pablo Escobar”

2- Inventó el sicariato y puso en estado de guerra a Miami

Aunque en muchas de las series y biografías sobre Griselda Blanco se habla de su guerra en Miami, Estados Unidos, generalmente se ha pasado por alto el impacto que esto tuvo en la historia del crimen en el continente.

El alias de “La Madrina”, tal vez el más conocido, se da precisamente en los años 70, cuando huye de Colombia y pasa de New York a Miami en Estados Unidos, donde, según advierte el escritor José Guarnizo, crea su propio imperio, el primero conocido de un cartel colombiano de las drogas y cuyo único jefe y dueño era ella misma.

Era tan absoluto su poder en la organización, que solo se le conocían unos escasos hombres de confianza, el más cercano; Jorge Ayala Rivera, alias “Rivi”, quien solo logró salvar su vida, siendo testigo clave en el juicio que llevó a “La Madrina” a la cárcel por 19 años. Pero la historia comienza mucho antes.

Ella se inventó el sicariato como modalidad delictiva, primero en Medellín y luego en Estados Unidos. La imagen de hombres en motocicleta que asesinan a sus víctimas en movimiento, fue una macabra creación de Griselda Blanco para cobrar sus deudas. Según los testimonios recolectados en los archivos judiciales en Miami, fue la primera vez que en ese país se vio de manera sistemática el uso de esta modalidad en asesinatos selectivos.

Página del libro “La Patrona de Pablo Escobar”, de la Editorial Planeta y que reseña un titular de prensa sobre la guerra de narcos en Miami entre los 70 y los 80. Foto: Cortesía.

Y es que Miami, que para entonces ya era un paraíso tropical, se convirtió en un infierno cuando se desató la llamada “Cocaine Cowboys Wars”, una sangrienta lucha por el dominio del narcotráfico en la ciudad con decenas de muertos, masacres y el famoso caso del niño Jhonny Castro, de tres años, quien falleció víctima de disparos en un ataque sicarial a su padre Jesús “Chucho” Castro en 1982, de quien siempre se pensó que estaba muerto, pero reapareció en Medellín,  tras esconderse por más de 30 años de “La Madrina”.

La guerra de la cocaína en Miami perduró hasta 1984, cuando ya Pablo Escobar había incursionado en el mapa criminal con el Cartel de Medellín y usando las rutas de transporte de droga, que precisamente Griselda diseñó y administraba. Ya por esa época se vislumbraba un enfrentamiento con el capo, al que sobrevivió.

Miami, según datos del FBI pasó de una tasa de homicidios de 13.2 casos por cada 100.000 habitantes a 24 en 1984, una cifra muy parecida a la que tenía Medellín hace unos 10 años.

3- Su alias de “La Madrina”

A Griselda Blanco no le gustaba hacer pequeños negocios. Según sus allegados, los “cruces” de droga que realizaba en Estados Unidos, siempre se calculaban en toneladas. “Llegó un momento en el que tuvo muchos cuartos llenos de dinero, de dólares en efectivo que eran imposibles de contar”, dice el escritor José Guarnizo. Por esto, fue tal vez, la primera narcotraficante en usar el término de “caletas”, para describir los sitios de almacenaje de su dinero. El FBI calculó su fortuna en más de 500 millones de dólares en su momento, calculados en la actualidad, serían más de 1.5 mil millones de dólares, suficiente para aparecer en la revista Forbes.

Hay que decir que, al comienzo, otro invento que se le atribuye, es la creación de “las mulas”. Para esto creó una línea de ropa interior con compartimientos para esconder cocaína y que se pasara inadvertida en los aeropuertos.

Varios autores consideran que una parte de las escenas de célebre película “Scarface”, protagonizada de manera magistral por Al Pacino, tienen inspiración en apartes de la vida de Griselda.

No obstante, la afición, casi enfermiza de ella en el cine, tenía que ver con otra película, la obra maestra de Francis Ford Coppola “El Padrino”. Fue tal su afición a la historia de la familia Corleone, que a su último hijo lo bautizó Michael Corleone Blanco. Ahora él promociona su propia marca de ropa y produce la imagen de su madre.

Incluso, advierte en sus informes el FBI, imitaba los lujos de la película. Tuvo un anillo que fue propiedad de Eva Perón, compró un Jet privado y mandó a construir un busto de bronce con su rostro en tamaño real. Tenía una ametralladora enchapada en oro macizo y a los funerales de sus víctimas enviaba flores. Cuando fue sepultada en el cementerio Montesacro de Itagüí, a 120 pasos de la tumba de Pablo Escobar, fue puesta en un ataúd completamente dorado.

Su alias era solo cuestión de tiempo. Le gustaba que le llamaran así.

La foto más reconocida del fichaje judicial por las autoridades de Estados Unidos, tras la captura de Griselda Blanco. Foto Cortesía.

4- Era terriblemente vanidosa y pobre de aquel que no se lo reconociera

Griselda Blanco usaba botas largas, le encantaban las minifaldas y la ropa de diseñador. Según cuenta un ex narcotraficante y socio, su carro preferido era el Chevrolet “El Camino”, le gustaban los colores fuertes, el rojo y posaba para fotografías en todas las oportunidades.

En el testimonio, recogido por la cadena Univisión de Estados Unidos, de un ex narco conocido solo como “Cardona”, se afirma que “ella no soportaba que nadie le dijera dos cosas: gorda o tatareta. El que le decía eso se moría, no lo perdonaba”. A pesar de su figura ruda y robusta, paradójicamente, siempre ha sido interpretada por bellas actrices, entre las que se cuentan Luces Velásquez, Jennifer López, Ana Serradilla, Catherine Z. Jhones y la mismísima Sofía Vergara.

 5- El misterio de su clandestinidad

“La Madrina” en 1975 fue reseñada en Estados Unidos por cargos de conspiración de drogas, con 30 de sus empleados. En ese momento fue el caso más grande sobre tráfico de coca en la historia, no solo en ese país, sino en el mundo. Griselda huyó nuevamente a Colombia, pero volvió a Estados Unidos, donde la suerte se le acabó.

