En el sitio ya hay un “ecoparque” y se visiona un hotel para el futuro
Hay en La Unión un negocio que ha despertado algunas polémicas. Es un restaurante al que su dueño, Jaime Carmona, llama ecoparque. Jaime es conocido como Gordo Lindo y, cuando le preguntan su nombre de pila, dice que lo olvidó hace mucho tiempo. Pues bien, Gordo Lindo es el propietario de la tierra adyacente a donde cayó, el 28 de noviembre de 2016, el avión en que viajaba el equipo Chapecoense.
Gordo Lindo no estaba ese día, pero uno de sus trabajadores, don Miguel, sintió el estruendo de una de las tragedias más grandes de la historia del deporte. Fueron 71 personas entre jugadores, directivos, periodistas y tripulantes las que murieron esa aciaga noche en la que no paró de llover.
En Medellín y en La Unión se hicieron decenas de homenajes a los fallecidos. El gobernador de Antioquia de la época, Luis Pérez, prometió construir un memorial en el sitio en el que cayó el avión. Desde el sector público se anunciaron grandiosas ideas sobre el memorial, pero todo quedó sobre el papel.
Acá entra en acción Gordo Lindo, quien ha pasado toda su vida en la vereda Pantalio, donde se estrelló el avión. Cuenta, sentado en uno de los taburetes de su negocio, que la gente comenzó a llegar de manera espontánea.
En el ecoparque de Gordo Lindo están exhibidos restos del avión.
—Un día estaba yo ordeñando mis vacas—cuenta Gordo Lindo— y un señor me preguntó que dónde podía parquear su carro. Le dije que por ahí en un bordito y eso hizo. Entonces, yo tenía un toro por ahí, y ese animal le empezó a dar al carro y le hundió las latas. El señor me empezó a reclamar y yo le dije que cuadrara con el toro, ja, ja.
El visitante era, según Gordo Lindo, una de las “miles” de personas que llegaban a conocer el lugar. Se encontraban con que no existía el prometido mausoleo. Solo estaba la montaña, invariable,y la brisa fría que mece los árboles sombríos.
—Entonces—continúa Gordo Lindo— yo les prestaba el baño a las personas que llegaban. Les daba tinto, porque también llegaban preguntando por café, y las atendía. Ahí se creó una necesidad.
Hace tres años que Gordo Lindo vio la llamada necesidad y montó un restaurante. Dice que empezó con dos mil pesos y que “Dios le dio el proyecto para atender al mundo entero”.
El ecoparque de hoy tiene un rancho restaurante en el que se prepara a diario sancocho de gallina. Gordo Lindo dice, solo sabe él si es una hipérbole, que los domingos venden 1.500 almuerzos. Hay caballos para dar un paseo por las colinas, un sendero para caminar hasta el sitio en el que se estrelló el avión.
También hay una capilla, un mural con las fotografías de los muertos y unas cruces con los nombres de las víctimas del accidente. Pero el atractivo mayor, que Gordo Lindo muestra con orgullo, señalando ampliamente con el brazo, es un avión real que rememora al de la tragedia.
El avión está puesto sobre un plan y lo bordean unas cintas azules. No es una réplica del avión que chocó en 2016; se trata de un avión viejo, inservible ya, que Gordo Lindo y un socio compraron en Medellín. Para llevarlo hasta el lugar hubo que despiezarlo y llevarlo en varios camiones hasta la entrada a La Unión. Para llegar hasta el sitio del accidente —y del negocio de Gordo Lindo— hay que recorrer seis kilómetros desde la carretera principal.
En este mural están representadas todas las víctimas fatales y los sobrevivientes del accidente.
En la vereda hay otros negocios que ofrecen comidas y tienen pequeños homenajes a Chapecoense: banderas, murales, las llantas de un avión. Pantalio no volvió a ser el mismo lugar desde aquella fatal noche de noviembre.
A Gordo Lindo le han criticado su negocio. Le han dicho que el ecoparque no es más que una manera de lucrarse de una tragedia. Cuando se le menciona eso, retrocede sobre el taburete y responde:
—De todo me han dicho. Pero yo no hago esto por lucrarme. Esto es un proyecto que Dios me puso y él me ha ayudado para que crezca. Fue Dios el que me puso esto acá, es de él.
Gordo Lindo piensa en grande su proyecto. Dice que con la ayuda de Dios lo convertirá en un Hollywood montañero. ¿Cómo es eso? No lo explica muy bien, pero lo imagina con juegos para los niños, luces, un hotel y cabañas.
—Esto acá es para atender y hacer feliz al mundo. Para eso me mandó Dios.
Y es cierto que muchos turistas vienen de otras latitudes a conocer el lugar de la tragedia. Un viernes en la tarde, por ejemplo, un turista noruego, rubio y luciendo una camiseta deportiva, llegó hasta el lugar y cabalgó por las colinas en uno de los caballos. Gordo Lindo, bromeando, le dijo que solo sabía dos palabras en inglés, pero que esperaba que se fuera feliz para su país.
Gordo Lindo construyó una capilla dentro del parque
Hay un proyecto inmediato del que Gordo Lindo no quiso dar detalles, porque piensa que es mejor no anunciar las cosas antes de tiempo, pero tiene que ver con la creación de su Hollywood montañero. ¿Serán hospedajes? ¿Un hotel, un glamping? Habrá que esperar unos cuatro meses, dice el dueño del lugar.
Desde hace más o menos un año los habitantes del barrio Carlos E Restrepo notaron la presencia de nuevos vecinos. En algunas de las calles aparecieron, por primera vez en la larga historia del vecindario, enormes carros-casas parqueados. Esto sucedió por dos razones sencillas. Con la remodelación del parque de La Floresta, terminada en 2021, se eliminaron las bahías donde hasta entonces los viajeros aparcaban sus casas rodantes. Y la segunda es que Duqueiro Mazo, un hombre de Medellín, pero de vida errante, compró su casa rodante y la parqueó en Carlos E, el barrio en que vive su mamá.
Duqueiro es un hombre de edad media, casado y con dos hijas. Después de que parqueó en Carlos E, otros viajeros lo imitaron. Pero la historia de Duqueiro es diferente al viajero tradicional. No se parece a la del argentino que viaja en su pequeña casa rodante y se detiene unos días en Medellín.