Tras la muerte de Pablo Escobar en 1993 en Medellín, Griselda fue apresada en Miami y condenada a 19 años de cárcel por las muertes de los narcotraficantes cubanos Alfredo y Grizel Lorenzo y del niño Johnny Castro. No obstante, sin cumplir la totalidad de la pena salió en 2004 y en completo secreto, volvió a Medellín.

“Ella regresa sin ningún antecedente judicial, ella podía abrir cuentas a su nombre, tuvo cualquier cantidad de cuentas y ella vivía de las rentas de los bienes que había comprado y había acumulado, no era una mujer multimillonaria como lo llegó a hacer en su momento, pero vivía de esas rentas, vivía en una casa en el poblado en la Loma del Tesoro, vivía con uno de sus hijos, con una empleada.
 Su vida un poco fue eso, vivir de las rentas, tratar de recuperar algunas tierras que no pudo recuperar y por otro lado también creo que ya nunca se pudo desligar de Barrio Antioquia, a pesar de que vivía en El Poblado y andaba en un carro Mazda 3, como una señora anónima, pero ella siempre fue al barrio, nunca se pudo desligar”, dice José Guarnizo.
Así se anunció en los medos nacionales el asesinato de Griselda Blanco en 2012. Foto: tomada de la web.

El 12 de septiembre de 2012, antes de las 6:00 de la tarde, en la carnicería Cardiso del barrio Belén, donde compraba unas costillas para un asado, Griselda Blanco fue asesinada en su propia ley. Dos sicarios en motocicleta pasaron y uno le disparó en dos ocasiones. A los 69 años falleció desplomada en la calle. Hasta hoy el crimen no se ha resuelto, no hay un capturado o una investigación concluyente sobre el asesinato de la “Reina de la coca”, que pasó 8 años en la discreción absoluta en una casa de El Poblado hasta ser alcanzada por su propio pasado.

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La reportera del crimen

sábado, 03 febrero 2024 POR Exclusivo Colombia
La reportera del crimen Exclusivo Colombia

Por primera vez, Adriana Vergara, la única reportera gráfica del crimen en Colombia cuenta detalles inéditos de su carrera y revela un doloroso capítulo en su oficio. Hace una radiografía de su trabajo y comparte anécdotas del cubrimiento de miles de asesinatos durante sus 27 años de carrera, en 4 medios de comunicación.

No tiene horarios, tampoco una oficina. Su lugar de trabajo está en la escena del crimen. Cada minuto del día y la noche está atenta a la palabra clave: nueve cero uno (901), un código judicial que significa “muerto”.

No es investigadora judicial, policía o militar. Es Adriana Vergara, la única mujer que ejerce como reportera gráfica del crimen en Colombia.

“Meli, sí, yo ya voy para el caso donde asesinaron a una mujer”. Desde su casa en Medellín, la reportera notifica un asesinato a la redacción del portal Minuto 30, donde trabaja hace algunos años y sale de inmediato a la dirección, con la guía de sus fuentes privadas.

A veces llega primero que la Policía Judicial (Sijín) o el CTI a la escena del crimen. Su experiencia la ha puesto contra la pared durante décadas con altos mandos de la Policía, una institución que, en algunas administraciones, ha cuestionado su trabajo periodístico y se ha incomodado por las publicaciones que retratan la verdad de los episodios de violencia que vive Medellín.

Adriana es acompañada por Exclusivo Colombia a su siguiente misión. La reportera llega a la escena del crimen y la víctima es una adulta mayor de 68 años. El cuerpo está dentro de la vivienda y, no todos sus familiares, saben lo que ocurrió. Los vecinos están conmocionados y rodean el lugar de los hechos, pero los investigadores son estrictos en su trabajo judicial y no permiten el ingreso.

En medio del dolor que enfrenta la familia, tras la devastadora noticia, la reportera comienza a cumplir con su trabajo: guarda distancia por respeto, analiza el espacio, se ubica en un lugar estratégico y luego obtura el botón de su cámara. “yo siempre he querido que, si la familia ve una foto mía, no se sienta agredida”, dice mientras cambia el lente de su equipo.

Durante la inspección y en completo silencio, la reportera gráfica investiga con sus fuentes los primeros datos del crimen. A veces espera que concluya el levantamiento y eso puede tardar horas, en otras ocasiones, debe ir a cumplir otra misión.

Son minutos determinantes para la audiencia, pero su disciplina no le da lugar a equivocaciones con la información. Antes de abandonar el lugar del asesinato, corrobora cada dato y envía a los redactores, a través de su celular, la primera parte de la historia.

Al llegar a su casa, selecciona las fotografías y las envía para su aprobación. Pero aquí no termina la jornada, al mismo tiempo ella sigue con el desarrollo de la historia, investiga la identidad de la víctima y también indaga sobre los presuntos responsables del crimen. Con agilidad, revisa portales, redes sociales y chats, para quedar lista y en disposición de cubrir el siguiente caso.  

Adriana Vergara nació el 4 de octubre de 1967 y cuando tenía 20 años terminó atrapada en su sueño: ser fotógrafa “yo tenía un noviecito y me regaló una cámara profesional. Yo no sabía manejarla, me metí en una agencia de fotografía y aprendí a utilizarla. Hubo un concurso en el Zoológico, participé y gané”.

Ese día, cuenta con orgullo, llegó la primera oportunidad laboral, con un momento agridulce “El entonces director de fotografía del periódico El Mundo se me acercó y me dijo que si quería reemplazar unas vacaciones, cuando yo llegué, no sabía nada. Me dijo – Adriana, hay que ir a hacer esos trabajos, defiéndase- y así empecé. Cuando ya volvió la persona que ocupaba ese puesto, lo despidieron a él y me dejaron a mí. Ese dolor lo he tenido siempre, que por culpa mía lo echaron”.

Su primer gran cubrimiento fue la masacre de Machuca, en enero de 1998. Dice que no recuerda la cifra exacta de fotografías de fallecidos que ha registrado, pero afirma que son miles, en un ejercicio que comenzó hace 27 años aproximadamente con historias dolorosas de niños, mujeres, adultos mayores, extranjeros, masacres, accidentes, tragedias y fosas comunes.