La casa de Duqueiro y su familia tiene dos camas y una lavadora (a la izquierda).
Duqueiro vive en la casa rodante, que desde afuera parece un bus cualquiera. Cuando viaja por Colombia, con frecuencia le estiran la mano pensando que es un vehículo para pasajeros. Pero, una vez se suben las escaleras del bus, es otra cosa: hay una pequeña sala con sillas recubiertas, nevera, lavadora, lavaplatos, fogón, despensas y dos camas.
Ahí vive con su esposa y, aunque estén en Medellín, pasan las noches en el carro. Aunque el espacio es bastante más reducido que en una casa corriente, hay todo lo necesario para vivir cómodamente. Un ventilador ayuda a mantener fresca la temperatura, y un ambientador ofrece un fresco olor a pino que inunda toda la casa rodante.
La vida errante sobre ruedas ha sido un sueño para Duqueiro desde hace muchos años. Entre 1995 y el 2000 trabajó como contador en varias empresas, pero siempre se aburría. Llegado el nuevo milenio decidió renunciar y montar su agencia de asesoría contable junto a su esposa. Desde eso ha mantenido presente una frase que define su vida y que tiene impresa en su carro rodante: Vivir sin jefes.
Duqueiro se subió por primera vez a una casa rodante en 2021, en una exposición en Bogotá. En ese momento se dio cuenta de que el sueño que había rumiado por 20 años podía hacerse realidad. Reunió al fin la plata para comprar un primer tráiler, más pequeño que la casa donde vive ahora, y se fue para un encuentro de casas rodantes en Viterbo, Caldas.
Desde entonces comenzó la vida errante de Duqueiro y su familia, que casi siempre viaja con su esposa y en algunas ocasiones con sus hijas. Como desde 2005 trabaja con mercadeo, puede trabajar desde cualquier lugar y solo necesita un celular con señal.
La casa rodante de Duqueiro parece un bus desde afuera.
En 2022 estuvieron viajando casi todo el segundo semestre. Fueron a San Bernardo del Viento, Córdoba, un pueblo junto al mar, y de ahí se fueron bordeando el litoral, pasando por los pueblos de Sucre, Cartagena, Barranquilla y Santa Marta. Luego bajaron a Valledupar, la capital del vallenato, y ahí se quedaron un mes.
La vida de Duqueiro no conoce afán. “La idea es ir conociendo, despacio, entrando a cada pueblo. A cada lugar que llegamos, preguntamos dónde podemos parquear y qué hay por conocer. En el viaje por la costa bajamos hasta Mompox y dijimos que nos quedáramos una noche a ver qué tal, y resultamos quedándonos 10 días”, cuenta.
Pero, ¿cómo es vivir en una casa rodante? Para Duquiero, tal vez la única persona en Medellín que vive en un lugar así, es una pasión. Recuerda que en Barichara parqueó en todo el filo de la montaña. Se despertó rayando el alba, como se dice, y vio el amanecer desde la cama, un espectáculo que no olvidará. “Es como tener el patio que uno elija. Todos los días puedo tener un paisaje diferente”, dice Duqueiro.
Por otro lado, tener una casa rodante permite conocer mucha gente. Cada tanto se hacen encuentros de viajeros en cualquier rincón del país. Alguien convoca y los interesados llegan hasta el lugar a compartir, a hablar de las casas, a jugar bingos, a hacer excursiones. Duqueiro, por ejemplo, está en siete grupos de Whatsapp con dueños de casas rodantes, personas que viven errando, como él, por los pueblos y ciudades de Colombia y de América del Sur, amaneciendo todos los días frente a un paisaje diferente.
La familia de Duqueiro comparte viajes con otros aficionados a las casas rodantes.
Una de las dificultades de esa manera de vivir es el agua. La casa de Duqueiro tiene un tanque de 200 litros que sirve para el baño y la cocina. Cuando viaja solo, que es a menudo, le rinde bastante, pero otra cosa es cuando va con tres personas más, su esposa y dos hijas. “Yo paro a tanquear y digo que, además de diésel, necesito agua. En algunas partes no hay y se empieza a complicar”, comenta.
También hay incomodidades, como cuando alguien lo levanta para que mueva el carro. O el curioso que nunca ha visto una casa rodante y quiere acercarse y mirar a través de las ventanas. Son cosas a las que están expuestos, pero Duqueiro dice que no valen la pena.
En Medellín y viajando, Duqueiro y su esposa duermen siempre en la casa rodante, un estilo de vida particular, extraño para la ciudad. Pero el sueño es seguir errando e ir hasta Ushuaia, en el extremo más austral de América, donde los pingüinos saludan a los viajeros. Hasta allá llegarán rodando.
En alianza con la Unidad para las Víctimas, la Organización Masbosques entregó un portátil a joven Embera para continuar sus estudios de manera virtual.
A propósito de la Conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el mundo destaca el rol de las mujeres como líderes en sus comunidades y agentes del cambio para enfrentar la crisis climática. Las mujeres de comunidades, especialmente indígenas, contribuyen al desarrollo sostenible.
Es por esto que la educación, como mecanismo de inclusión y calidad educativa de los pueblos indígenas, comunidades negras, afrodescendientes y otras, sigue siendo uno de los retos de la política pública en Colombia. El acceso a la escolaridad con calidad educativa de estas comunidades y mujeres continúan siendo uno de los desafíos más importantes, si lo que se quiere es reducir las brechas educativas que perpetúan y agudizan la exclusión económica y social de estas comunidades.
A esto, se le suma el conflicto armado que viven estas mujeres desde sus comunidades desde tiempo atrás en el país, como también las distancias, falta de tecnología y acceso de las niñas y mujeres indígenas a la educación.
Hace un año, Keisy Caori Niaza, joven embera del Resguardo Las Palmas, ubicado a unos 10 minutos del municipio de Apartadó en el departamento de Antioquia, jamás habría imaginado que, a pesar de las muchas luchas que ha tenido que superar por cuenta de la violencia y la falta de oportunidades en el país, estaría hoy estudiando Ciencias Naturales e inspirando a otras niñas de su comunidad.
Keisy Caori – Foto: Masbosques
“Keisy ha sido una de las estudiantes pioneras en nuestra comunidad, atendiendo a la disciplina que se vio desarrollada durante esos dos años que yo he trabajado aquí en la institución. Su proceso formativo fue muy bueno, ocupando siempre los primeros lugares en los períodos académicos. Es una niña muy ejemplar, muy comprometida con la educación, una estudiante que focaliza muy bien lo que quiere, además, tuvo mucha participación en los eventos culturales, en todos los racionados con el institucional. Podemos decir que fue personera, participó en un evento que hicimos en las Olimpiadas de Matemática en el Colegio Mutis, donde salimos premiados con el primer puesto. Lideró diferentes proyectos en la institución educativa, como en este caso el grupo de danza.” Así lo expresó Alexander Murillo docente de la Institución Multiétnica Bagará.
Con tan solo 18 años, ha sabido reponerse y sobre salir en temas académicos, ambientales y artísticos en su resguardo, inspirando así a otros niños y niñas que sueñan con seguir aprendiendo y es por eso, que, en alianza con la Unidad Para las Víctimas del Urabá y el Darién, Masbosques hizo entrega de un equipo para que estudie este pregrado.
“Hoy estamos aquí, con la Unidad para las Víctimas, porque queremos unirnos en pro de una labor muy bonita en el resguardo Las Palmas. En este resguardo, hay una chica indígena que fue la mejor bachiller y que ha tenido admirables logros académicos quien actualmente está estudiando Ciencias Ambientales. Es por eso por lo que nos unimos para llegar hasta allí para entregarle un ordenador. El reto también es que otras mujeres de estas comunidades puedan tener acceso a formación y puedan empoderarse y transformar el territorio”. Así lo manifestó Sandra Duque subdirectora Organización Masbosques Colombia quien aseguró que su labor es digna de reconocimiento.
Keisy Caori – Foto: Masbosques
Caori y su familia, son víctimas del conflicto armado es por eso, que la directora de la Unidad Para las Víctimas Urabá y el Darién Leslie Paz, resalta la importancia de este tipo de vinculaciones en pro del bienestar de las comunidades que además de conservar, son sujetos de reparación en el país: “Esta alianza es muy importante para la Unidad Para las Víctimas en el fortalecimiento de las medidas de reparación para que se garantice una restauración del territorio, entendiendo que las víctimas del conflicto armado junto con la naturaleza fueron sujetos de graves violaciones a los Derechos Humanos. Unirnos en favor de las comunidades y la conservación del medio ambiente, es unirnos en favor de la reparación.”
La carrera que esta joven eligió es a distancia, por lo que este equipo portátil entregado facilitará su proceso formativo y el de los demás integrantes de la familia: “con este computador puedo realizar mi estudio porque es virtual. No tenía cómo hacer mis tareas, mis talleres o cómo conectarme a las clases. Gracias a Masbosques y a la Unidad para las Víctimas tengo esta oportunidad para seguir adelante. Mi mensaje para todas las niñas indígenas de las comunidades, de los resguardos, es que sigan sus sueños, que sigan adelante, que no se queden ahí, que luchen por tener algo y que no dependan de nadie.”
Desde Masbosques “Una de nuestras prioridades es trabajar en pro del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en ese camino, la alfabetización sigue siendo fundamental si lo que se busca es garantizar una educación inclusiva, reducir la pobreza de nuestras comunidades, lograr una educación equitativa y de calidad. Me complace saber que Keisy podrá avanzar en oportunidades de aprendizaje e inspirar a otras niñas y mujeres indígenas de su comunidad.” Sostuvo Jaime Andrés García, director ejecutivo de la Organización Masbosques Colombia.” Sostuvo Jaime Andrés García director ejecutivo de la Organización Masbosques Colombia.
Indicadores de Pagos por Servicios Ambientales en esta subregión.
Desde el 2021, la organización viene realizando labores de conservación en esta región del país, logrando así la conservación de miles de hectáreas de bosque y apoyando a las comunidades a través de su estrategia Banc02 de Pago Por Servicios Ambientales.
Solo en este resguardo se conservan 15 hectáreas de bosque nativo, el cual está conformado por al menos 140 familias y un aproximado de 400 habitantes. Para el caso de la subregión del Urabá, la organización Masbosques trabaja con 17 comunidades indígenas, cinco afros y se han restaurado 73,8 hectáreas de bosque y conservado 14.382,7.
Exclusivo Colombia buscó los archivos judiciales de los casos más escalofriantes de crímenes cometidos en Antioquia en nombre de la brujería, que en pleno siglo XXI sigue teniendo seguidores, rituales oscuros y sucesos tan reprochables como la muerte de un niño de 6 años, a manos de su madre y padrastro que esta semana fueron declarados culpables por ese crimen.
Donde hay minería hay tradiciones de brujería, mitos de curanderos, yerbateros y nigromantes que ayudan a conseguir rápidamente la fortuna del oro, el amarre del ser amado o un pacto con el diablo para ver el futuro.
Segovia, en el Nordeste de Antioquia, lleva décadas conviviendo con historias de seres oscuros, leyendas como las del libro “La Bruja” de Germán Castro Caycedo, o realidades tan crueles como el crimen de un niño de 6 años, el pequeño Maximiliano, torturado y golpeado hasta la muerte por los miembros de un grupo de criminales, entre los que se encontraban su madre y su padrastro, que buscaban, literalmente, que los espíritus a través del infante, les dieran la ubicación exacta de una guaca de oro.
Créanlo o no, esta, que en comienzo parece una tétrica historia de terror del siglo XIX, es la historia real de uno de los peores crímenes de los últimos años en Antioquia, una recopilada en los archivos judiciales y un proceso que llevó a declarar culpables esta semana a la madre y el padrastro del menor y que pueden tener una pena de hasta 60 años tras las rejas.