En El Mundo, se abrió a paso en una profesión que, como ocurre con otras, era y son objeto de comentarios machistas. Luego, empezó a trabajar en El Espectador, en la época más aguda del conflicto en Colombia, medio en el que cuenta, vivió un tensionante cubrimiento “no fue un secuestro muy largo, pero sí. Yo estaba en el periódico en el Espectador, los llamé y les conté que me citaron a una rueda de prensa. Les dije – aquí hay un fotógrafo hombre ¿Por qué no lo mandan a él? – y los jefes me dijeron que, si me habían citado a mí, entonces que fuera. Nos dijeron que teníamos que estar en la glorieta del Éxito de Envigado, a las 6: 00 a.m., allá llegó un carro.  Había alguien de El Colombiano y Teleantioquia. Recuerdo que eso fue un diciembre y nos llevaron a una finca para recibir unas palabras de alias Timochenko”.

Luego llegó al recordado periódico El Espacio, donde se posicionó como la primera mujer dedicada a la fotografía e investigación del crimen. Pero allí vivió uno de los momentos más amargos de su vida, un episodio que la marcó y que por primera vez cuenta en un medio de comunicación “Cuando a mí me dieron la dirección, dije -esa es mi casa-, en Envigado. Cuando yo llegué, supe que era él”.

Adriana inclinó su mirada como señal de nostalgia a un doloroso capítulo, respiró y reveló que, como es de costumbre, un día recibió una llamada en la que le notificaron un crimen, pero al pedirle la dirección a su fuente privada, supo que era la casa de su exesposo, Miguel Barrientos.  Angustiada, con el corazón acelerado y una incertidumbre inexplicable tomó su cámara y salió para encontrarse de frente con la muerte y cuando llegó a la que también fue su casa, descubrió que el hombre que alguna vez fue el amor de su vida era la víctima “yo lo quería mucho, fue muy duro. Yo llegué, tomé las fotos y me senté a llorar”.

Foto: Adriana Vergara y su exesposo Miguel Barrientos

La fotógrafa dijo que se armó de una inexplicable valentía que, con el pasar de los segundos, se fue derrumbando y narró que fue capaz de tomar los retratos del inicio de la inspección de su ex, en la vivienda que fue un lugar sagrado para ambos “por eso cuando muchas veces le dicen a uno que soy amarillista, que uno no sabe que es lo que se siente cuando hay una persona que asesinan, puedo decirles que yo sí sé”.

Adriana o “nana”, como le dicen sus colegas, es una mujer apasionada por la cocina. En la nevera de su casa no pueden faltar los ingredientes para preparar tortas, galletas o Sushi. El poco tiempo que le deja sus extenuantes jornadas laborales lo emplea para explorar nuevas recetas, compartir con su hija y consentir a Ema y muñeca, dos perritas que, la esperan todos los días para jugar y sacarle una sonrisa. También se siente atraída por los video juegos y le gusta el diseño de interiores.

Es vegetariana y defensora del medio ambiente. Uno de los tesoros más preciados de su casa es la fotografía y los lentes de su madre, su otro amor, quien falleció hace algunos años y a quien tiene presente todos los días.

Adriana se ha ganado la admiración de periodistas de agencias internacionales que han viajado a la ciudad, solo para conocer su labor.

Mauricio Andrés Palacio, editor jefe de Q HUBO la describe como “una mujer única, irreverente y sin pelos en la lengua. Ella tiene un don… es que con su lente ha captado tal vez los peores momentos de la violencia en Medellín y el Valle de Aburrá, pero a su vez logra transmitir toda la consideración hacia las víctimas. Es la cruda realidad, eso no se puede obviar, pero ella sí que sabe contarla con todo el respeto y profesionalismo”.

Al concluir la entrevista, la reportera gráfica que hoy sobresale por su trabajo en la capital de Antioquia dice que sigue esperando el retrato que resuma su carrera.

Homenaje, en vida, a la única reportera gráfica del crimen en Colombia. Vea la entrevista, en el siguiente enlace:

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Reminiscencias de ayer: los músicos que se inventaron las parrandas en el Parque Berrío

miércoles, 31 enero 2024 POR Exclusivo Colombia
Músicos del Parque Berrío

El conjunto Los Auténticos del Ritmo tocan varios géneros, desde boleros hasta rancheras

En Tik Tok hay decenas de videos de parrandas en el Parque Berrío, el más tradicional de Medellín. Las parejas van dando salticos, bailando de un lado a otro, mientras en la parte frontal, con amplificador, los músicos tocan temas parranderos o tropicales. Con el tiempo, la fiesta se convirtió en tradición, y es como si un fandango espontáneo se tomara el parque por un rato. Pero, ¿cuál es el origen de esta particular tradición? 

Los bailes en el Parque Berrío son relativamente recientes. La historia la cuenta Darío García, el líder del grupo Los Auténticos del Ritmo. Darío llegó a Medellín hace 17 años, aunque no recuerda la fecha con precisión. Venía de Santa Bárbara, en el Suroeste de Antioquia. Sin saber muy bien cómo, fue a dar al parque y se sentó en sus bancas, buscando algo por hacer, pensando, con algo de ansiedad, qué sería de su futuro en la ciudad. 

Los primeros días se sintió un extraño. No lo volteaban a mirar. Él, en cambio, veía que en el parque tocaban algunos músicos, pues en aquellos tiempos abundaban. Fue trabando conversaciones con los vecinos del parque, y desde entonces comenzó a hacerse un nombre. 

Músicos del Parque Berrío Exclusivo Colombia
Los turistas extranjeros son fieles escuchas de Los Auténticos del Ritmo.

Darío dice hoy, casi dos décadas después de eso, que es muy popular en el Parque Berrío. Allí llega todos los días, el pantalón bien ajustado, la camisa roja del conjunto, el sombrero ladeado sobre su cabeza. Su habla es lenta, engolada, con grandes énfasis en las eses. “Yo fui el que se inventó las parrandas en el parque. Eso después lo hicieron otros y lo llevaron a otros parques, pero eso nació aquí”, dice Darío. 

Orgulloso, tocándose el sombrero, Darío cuenta que hace unos siete años tuvo la idea de poner a bailar a la gente. “Un día cualquiera me hice debajo de una de las palmeras del parque y comencé a tomar música parrandera. Empezamos con dos mujeres y un hombre que bailaban y dieron el ejemplo. Entonces fue creciendo hasta que llegaban 40 o 50 personas”, cuenta el músico. 

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Hay que decir que, si bien los bailes son recientes, los músicos del parque y del centro de la ciudad hacen parte de una tradición más antigua. Medellín ha sido una ciudad musical, y prueba de ello es que en la segunda mitad del siglo pasado fue el epicentro discográfico del país. Desde hace varias décadas los músicos han deambulado por el centro, de Bolívar a Berrío, de San Antonio a San Ignacio, ofreciendo bambucos, pasillos o canciones de música tropical. 

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Hoy son pocos los músicos que quedan. Darío y los Auténticos del Ritmo son reminiscencias de una ciudad que ha mutado en otra. Eso se hace evidente en la edad de los músicos, casi todos mayores de 60 años, y del público, también por la misma edad. “Nosotros somos el único grupo que queda acá de manera permanente en el Parque Berrío. Estamos de lunes a sábados acá, tocando de todo, desde tropicales hasta pasillos. Hay músicos que vienen, pero independientes, no se quedan acá, pero nosotros nos quedamos acá solos”, cuenta el músico.

Darío recuerda que cuando llegó había un “grupo bajo cada una de las palmeras del parque”. Por eso, dicen él y sus compañeros del grupo, la idea es no dejar morir la tradición de escuchar música en Berrío, el más importante de los parques de Medellín. “Tenemos que preservar esto, porque la música es cultura y la música no puede morir.  

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En Medellín se roban 16 motos diarias

domingo, 28 enero 2024 POR Exclusivo Colombia

El hurto de motocicletas en Medellín tiene muchas caras. Esta semana, la cara fue la peor posible, la de la muerte. Dos hombres perdieron la vida defendiendo sus vehículos de los delincuentes. ¿Casos aislados? Parece que no, el año pasado se hurtaron unas 6.000 motos, solo en Medellín.

Alexander Méndez Bedoya y Julián Velásquez Grisales, son los nombres que se suman a la lista de las víctimas de hurto que terminaron asesinados en Medellín, al intentar oponer resistencia a los delincuentes. El primer caso, en el barrio Santa Fe, el segundo en el barrio Kennedy.

El hurto de motocicletas en todas las modalidades es el trasfondo de estos crímenes, atípicos, si hablamos de las estadísticas del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia de la Alcaldía de Medellín, que señala que aproximadamente el 90% de los robos de estos vehículos, ocurren bajo la modalidad de halado, en ciertos sectores de la ciudad y aprovechando la ausencia del propietario.

Según advierte el informe policial, ambos casos ocurrieron este 26 de enero, con escasas dos horas de diferencia. A Alexander lo abordaron en la calle 16 con carrera 52, pleno corazón de la comuna de Guayabal. Hasta allá llegaron delincuentes que con un arma de fuego lo intimidaron, la víctima, arrancó las llaves de la moto y las tiró a la calle, en respuesta recibió al menos un disparo que le quitó la vida.

La modalidad se repitió en la comuna del Doce de Octubre, donde Julián, iba con una acompañante. En este caso fueron al menos ocho los atacantes, según testigos, los rodearon para quitarle la motocicleta y al intentar oponerse recibió varios impactos, su compañera también resultó herida. Él, desafortunadamente no sobrevivió.

El principal negocio ilegal tras el hurto de motocicletas en Medellín es la reventa de los repuestos en el mercado negro de la ciudad. Foto: Policía Metropolitana.

¿La vida por una motocicleta?

La ciudad vive una singular arremetida de los delincuentes dedicados al hurto de motocicletas. Solo en 2023 se hurtaron unas 6.000 motocicletas en Medellín, un promedio de entre 16 y 17 casos al día, según el informe estadístico de la Policía Metropolitana. Esto es un aumento del 3% frente al año 2022, donde se sumaron 5.858 casos y que es, de acuerdo al estudio, el segundo delito de más impacto en la ciudad, después del hurto a personas que superó los 30.000 casos el año pasado.

Si las cifras son poco reveladoras, para poner en contexto la situación, Exclusivo Colombia tuvo acceso a varios de los archivos judiciales, donde se revela, incluso, días concretos de 2023, donde se llegaron a cometer más de 60 hurtos de motocicletas y rachas de 10 a 15 vehículos en varios puntos de la ciudad, con idénticas características, lo que habla del nivel de organización y capacidad de actuación de las bandas dedicadas a este delito.

Según las autoridades, detrás del hurto de motocicletas hay un factor diferencial: el despiece y mercado negro de repuestos. Una motocicleta cuadruplica su valor comercial vendida por partes, y ese detalle aparece repetidamente en las investigaciones a las estructuras delincuenciales dedicadas a este crimen en particular.

El fenómeno no es nuevo, el aumento del delito de hurto de las motos viene en crecimiento acelerado y al parecer, sin contención.

“Cuando nos nosotros iniciamos este trabajo hace unos 13 años, aumentó mucho la modalidad de la mano armada, era muy fácil porque el delincuente necesitaba solamente dos cosas: un arma y poder de intimidación. En Medellín, los identificaban porque era el que rodara por la ciudad iba en calidad de víctimas, porque fuera buñuelo, que no supiera manejar bien la moto, que rodara asustado, que no fuera seguro a la hora de conducir”, dice el reconocido líder motero y experto en seguridad vehicular, Rolando Plazas.

El crecimiento del delito es exponencial. En 2015 se robaron 4.376 motos en la ciudad y llegamos a 6.000 en 2023, solo en los últimos 4 años este crimen creció en 11%. En la capital paisa están robando como nunca antes.

Este inicio de 2024 no parece mejorar la situación, a pesar de los 6 puestos de control móviles que las autoridades han implementado en varios puntos diariamente. Solo entre el 1 y el 19 de enero ya fueron robadas 162 motocicletas y ya dos personas, tal como se reseña al inicio, perdieron la vida en estos incidentes.

Las modalidades

“En Medellín existen múltiples modalidades de hurto de motocicletas, pero solamente algunas son las más usadas. En primer lugar, con casi el 90% tenemos la modalidad de halado.
¿Qué pasa? Con el tiempo se dieron cuenta que era más fácil entrenarse en electrónica de motos para poderse la robar en una modalidad distinta que es halado.
Pero también hay otra modalidad, aparte de mano armada y el halado, que es la estafa. La estafa también son personas entrenadas, pero en engañar gente. Entonces, te venden una moto que ha sido hurtada con el sistema de placas “gemeliadas” y te estafan”, explica Rolando Plazas.