“La Fiscalía solicitó se le imponga a cada uno de los procesados la pena más alta consagrada en el Código Penal, luego de ser vencidos en juicio por los delitos de homicidio agravado, tortura agravada y desaparición forzada agravada. El 21 de septiembre de 2022, la madre de la víctima reportó la supuesta desaparición del menor y afirmó que su hijo no había regresado a casa después de salir de una tienda ubicada en el municipio de Remedios. El trabajo articulado de la Fiscalía, el CTI y la Policía Nacional logró determinar que el niño fue golpeado indiscriminadamente durante dos días por un grupo de personas que se hacían llamar “Los Carneros” en medio de un ritual para ubicar una supuesta guaca con oro. Durante la audiencia de sentido de fallo, la judicatura absolvió a la abuela materna del menor y a su compañero sentimental. También fijó la audiencia de lectura de fallo para el próximo 19 de abril”, dijo el director de la Fiscalía en Antioquia, Daniel Parada.
Brujería criminal
Exclusivo Colombia tuvo acceso a varios de los archivos judiciales que llevaron a las autoridades a identificar a los culpables del crimen, al grupo conocido como “Los Carneros” y como se desarrolló la investigación con detalles estremecedores, que incluso, advierten las autoridades, lograron afectar sicológicamente a varios de los agentes de la Policía Judicial y la Fiscalía que conocieron el caso.
Así fueron presentados por la Policía de Antioquia, todos los llamados “Carneros”, capturados por el crimen de Maximiliano. Foto: Policía de Antioquia.
“El líder de esta secta, es el padrastro del niño, él es quien, a través de uno de sus secuaces o sus acompañantes, quien se hace pasar por un médium es “alias orejas”. El padrastro le dice a la progenitora del niño que al parecer no están teniendo productividad en su actividad de minería porque el medium le ha dicho que el niño tiene en sí o dentro de sí unos espíritus malignos que van a realizar ciertos rituales para poder extraer esos esos espíritus. La forma de extraerle y de todos esos espíritus mediante actividades de tortura, presentar lesiones fueron manifestados por algunos testigos”, dijo uno de los miembros del grupo especial de investigaciones que viajó desde Bogotá a Segovia a apersonarse del caso.
Escuche el audio:
El niño pasó poco más de un mes desaparecido en medio de la zozobra e indignación de la población. Los rumores de que los responsables estaban muy cerca fueron creciendo entre los habitantes de Segovia, que ya conocían de las actividades de los llamados “Carneros”, un grupo familiar, que, según el expediente, realizaban hace años rituales de brujería y santería para hallar las denominadas guacas de oro, en las minas de la población.
Esto se pudo confirmar tras un allanamiento a la casa de la madre, hoy culpable del delito, Sandra Patricia Caro alias “La Cacica”. En esta diligencia, confirmó la Fiscalía Seccional de Antioquia, se encontraron muñecos vudú junto con libros de esoterismo y varios cuadernos, utilizados supuestamente para realizar rituales.
El líder de “Los Carneros” era el padrastro de Maximiliano, Fabio Andrés Carmona Ramírez, alias “Líder”, también culpable ante la justicia y jugando el papel de médium y guía “espiritual”, aparece Robinson Smith, alias ‘Orejas’ y su esposa Susana Ceballos, ambos capturados y en el proceso.
Como si fuera poca la mala suerte del pequeño Maximiliano, las autoridades identificaron en el mismo grupo a Damaris Estela Pérez, su propia abuela y a la pareja de esta, Fabián Alberto Monsalve, alias “El Meditador”. Una familia completa, que ahora se sabe por la justicia, conspiraron para asesinar un niño en medio de un brutal rito de brujería.
Segovia no supera aún los hechos ocurridos entre septiembre y octubre de 2022. La búsqueda de Maximiliano se extendió por un mes, hasta que las autoridades, presionando a uno de los miembros de la secta, logró hallar la fosa donde estaba sepultado. El hallazgo ocurrió en un despoblado de la vereda El Alto, de la misma población el 28 de octubre y la autopsia confirmó con pruebas científicas, el grado de brutalidad con la que fue castigado el niño.
No es cuento, son crímenes reales
Para este caso, Exclusivo Colombia investigó los archivos judiciales que se remontan al 10 de junio de 2010, cuando visitantes del que hoy es el Parque Ecológico de El Salado, en Envigado descubrieron el cuerpo de una mujer, vestida de blanco de pies a cabeza y apuñalada con sevicia.
Fotos: Cortesía Colección privada
Ese día, recuerda uno de los testigos de esa época, los policías que llegaron a la escena del crimen, no se atrevieron a tocar ningún elemento, prefirieron permanecer a varios metros, mientras los agentes de Policía Judicial llegaban a hacer la inspección técnica. Lo que vieron aterró a muchos.
El cadáver reposaba en un recodo formado por la quebrada La Ayurá y al lado de la víctima se encontraron tres velones blancos, tres muñecos de tela, dos de los cuales evidentemente, eran una pareja vestida para un matrimonio, además, una nota que no dejaba dudas de lo que estaba ocurriendo antes del asesinato: “Absorbo tu energía y fuego como persona. Los estoy enterrando para que muera”.
En los registros aparece que la mujer, de 30 a 35 años, no fue identificada en ese momento, pero además… hasta la fecha este asesinato no se ha esclarecido.
La “inquisición” en Santa Bárbara
La historia de María Berenice Martínez no ocurrió en el siglo XIX, ni ocurrió en algún pueblo medieval europeo. Ocurrió el 29 de septiembre de 2012, en la vereda Don Santos del municipio de Santa Bárbara, en el Suroeste antioqueño.
Lo que ocurrió ese día solo fue el resultado de una serie de acontecimientos que parecen sacados de una historia de la Inquisición, una literal cacería de brujas, orquestada desde el rumor, que de boca en boca se espació en la vereda sobre un supuesto pacto con el diablo de María Berenice, una humilde mujer de 47 años, que tenía exceso de perros en su parcela y mala fama.
Según advierten los archivos judiciales y los testimonios recogidos entre vecinos y familiares en la zona, a la mujer le acusaban de prácticas de brujería en contra de varias jovencitas de una familia vecina. Con extraña similitud a los hechos ocurridos en la población de Salem, en Estados Unidos en el siglo antepasado, las jóvenes acusaban sentir la presencia de “la bruja” desde años atrás, incluso, según consta en un acta policial, intentaron lincharla por esa razón el 24 de agosto de 2011.