La herramienta más usada para llevarse una motocicleta en 30 segundos, se llama “pesa de choque”. Consiste en una especie de palanca que se inserta en el encendido de la motocicleta, con un golpe de una pesa que viene en la palanca, se desprende el mecanismo de la llave, luego se enciente la moto con un destornillador y listo. En menos de un minuto, el delincuente se puede llevar el vehículo y el dueño, a veces, solo se da cuenta media hora, una hora después. El rastro se pierde y el vehículo termina en un taller, en una bodega o en un deshuesadero, donde, advierten las investigaciones, la moto está desarmada en menos de 24 horas.

Las pesquisas adelantadas en el año anterior, advierten que estos sitios clandestinos se han detectado, en su mayoría, en la zona Nororiental, en barrios como Manrique, Campo Valdés y el barrio Popular. De allí se transportan los repuestos, que incluso son revendidos a través de redes sociales, incluso por encargo, de acuerdo a las marcas y tipo de repuesto necesario. Es toda una red empresarial de un negocio ilegal.

Las pesquisas adelantadas en el año anterior, advierten que estos sitios clandestinos se han detectado, en su mayoría, en la zona Nororiental, en barrios como Manrique, Campo Valdés y el barrio Popular. De allí se transportan los repuestos, que incluso son revendidos a través de redes sociales, incluso por encargo, de acuerdo a las marcas y tipo de repuesto necesario. Es toda una red empresarial de un negocio ilegal.

“Tenemos que últimamente explotaron los arriendos de vehículos y de motos para hacer transporte o mensajería. Se está utilizando mucho a rendar los vehículos para estas dos formas de trabajo, pero también se está presentando mucho el abuso de confianza.  Claramente es un robo, tú le arriendas a alguien tu vehículo, esa persona se lo lleva, lo vende porque no hay denuncio de robo, tiene un mes de arriendo, lo vende a una víctima inocente y él se desaparece”, agrega Rolando Plazas.

Prevención y tecnología contra el crimen

Según los indicadores de las autoridades, las marcas de motocicletas más hurtadas en Medellín son las más comerciales. Las AKT-NKD, las Yamaha Nmax y todas las referencias de las Auteco – Pulsar, encabezan la lista de las más hurtadas.

Del total de las motos hurtadas el año pasado, 1.974 se las llevaron los delincuentes en las horas de la madrugada, la hora favorita entre las 4 y las 5 de la mañana, mientras que el mes donde peor se presentó esta situación, fue junio, con un total de 645 casos.

Los datos del SISC, advierten que, además, que las comunas donde más se cometen estos hurtos, son, en su respectivo orden, La Candelaria (606 casos), Aranjuez (547 casos) y Robledo (514 casos), no obstante, una de las comunas donde más se aumentó este crimen fue en El Poblado, donde se registra un incremento del 17%.

Teniendo estos datos, cada motociclista sabe, al menos, donde tener más cuidado y a qué hora. No obstante, aparte de la prevención necesaria, hay que decir que precisamente en 2023, gracias al uso de las llamadas cámaras LPR (de reconocimiento de placas) se pudieron recuperar en este periodo 1.758 motos robadas, todo un récord para las autoridades, que a su vez reportaron la captura, este mismo año, de 929 delincuentes en flagrancia y por orden judicial por el delito de receptación.

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Homenaje e historia de Gisela Ardila, la matrona de las tinteras del Parque Berrío

viernes, 26 enero 2024 POR Exclusivo Colombia
Gisela Ardila en el Parque Berrío Exclusivo Colombia

En el parque, donde estuvo 25 años, le hicieron un sentido homenaje

Gisela estuvo siempre ahí, bajo la sombrilla, cubriéndose del sol y la lluvia. Todos esos años la pasó sentada, abanicándose, alzando la voz. Siempre estuvo en pie de lucha, consiguiendo una cosa y la otra para sus compañeras. Más de una vez tuvo que enojarse y pararse en la raya para defender a las suyas, para evitar que les pasaran por encima. 

Cuentan en el parque que Gisela se empezó a quejar de un dolor que le oprimía el pecho. Con estoicismo se mantuvo en su lugar, siempre luchando, con la planilla de las tinteras y los termos en las manos. Un día no pudo ir a trabajar y a las demás les informaron que la matrona de las tinteras estaba hospitalizada. Más de dos semanas estuvo en cama, muy decaída en los últimos días, hasta que su vida terminó. 

Después de estar ahí 25 años, su ausencia se siente con ardor. María Ospina, una de las 430 tinteras que conforman Asotintos, dice que el Parque Berrío está de luto. “Mire cómo se ve el parque, cómo se siente la tristeza, la soledad”, dice, recordando a Gisela, a quien conoció hace 20 años. 

María llegó desplazada de Abejorral y, por el azar, fue a dar al parque Berrío. Ahí conoció a Gisela, que entonces tenía una pequeña chaza en la que vendía dulces, cigarrillos y tinto. Una mañana trabaron conversación y desde entonces se hicieron amigas; pero, más que una amistad, era una relación de protección, de ayuda. “Doña Gisela fue como una mamá para mí. Ella nos daba consejos, nos conseguía cositas. En la pandemia tocó muchas puertas y a muchas nos dio mercados”, recuerda María. 

Homenaje a Gisela
Con esta foto le rindieron homenaje a Gisela en el Parque Berrío. Foto: Twitter.

Gisela fue la que soñó con que las tinteras del parque Berrío, mujeres en su mayoría cabeza de hogar, tuvieran condiciones dignas de trabajo. Aunque llevaban años vendiendo café, andaban sin garantías, sin agremiarse, y eran víctimas de un machismo agresivo, cuando no de la Policía y Espacio Público, porque ni siquiera tenían permiso para vender. 

María recuerda que el parque se salió de control hace unos años. Sin autoridad, los alrededores de la estatua de Pedro Justo Berrío se atiborraron de chazas en las que se vendía licor desde la mañana hasta la noche. Las borracheras venían acompañadas de baile, de desorden, de peleas en las que se blandían cuchillos y machetes. 

“Entonces doña Gisela, que tenía un temperamento muy fuerte, se tuvo que enojar con esa gente y puso la cara para que esto mejorara”, dice María. Sus hijas, las más de 400 tinteras que pasan los días deambulando en el parque, resguardándose del solo bajo la sombra de las palmeras, dicen que ahora la tarea es mantener el legado de Gisela. 

Y es que gracias a esa mujer que pasó miles de horas en el parque, bajo las sombrillas, las vendedoras de tinto formaron Asotintos, una agremiación y sindicato que, con el paso de los años, no solo se ganó el respeto en el parque, sino que consiguió respaldos para hacer realidad los sueños de las 430 mujeres. 

Gisela Ardila
El metro ya le había hecho un homenaje a Gisela en los bajos de la estación. Foto: Twitter.

Asotintos tiene un local desde hace siete meses. Está detrás de la Candelaria. Es un espacio pequeño, humeante, donde todos los días hacen olladas enteras de café humeante, bien negro, pero con panela, que los transeúntes van consumiendo en el transcurso de mañana y tarde. 

Ese fue un paso importantísimo para las tinteras, pues ahora no tienen que estar comprándole el café a terceros. Son cientos de termos de tinto los que se venden todos los días; ni siquiera ellas pueden calcular la cantidad, o al menos estimarla. 

Gracias al sueño de Gisela y de muchas otras compañeras, dice María, muchas de las tinteras han tenido acceso a formación técnica y empresarial. La Corporación Interactuar y el Club Rotario de Medellín hicieron una alianza para formarlas y ofrecerles mejores oportunidades. 

En ese proceso surgió otro sueño: construir un acopio para distribuir los centenares de termos repletos de café. Gisela se fue con ese sueño en mente, recuerda María, la última de las tinteras que habló con ella, la matrona afable de sonrisa amplia que pasaba las horas bajo la sombrilla. 

Con su muerte, el sindicato quedó acéfalo y aturdido. Entre las tinteras reina la incertidumbre, pero una cosa tienen clara y es que Asotintos, en honor a Gisela y a las que siguen luchando en este mundo, debe continuar. 

Por eso, este viernes 26 de enero se hizo un sentido homenaje a la matrona en el parque Berrío. Con música, un altar, globos y aplausos se despidió a Gisela. Ella se había hecho inseparable de ese lugar. En 2021, el metro de Medellín expuso una foto suya en los bajos de la estación. Gisela aparece con una blusa roja, sonriendo con amplitud, con dos termos de tinto y una planilla en sus manos. 

Gisela Ardila
Gisela en acción en el Parque Berrío. Foto: Metro de Medellín.

“Por más de 25 años doña Gisela Ardila vendió tintos en Parque Berrío.  En todos estos años trabajó por la dignidad y el bienestar laboral de las mujeres tinteras, quienes se unieron para crear Asotintos, una asociación que integra a más de 400 mujeres”. Con este mensaje, el metro se despidió de la matrona de los tintos. 

Aunque Gisela ya no está, seguro quedará en la memoria colectiva la figura de aquella mujer afable, a veces un tanto regañona, que pasó miles de horas vendiendo tintos y tramando un sueños que ahora es sueño de más de 400 personas.

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¿Para cuándo la “intervención” en el Parque Bolívar? Juegos de azar, drogas, atracos y puñaladas

martes, 23 enero 2024 POR Exclusivo Colombia
Parque Bolívar Exclusivo Colombia

La intervención de la Plaza Botero, donde se controló espacio público, tuvo efectos negativos en Bolívar

—Esto acá es como Petare, el  barrio más peligroso de Caracas, ¿me entiendes? 

Quien habla es una mujer venezolana joven, vendedora de dulces y cigarrillos. Todos los días llega al Parque Bolívar a las 7:00 de la mañana. Pasa las horas ahí, frente al teatro Lido, viendo cosas que a veces no quisiera ver. 

—Acá me han tocado cosas muy feas—dice la mujer frunciendo el ceño—. La otra vez me cayó acá un apuñalado. 

—¿Un apuñalado? 

—Acá hay peleas a todas horas. Pelean porque se miran mal, por robarse droga entre ellos, por cualquier cosa se dan puñaladas. No hay una hora del día que no peleen. 

Cerca de la chaza de la vendedora hay una ceiba que desde hace tiempo es baño público para muchos. Las raíces, que están al exterior, huelen a orines fermentados, a amoniaco rancio. 

Frente a ese árbol hay un grupo de cinco hombres, todos desarrapados, que se mantienen de cuclillas sobre el suelo. Juegan con un dado y cada tanto gritan y se estremecen. Uno de ellos tiene un problema de movilidad, las piernas contrahechas, y se arrastra por el suelo sujetando un tarro de sacol. 

Parque Bolívar Exclusivo Colombia
Suciedad y hasta una botella con sacol en las bancas del Parque Bolívar.

Ese grupo de hombres, dice la vendedora, pasa horas enteras ahí, en el suelo. Por una desavenencia en el juego se pueden dar una cuchillada. 

—El parque está dividido—dice la vendedora, que echa una mirada rápida a los alrededores—. En la parte de acá están los gamines; en el centro, los travestis, que acosan y dicen cosas a los turistas; más allá están los estafadores. 

Es difícil ver turistas en Bolívar. Antes llegaban grupos de extranjeros a visitar el parque, donde se construyó la Basílica Metropolitana, originalmente llamada Catedral de Villanueva, la más grande en el mundo levantada con ladrillos. Dicen los que saben que son un millón doscientos mil ladrillos los que conforman la iglesia. 

Parque Bolívar
Las ventas que ocupan espacio público se han incrementado en las últimas semanas, luego de la intervención de la Plaza Botero.

En los alrededores del parque, en un tiempo que ya parece pretérito, vivieron familias acaudaladas y renombradas de la ciudad. “El Parque de Bolívar y de los ricos” es un artículo que publicó el periódico Universo Centro en 2009. Relata una serie de historias muy entretenidas, que bordean con lo pintoresco, y que retratan los tiempos de la bonanza. 