El caso pasó a mayores, cuando en la escena apareció un autodenominado brujo, conocido como “El Loco”. Se supone, que él, con atribuciones “mágicas” sacaría a María Berenice de la vereda con “siete pelas” y la primera ocurrió el 23 de marzo de 2012. Pero no bastó.
Las constantes agresiones contra la mujer tuvieron un final de tragedia, cuando una turba se metió a la casa de la víctima. Ese 29 de septiembre, un grupo de linchamiento redujo a la indefensión a María Berenice, la desnudaron, le arrancaron la cabellera y le prendieron fuego tras rociarle gasolina. Su cuerpo, fue hallado, paradójicamente, en la cocina, frente a un altar que le tenía ella a la Virgen del Carmen.
Esta es una de las únicas fotografías que se conocen públicamente de María Berenice Martínez, asesinada de manera brutal en Santa Bárbara. Foto: Cortesía
Por el caso se ha presentado un largo proceso judicial donde se presentaron 7 capturas, la mayoría de una misma familia, precisamente de las niñas que dijeron sentirse acosadas por la presencia maligna de la víctima. Los acusados fueron procesados, pero a la fecha no hay condena. No obstante, el caso trascendió.
En 2022 La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) inició una investigación para determinar la presunta responsabilidad del Estado en la impunidad judicial por el homicidio, que calificó como un atentado a los Derechos Humanos. De acuerdo con el expediente y la solicitud elevada por sus familiares.
Ritual mortal
El 28 de septiembre de 2021, la mala suerte, la imprudencia y un ritual de “sanación” terminó en tragedia. Esta vez la víctima fue una mujer de 31 años, identificada como Daniela Andrea Arbeláez, que, confiada en sanar, limpiar su “energía” y volver por la senda de la buena suerte, confió en las manos de un supuesto experto en rituales, hoy identificado por las autoridades como Martín Rangel “El Brujo de Liborina”.
Daniela Arbeláez falleció tras resultar quemada en un ritual de “sanación”. Foto: Cortesía
Todo lo que podía salir mal, salió mal. La sesión, en una vivienda de la vereda Juntas, del municipio de Sopetrán, tenía como requisito poner a Daniela en medio de un “circulo de fuego”, una especie de rito de limpieza del aura, que incluyó polvo de azufre y alcohol industrial.
Acostada en el círculo improvisado, ni Daniela ni el brujo, sospecharon lo inflamable y peligroso de la mezcla de azufre y alcohol. Tan pronto las chispas tocaron el vestido de la víctima, ella se prendió en llamas ante la vista, de él y de familiares que la habían llevado hasta allá.
Ya quemada en un 75% de su cuerpo, a trasladaron en un vehículo hasta el Hospital San Juan de Dios, de Santa Fe de Antioquia, pero por la gravedad de las heridas, tuvo que ser llevada el Hospital San Vicente Fundación, de Medellín, y fue necesario recluirla en la unidad de quemados, en donde murió 7 días después.
El “Brujo de Liborina”, según explicó la Fiscalía, hoy reposa en una cárcel con cargos encima por homicidio.
Creer o no en la brujería, es una condición personal. Pero cada hecho criminal de los encontrados por Exclusivo Colombia, son reales, las víctimas de estos hechos fallecieron víctima de circunstancias insólitas y trágicas, en el caso de Daniela, como ejemplo, con tres hijos pequeños, huérfanos, por un ritual de suerte, que le trajo solo la muerte.
Exclusivo Colombia revela detalles de una rápida investigación internacional liderada por la policía de Antioquia que terminó con la captura de una mujer en Venezuela, señalada de asesinar a la hija de su pareja. El expediente demuestra que la madre de la menor ayudó a escapar a la presunta victimaria
El 30 de enero de este año, un aberrante caso de violencia puso a prueba a un equipo de investigadores de policía judicial en Antioquia. No se trataba de un hurto o una alerta por extorsión. La denuncia parecía increíble, pero era la cruda realidad. Una mujer llegó con su bebé de 7 meses en brazos al hospital San Juan de Dios de Rionegro. Desesperada y, aparentemente angustiada, clamó ayuda, pero la niña ya no respiraba.
Una vez se activaron los protocolos de atención, los médicos, en un acelerado esfuerzo por intentar reanimarla, descubrieron que la pequeña reportaba múltiples golpes en todo su cuerpo, pero aquí no paraba el asombro. En un informe preliminar, hubo sospechas de abuso sexual.
Rápidamente, la muerte de la niña despertó conmoción en la opinión pública. El primero en confirmar el atroz crimen fue el alcalde de Rionegro, Jorge Rivas, quien a las 10:00 a.m. apareció en una declaración videográfica rechazando la muerte y hablando del diagnóstico médico que le informó la institución de salud “el médico prontamente hizo un diagnóstico encuentra que esta menor se encuentra con presuntos signos de violencia”.
Según la madre de la niña, su pareja, otra mujer de nacionalidad venezolana habría cometido el crimen y huyó.
Luego, coronel Carlos Martínez, comandante de la Policía de Antioquia, concedió una rueda de prensa en la que reveló los primeros detalles del asesinato y anunció un gigantesco operativo para dar con el paradero de la presunta responsable “se está esperando el resultado de la necropsia que ya fue practicada pero el reporte preliminar del centro asistencial donde fue atendida y llevada por su madre indicaba que tenía algunos de signos de violencia sexual y maltrato físico”.
Horas más tarde, se conoció la primera fotografía de la presunta responsable del crimen quien fue identificada como Denisse Daylis Mijares Farfán. En la imagen, captada por una cámara de seguridad se ve como la mujer huye en compañía de otro menor de 5 años.
Y mientras el asesinato de la niña causaba dolor e indignación, los funcionarios de policía judicial revisaban cámaras de seguridad y trazaban la posible ruta que la mujer utilizó para escapar. Se trataba de un operativo que no daba espera.
Una semana después, el coronel Martínez reveló la fotografía oficial de la presunta responsable del crimen, quien se convirtió en la mujer más buscada de Antioquia, pero la investigación derivo en un nuevo reto: las autoridades descubrieron que la mujer huyó hacia Venezuela, pero la colaboración de las instituciones permitió expedir rápidamente la circular azul de Interpol.
Después de 16 días de una extensa búsqueda por el territorio colombiano y Venezuela, fue capturada la presunta responsable por la Policía Nacional en coordinación con la Fiscalía General de la Nación y organismos de seguridad de la República Bolivariana. Su detención fue en el barrio Francisco de Miranda del estado de Táchira.
Giro inesperado en la investigación
Exclusivo Colombia conoció apartes de la investigación que descubrió que la madre de la menor asesinada, se convirtió en la cómplice de la presunta victimaria, quien después de mostrar angustia y dolor en el hospital con su niña fallecida en brazos, distrajo a los policías y desvió el camino de los investigadores para que su pareja escapara.
Para constatar esa hipótesis, miembros de inteligencia y policía judicial, con el apoyo de la comunidad y la tecnología, analizaron más de 36 horas de video, en los que se observó la salida de la presunta victimaria desde el oriente antioqueño, hacia Norte de Santander.
Hasta Cúcuta, frontera con Venezuela llegó una comisión especial de la Policía para rastrear a la mujer que llevaba cerca de 12 días ocultándose en una zona donde ella nunca pensó que estaría al descubierto, pero lo más sorprendente llegó en medio del operativo de captura: la presunta asesina fue encontrada en compañía de su pareja, Laura Rodríguez (madre de la menor asesinada).
Muchos se preguntan ¿Por qué la madre de la niña asesinada terminó al lado de la presunta asesina? ¿el síndrome de Estocolmo estaría asociado al asesinato de la bebé?
Las drogas sintéticas en todas sus presentaciones, son las de más alto crecimiento en consumo en el mundo según la Organización de las Naciones Unidas, una de ellas, el llamado “Tuci” o mal llamada “Cocaína rosada”, es de venta desmedida en Colombia, incluso, fabricada con recetas que se consiguen libremente en Internet. Lo peor: es una mezcla que puede ser letal.
Ese polvo rosado que se expende de manera ilegal en los sitios de rumba más visitados de la ciudad es todo menos 2CB, que es la fórmula original creada en Países Bajos en 1.974 por el químico Alexánder Shulgin en un experimento para sintetizar una droga psiquiátrica. Lo que llaman hoy “Tuci” “Tucibí”, es una degradación de mezclas pulverizadas de manera casera, que no solo es altamente peligrosa para la salud, es potencialmente mortal y las recetas son tan precarias, que hoy incluyen ácido tartárico para darle sabor frutal, o bicarbonato para hacerla soluble y se ha encontrado, incluso, mezclas con colorizantes industriales para hacer que el polvillo resultante sea reflectivo con las luces de las discotecas.
Así, sin muchos problemas, cualquiera que entre a Youtube puede encontrar cuentas que ofrecen la receta mortal del “Tucibí”. Foto: tomada de la web
Exclusivo Colombia estuvo rastreando en la Web decenas de páginas, post en redes sociales y otros canales, incluso en la llamada Deep Web, para encontrar, de manera insólita, más de 100 formas diferentes de conseguir recetas y fórmulas para fabricar el llamado “Tuci”, con herramientas tan básicas, como las que cualquier persona tiene en la cocina, pero con ingredientes tan peligrosos como la Ketamina (un sedante para caballos), cafeína pura y una gama de estimulantes, drogas psiquiátricas y hasta el ya conocido y mortal Fentanilo.
No se trata esta vez de un mito urbano. Las principales “cocinas” del llamado “Tusi” en Colombia, están en Medellín y el área metropolitana y esto lo tiene bien identificado la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación.
En septiembre del año pasado fue capturado y enviado a la cárcel alias “Peluca”, un coordinador de la reconocida banda de “Los Chatas” en Bello, identificado como Wilmar Alexander Palacio Aguirre, una especie de cabecilla de la distribución de drogas en el Valle de Aburrá y que era conocido como el “Rey del Tuci”.
“Peluca” es, tal vez, el más reciente “capo” de este tipo de droga en caer en manos de la justicia, no obstante, las autoridades presumen, por información de Inteligencia, que hay no menos de 20 cocinas ilegales, que, de manera clandestina, están surtiendo un negocio enorme en las calles de la ciudad.
Alias “Peluca” fue capturado el año pasado. Las autoridades le señalan como el “Rey del Tusi” en el Valle de Aburrá. Foto: Policía Metropolitana.
La Fiscalía General de la Nación estima que el negocio de “Peluca” dejaba en promedio unos 2.000 millones de pesos mensuales a la organización. “Parte de ese dinero habría sido invertido en la instalación de laboratorios improvisados en apartamentos y casas de personas de confianza del investigado”, indicó en ese momento el director especializado contra las Organizaciones Criminales de la entidad, Carlos Roberto Izquierdo.
“Un gramo de “Tuci” en Medellín puede valer desde 40.000 pesos hasta 120.000 pesos, dependiendo del lugar de expendio. En este momento hay problemas con el decomiso de este tipo de droga. No tiene un olor particular, se consume en sitios cerrados, en discotecas, se hace venta a domicilio y a los turistas que vienen a la ciudad les encanta por que creen que es muy barata”, dice un investigador de la Fiscalía especializado en el tema.
Una historia de “película”
Esta droga no es nueva, ni el mundo ni en Medellín. La primera alerta y detección del “Tusi” en la ciudad se remonta al año 2007, cuando en informes de Inteligencia de la Policía Metropolitana se dio conocimiento del expendio de una nueva sustancia, una droga sintética, que se estaba vendiendo en las fiestas electrónicas y en discotecas de lujo. Era, para entonces, una droga muy costosa, cuya fórmula había sido importada y sintetizada por un hombre conocido con el alias de “Alejo Tucibí”.
Al mejor estilo del protagonista de la popular serie estadounidense Breaking Bad, Jesse Pinkman, en este caso, “Alejo”, se ingenió la forma de reproducir la fórmula química 4-bromo-2,5-dimetoxifeniletilamina (2CB), dando como resultado el polvo rosado, que muy pronto llegó tener un valor de hasta 250.000 pesos el gramo y como consecuencia, la mirada de los grupos delincuenciales, no solo de Medellín, sino de ciudades como Cali y Bogotá, que dominaban en ese momento el mercado ilegal de las drogas de “moda” como el éxtasis y las metanfetaminas.