Cuentan, por ejemplo, que Pablo Tobón Uribe pasaba todos los días por el Parque Bolívar a tomarse una limonada. “Pedía un vaso de agua, luego pedía que le regalaran un limón y lo exprimía, y como en todas las mesas había azucareras, le echaba dos o tres cucharaditas y listo. Eso sí, daba las gracias”, dice el artículo. 

Parque Bolívar Exclusivo Colombia
Grupos de hombres juegan juegos de hacer durante horas en el Parque Bolívar.

La rifa de una casa y la celebración de fiestas homosexuales son anécdotas del viejo parque, del que poco, muy poco, queda. Ese no era el Petare que hoy retrata la vendedora de dulces y cigarrillos. El consumo de bazuco, marihuana, sacol y alcohol es continuo, desde la mañana hasta la noche. Lo que llama la atención es que en el parque hay un CAI de la Policía que bien sirve de adorno, pues en sus narices, hace un par de años, se robaron la espada de la estatua de Simón Bolívar. 

La vendedora de dulces dice que el Bolívar es un territorio hostil, en el que todos son enemigos de todos: 

—Acá se me acercan y me dicen que les cuide la ropa por si se quedan dormidos. Entre ellos mismos se roban. 

Sobre las bancas hay personas dormidas, dobladas sobre sí, inconscientes. Ya nadie juega ajedrez bajo la sombra de las ceibas. 

Lo más grave es que al parque han llegado nuevas personas a ocupar el espacio público a consumir drogas. Desde que se intervino la Plaza Botero y se controló allí el espacio, muchos tuvieron que salir para otros lugares y encontraron en Bolívar una nueva oportunidad. Como este parque no se ha intervenido, y parece olvidado por la nueva administración, el desorden es tremendo. 

Los venteros que llevan más tiempo han visto la llegada de nuevas personas que, con esteras y mantas, han instalado puestos informales de venta de ropa y accesorios, ocupando varios metros cuadrados del parque. 

Parque Bolívar
Ver personas durmiendo en el parque hace parte del diario vivir.

Aunque hace parte de la historia de la ciudad, y allí está la Basílica, Bolívar no ha tenido la atención mediática ni administrativa que ha tenido Botero. El parque hoy, como dice la vendedora, es tierra de nadie: 

—Esto acá no le importa a nadie. Como te dije, es como Petare, un peligro, de lo peor. Los que lleguen nuevos tienen que estar con cuidado porque por cualquier cosa los pueden matar.

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Así cayó la banda detrás del asesinato de un comediante asiático en Medellín

lunes, 22 enero 2024 POR Exclusivo Colombia

Una joven mujer fue la clave para dar con toda la banda presuntamente responsable del asesinato del comediante asiático Tou Ger Xiong, el más reciente de 7 turistas extranjeros, que corrieron la misma suerte fatal el año pasado en Medellín.

Tras el asesinato de al menos 7 turistas extranjeros en Medellín el año pasado, era solo cuestión de tiempo para que se diera una alerta internacional. La respuesta de las autoridades: capturas e investigaciones.

Tou Xiong Ger, de
50 años. Foto: Cortesía

La alerta fue emitida a inicios de enero por la Embajada de Estados Unidos tras conocerse los detalles, precisamente, del brutal asesinato de Tou Ger Xiong, quien, a pesar de haber nacido en Laos, un pequeño país asiático, era ciudadano estadounidense, vivía en Minnesota, era activista a favor de los niños y tan reconocido en Twin Cities, que le hicieron un homenaje tributo con más de mil asistentes que lloraron su muerte, entre ellos el alcalde de St. Paul, Melvin Carter, y la senadora demócrata Amy Klobuchar .

La Embajada, advierte específicamente a sus ciudadanos, que es potencialmente peligroso usar las redes sociales de citas, en particular Tinder y Bumble, para contactar mujeres en Medellín, bajo riesgo de ser víctima de delitos como el hurto, secuestro o la muerte. Tal cual como se dio con Tou Ger Xiong.

Al respecto, Exclusivo Colombia supo, de primera mano, que esta alerta se había pedido a la representación diplomática, precisamente por la Alcaldía de Medellín el año pasado, ante la ola de hurtos a visitantes extranjeros, que fueron según los registros de las autoridades, más de 400. De todos los casos, al menos 7 terminaron en un homicidio, 3 de los casos de ciudadanos estadounidenses, todos con un factor común: cayeron en la trampa de bandas delincuenciales y fueron contactados por redes sociales.

Según el reporte más reciente del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en Medellín fueron asesinados en 2023 un total de 43 extranjeros, de los cuales 36 eran venezolanos, residentes ya en la ciudad. Respecto a los turistas, fueron 2 británicos, un argentino, un canadiense, un francés, un israelí y 3 estadounidenses. De todos, advierte la Fiscalía Seccional, 4 casos han sido resueltos y se han realizado 6 operaciones estructurales con más de 25 capturas, la más reciente de tres adultos y un menor, miembros identificados del Grupo Delincuencial Organizado de “Robledo”.

“Estamos hablando de un caso que se presenta el 10 de diciembre, cuando un ciudadano de nacionalidad asiático estadounidense que estaba en la ciudad de Medellín contacta a una persona, a una femenina, cuando decide salir con esta persona, la persona o la víctima se dirige hacia el barrio Robledo. Se logró, en la investigación, determinar que esta persona fue atada, fue torturada. Medicina legal nos dice que el hombre murió por heridas causadas por objetos contundentes, sin embargo durante el secuestro a esta persona le hacen exigencias de carácter económico, la investigación dio cuenta de que a su familia e incluso a uno de sus amigos lo contactan sobre las 7:00 P.M. una persona desde Estados Unidos, haciéndole una exigencia económica de 2 mil dólares, la investigación permitió establecer que el ciudadano efectivamente consignó 3.140 dólares a la cuenta de esta femenina, sin embargo esta persona es víctima de homicidio”, dice la Directora Seccional de Fiscalías, Yiri Milena Amado.

Escalofriante relato

Exclusivo Colombia tuvo acceso a varios audios de la audiencia de imputación de cargos a los capturados por el caso de asesinato de Tou Ger Xiong, donde aparte de conocerse los detalles más escalofriantes del crimen, se revela como la investigación condujo directamente a una joven identificada como Sharit Gisela Mejía Martínez, quien, presuntamente, advierte la Fiscalía, habría actuado como señuelo para atraer a la víctima en redes sociales de citas y luego habría cometido un error que fue determinante en la captura: el dinero exigido tras el secuestro, fue consignado en una cuenta a su nombre.