En una de las alertas tempranas del Observatorio de Drogas del Ministerio de Justicia de 2016 se reseña: “En Medellín, la prevalencia de consumo de drogas en el último año es del 3.6% y es el grupo de edad más predominante entre los 19 y 29 años. Sin embargo, hay un subregistro relevante sobre el consumo de las nuevas drogas que son vendidas como alternativas legales a las drogas clásicas de abuso. El objetivo de este reporte es mostrar tres casos que muestran las complicaciones cardiovasculares, neurológicas y musculares asociadas con 4-bromo-2,5-dimetoxifeniletilamina (2CB), sustancia conocida en Colombia desde 2007. El consumo de 2CB está en aumento y es prioritario que los profesionales de la salud reconozcan sus riesgos”.
Según fuentes judiciales hoy, incluso, se puede conseguir un gramo de “Tuci” hasta en 25.000 pesos, incluso más barato que una dosis de clorhidrato de cocaína, conocido como “perico”, pero no es 2CB, y el peligro para los consumidores es muy alto.
Foto: Policía Metropolitana Valle de Aburrá
“Receta casera”
El Dr. Hugo Gallego Rojas, toxicólogo de la Clínica de las Américas, docente de la Universidad de Antioquia, investigador y experto en sustancias psicoactivas con más de 30 años de experiencia, habla de la evolución de las llamadas drogas sintéticas y en sus estudios ha conocido casos que hablan de la peligrosidad de las mal llamadas “recetas caseras” del “Tuci”.
“Empezaron a hacer sustancias en las casas de manera artesanal. Y esto comenzó con, por ejemplo, con las metanfetaminas y anfetaminas cuando, a finales del 2000, o sea, en la década del 1990 del 2000. Entonces empezaban a mandar inicialmente en forma de pastillas, posteriormente empezaron a mandarlas en forma de polvo. Y aquí a crearse unos laboratorios clandestinos con prensas para tabletear eso y empezar a darle diseños. Fue entonces, cuando empezaron a verse, por ejemplo, que había unas recetas caseras, que no necesitaban que trajeran desde Europa los principios activos, sino que algunos antigripales tenían, por ejemplo, unas sustancias vasoconstrictoras estimulantes que de ahí se podían sintetizar las anfetaminas”. Dr. Hugo Gallego Rojas
Lo grave es que ahora, lo que se ha podio descubrir es que no solo se pueden encontrar en páginas de Youtube y en diferentes redes sociales, las recetas, sino que cada una tiene componentes diferentes con hallazgos insólitos en las muestras que se han analizado.
“A esas recetas caseras que empezaron entonces a aparecer en Internet, que usted la puede elaborar en casa, comenzaron a copiar entonces y a agregarle otras sustancias porque los adictos en la calle, los clientes en la calle, querían experimentar o sentir síntomas o manifestaciones diferentes. Empezaron entonces a adulterarla con anestésicos locales, con anestésicos y posteriormente con anestésicos disociativos como la Ketamina que es una de las que está más presente hoy en día en los preparados del “Tucibí” que circula generalmente en Colombia, particularmente en Medellín, pero además de ello a ese “Tucibí” cada persona que empezó a producirla de manera casera, empezó a crear sus propias recetas. Entonces le ponían o le ponen sedante, le ponen tranquilizantes le ponen antiparasitarios, que tienen efectos o relajantes, para que las sientan efectos diferentes”, agrega el toxicólogo.
Cualquiera que sea el resultado de estas recetas, advierte el especialista, el resultado puede ser nefasto. Desde cuadros de alteración nerviosa, hasta los efectos bien conocidos de una mezcla, que ya el año pasado generó la alerta de las autoridades en la ciudad, cuando se encontró el “Tuci” mezclado con “Fentanilo”.
Lo cierto es que la acción de las autoridades en este aspecto es que la incautación es mínima en esta droga. El año pasado se incautaron en la ciudad, según el Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia de Medellín, casi 30.000 dosis de drogas sintéticas y menos del 1% de estas corresponde al “Tucibí”.
Diferentes concepciones sobre el uso del espacio público están en pugna
En la Plaza Botero se cocina una disputa de baja intensidad. Ese lugar en el centro, donde están las 23 esculturas de Fernando Botero, está bajo el escrutinio público desde hace tiempo: la explotación sexual, los robos, el cercado, el desmantelamiento del cercado. Pero, por debajo, hay una disputa que se viene cocinando y que había pasado desapercibida.
El 23 de noviembre de 2023 se anunció que una “callecita de Provenza” se había inaugurado en Plaza Botero. Para esa fecha se abrieron sucursales de varios restaurantes, todos venidos de Provenza. La noticia se tomó con agrado y se celebró en medio de las malas noticias que usualmente genera este lugar del centro.
Desde entonces es posible ver mesas con manteles en el espacio público y una oferta gastronómica que antes no existía. Los nuevos restaurantes llegaron a compartir el lugar con las mujeres que ejercen la prostitución y que caminan de un lado a otro de la Veracruz; con los venteros sin permiso de Espacio Público que deambulan por allí. Más allá de eso, del contraste muy colombiano, nada más pasó.
Hasta el pasado 24 de febrero, cuando El Colombiano publicó un artículo titulado “¿Van a convertir la Plaza Botero en un nuevo Provenza?”. De inmediato, las críticas cayeron en redes sociales y los usuarios se empezaron a preguntar sobre la recuperación del centro.
Jenny Giraldo, en X, dijo al respecto: “De esto se trata el proyecto de “recuperar el centro de Medellín”. Encarecerlo, gentrificarlo, expulsar a quienes siempre nos la hemos jugado por él a pesar de estar en grave estado de salud, a los que no necesitamos que se “recupere” para habitarlo”.
Dio en el blanco. Justo después de la publicación de El Colombiano, varios venteros de la plaza, que llevan muchos años, se comunicaron con un periodista de Exclusivo Colombia para expresar su inconformismo. Uno de ellos es Alberto Ávila, presidente de Asobotero, una asociación que reúne a artesanos, venteros informales y fotógrafos que se ganan la vida en la plaza.