Fiscal:

“El día 10 de diciembre del 2023 sobre las 19:00 horas, aproximadamente, en la Unidad residencial Territorio Aurora la comuna 7 Robledo fue retenido en contra de su voluntad por varios sujetos el ciudadano… sobre cual realizan la exigencia económica a sus allegados por valor de 2 mil dólares aproximadamente o equivalente a 7.720. 500 pesos… esto para dejarlo en libertad. Referida exigencia, debía ser consignada la cuenta Paypal a nombre de una femenina, de nombre Gisela”

Fiscal:

“La víctima fue despojada de sus pertenencias, especialmente celular… un dinero en efectivo, tarjetas de crédito, su reloj… habiendo logrado obtener la suma de 3.140 dólares, equivalentes a 12.555. 321 pesos en la cuenta Paypal identificada con el correo electrónico de titularidad de Sharit Gisela Mejía Martínez… es detenido y conducido en una zona boscosa… del barrio Robledo de la ciudad de Medellín, donde es agredido con objetos corto contundentes en diferentes partes de su cuerpo. Posteriormente, es arrojado por un barranco de aproximadamente 80 metros de altura para finalmente ser hallado muerto…

Iniciada la investigación, tras el hallazgo del cuerpo maltratado de Tou Ger Xiong, las pistas no demoraron en comenzar un camino a cada miembro de la banda. Según advierte la Directora Seccional de Fiscalías, Yiri Milena Amado, el punto de quiebre se dio con la entrega voluntaria de un menor de edad, que había participado en los hechos y que de manera voluntaria aceptó los cargos. Por ser menor de 18 años, en este caso, fue cobijado con medida de internamiento. No obstante, antes de la entrega, ya los investigadores tenían en la mira a Sharit, quien se pudo determinar en la investigación actuó como señuelo para atraer la atención de la víctima y fue quien lo citó a un apartamento en Robledo, donde se consumó el secuestro, tortura y desde donde fue trasladado a su muerte, en el fondo de la quebrada La Corcovada.

La puntada final del entramado criminal, se dio después de múltiples seguimientos, donde se pudo descubrir que Sharit, según la investigación, se había cambiado de color de cabello. En las cámaras de vigilancia, había sido grabada con cabello rojizo, ahora estaba de cabello negro y estaba a punto de mudarse de apartamento. Así lo deja en evidencia otro de los audios a los que Exclusivo Colombia tuvo acceso:

Fiscal:

“El componente operativo de Policía Judicial con personal del Ejército llega a la diagonal 99B, número 64 -70, apartamento 433 de la Unidad Residencial Territorio Aurora de la Comuna 7 Robledo.
…Tomaron contacto con Giselle, que en manera nerviosa contesta las preguntas de los investigadores, cuando la interrogan…cuando ya están directamente en ese lugar, son atendidos por una femenina, quien tenía su cabello de color rojo, que se identifica como Giselle.  Esta persona con actitud nerviosa atiende a los investigadores de este delegado y se observa por el personal judicial, que hay en el apartamento un masculino que está llevando de ese apartamento dos bolsas de basura hacia un vehículo taxi, que se encuentra parqueado en la entrada de la portería de dicha unidad residencial”

“Mientras están en esa diligencia su señoría, el menor empieza a discutir con Giselle, a decirle, que “me vas a terminar de vender los elementos, o te devuelvo la plata, persuaden a la autoridad judicial se encierran en el apartamento su señoría, posteriormente se abre la puerta por parte de este masculino, sale del apartamento y se comunica, ya por la parte de los vigilantes a través de los Wlakie Talkies,  que la femenina estaba huyendo con ese masculino de la unidad residencial, es decir que el menor cuando entró y cerró la puerta al apartamento 433 ayudó su señoría a que Giselle huyera el edificio haciéndola bajar por las ventanas desde cuarto piso”

La mujer no pudo huir. Con el material de evidencia, los seguimientos y las grabaciones, las capturas no se hicieron esperar. Un juez de control de garantías impuso medida de aseguramiento en centro carcelario en contra de Sharit Gisela Mejía Martínez, Santiago Bustamante Londoño y Andrés Hincapié Obregón, como presuntos responsables del secuestro y homicidio. Así mismo, el menor fue procesado de acuerdo con su condición. Durante las audiencias preliminares los investigados no se allanaron a los cargos imputados por los delitos de secuestro extorsivo agravado y homicidio agravado, no obstante, ante las contundentes evidencias, fue inevitable que los enviaran tras las rejas.

Así fueron presentados los capturados en el caso del asesinato del comediante asiático en pasados días. Foto: Fiscalía General de la Nación

Ciudad en la mira

A pesar de los resultados de las autoridades, en varios medios internacionales se ha difundido un mensaje de evidente temor para los turistas que viajan a Medellín, que no solo se ha convertido en un destino turístico más de Colombia, sino en uno de los principales destinos en Suramérica.

Según Migración Colombia, en 2023 entraron 1.482.901 extranjeros a la ciudad, solo por ingreso a través del Aeropuerto José María Córdoba, en el 2022 fueron 1.386.153. Solo en diciembre pasado entraron 146.923, un promedio de 4.739 visitantes al día.

El crecimiento de la demanda es tan grande, que según Cotelco, las camas disponibles en Medellín se están quedando cortas y en temporada hacer reservaciones requiere de una previsión de 2 a 3 meses en promedio.

El Alcalde Federico Gutiérrez tiene en marcha un proyecto de recuperación y control en los principales entornos turísticos de la ciudad, como El Poblado, la Plaza Botero y corredores comerciales del centro de Medellín, pero ante los hechos criminales y el riesgo para los extranjeros, no queda otra opción que recurrir a la prevención.

Según Medicina Legal en Medellín la principal causa de muerte de turistas, no es precisamente el homicidio. Del total de las 118 muertes de extranjeros en 2023, hay por lo menos 22 que son materia de estudio forense, que obedecen a causas como sobredosis de drogas o factores violentos, relacionados con los excesos en las rumbas, o bien, el consumo de narcóticos suministrados por delincuentes para cometer hurtos.

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