El artículo del diario antioqueño citaba a Juanita Cobollo, presidenta de la corporación Provenza y dueña de una de los restaurantes que llegaron a Botero en noviembre del año pasado. La líder dijo, en términos generales, que la idea era ocupar el espacio público pagando una cuota por ello a la Alcaldía. Además del restaurante de Cobollo, se anunció la apertura de una sede de El Social, un bar en auge que impusó un concepto que se ha ido expandiendo por el valle de Aburrá.
El meollo del asunto es que los comerciantes viejos como Alberto y muchos otros tienen una visión diferente. Exclusivo Colombia habló con Daniel Silva, dueño de un restaurante en Botero y quien lleva siete años habitando la plaza. El comerciante dijo que no quieren replicar el modelo de Provenza que, a su modo de ver, tiene muchos problemas: “No queremos que esto acá se convierta en un lugar de rumba ni de aglomeraciones de personas. Nosotros llevamos más tiempo acá y hemos pensado el lugar de una manera diferente”.
Los alrededores de la Plaza Botero están atiborrados.
Y es que Silva ya tuvo un encontró con Cobollo, lo que demuestra que entre los nuevos y los viejos comerciantes hay diferencias. “Yo soy la persona que ella mencionó en la nota, a la que dijo que le mandó a entrar las mesas con los funcionarios de Espacio Público”, precisó.
Silva y otros comerciantes más antiguos están formando una asociación nueva para impedir que la llamada gentrificación los saque del lugar que han habitado desde hace años. La pregunta que hay que hacerse es quién planea cómo hacer uso del espacio público y, principalmente, qué papel cumple la administración pública.
Es claro que hay una puja, dos visiones de lo que debe ser Botero. La ciudad no está del todo al tanto de lo que por debajo se está moviendo en este espacio icónico.
¿Y los venteros?
Otro tema que preocupa es la caracterización de los venteros que ocupan Botero. La actual administración llegó con la promesa de organizar el espacio público. Hasta ahora, sin embargo, los resultados han sido escasos.
Ávila, el líder de los venteros, dijo que hay un desorden que no está permitiendo que los turistas hoy disfruten a plenitud del lugar. Con la promesa de la resolución que les dé permiso para vender, muchos se la pasan de un lado a otro, casi que implorando, con sus productos a cuesta. Si se quedan en un sitio, los funcionarios los hacen mover para otro y eso entorpece todo.
De manera que la disputa no es solo por el comercio, sino también por quién puede estar en la plaza. ¿Qué papel tomará la Alcaldía?
Exclusivo Colombia habló con Rosalba Franco, una antioqueña que pagó más de 8 años de condena por un delito, que asegura, no cometió. Hoy, en libertad condicional, la mujer reveló que uno de sus hijos se intentó suicidar 3 veces, denunció que fue amenazada de muerte y exigió justicia.
“Fue un día muy duro, muy duro, de mucho llanto y de mucho dolor “. Así comenzó la entrevista con Rosalba Franco, una mujer oriunda de un humilde barrio del municipio de Envigado. Con su voz pausada, recordó como le cambió su vida el 27 de noviembre del año 2014, día que fue detenida “me capturaron por los delitos de concierto para delinquir, desplazamiento forzoso, contratación de menores y estupefacientes”.
Fue un momento de oscuridad para ella y su familia, dice. Agentes de la Sijín llegaron hasta su casa y la capturaron por presuntamente ser la jefe de una temida banda delincuencial del Tablazo, en el municipio de Itagüí. Algunos la llamaban por su nombre, otros por alias la mona, un calificativo criminal que, en medio de la angustia, la hizo pensar que se trataba de un error.
Pero ese supuesto “error”, agrega, le arrebató su libertad, parte de su matrimonio y la compañía en la adolescencia de sus dos hijos que hoy tienen 24 y 35 años.
Rosalba fue condenada y recluida en la cárcel El Pedregal de Medellín, donde purgó una condena de 8 años, dos meses y 7 días, un tiempo que nombra con exactitud y que para ella fue un infierno “la cárcel fue una humillación, todo fue duro como la alimentación, es perder la dignidad, sentirte vigilado las 24 horas del día, es una experiencia muy dura, muy amarga”.
¿Cómo nació el movimiento -Liberen a Rosalba-?
Rosalba trabajaba en la papelería de la Institución Educativa El Salado, en el municipio de Envigado. Su caso generó tanto impacto que su familia, amigos, vecinos, profesores e incluso directivos de la institución apoyaron un movimiento llamado “Lberen a Rosalba”. Inicialmente fue creado un portal web con el mismo nombre en Facebook para publicar pruebas de su inocencia, registros de prensa, saludos de ánimo, velatones, plantones, mensajes para exigir su libertad e incluso fue producido un cortometraje que cuenta su historia. Hoy el sitio web tiene cerca de 3 mil 500 seguidores.
El movimiento el respaldo, a través de links y código QR, con los hashtags #LiberenARosalba #NoMásPresosPorError
¿Cómo intentó defenderse?
Rosalba asegura que es inocente, que jamás estuvo vinculada a un grupo delincuencial e insiste que mucho menos era alias la mona o cometió los delitos por lo que fue condenada. Cuenta que durante la investigación hubo pruebas “falsas” en su contra, una de ellas fue el presunto vínculo sentimental con otro hombre que fue recluido también en una cárcel, quien luego desmintió tal señalamiento.
La mujer ha cuestionado en varios medios de comunicación a altos funcionarios de la Fiscalía por las presuntas irregularidades en su caso en el que llevó como testigos a profesores y directivos del colegio en el que trabajo, vecinos, amigos y familiares. Dice que la principal prueba fue su palabra, la versión de los más cercanos y la página web a la que se unieron miles de personas que la respaldaron “allí pueden ver todos los testimonios de quien es Rosalba. Se demostró contratos con el municipio, que soy casada, testimonios del alcalde, de los concejales, de los líderes del barrio, de mucha gente y no hubo Dios posible que hicieran caso a estas pruebas”. Agregó que “uno de los muchachos que perteneció a esa banda conoció mi caso y dijo que estaba dispuesto a ser testigo y demostrar que yo no soy esa mujer”.
Pero los esfuerzos que Rosalba hizo para demostrar que no merecía estar entre las rejas fueron en vano. Estuvo en la cárcel 8 años, 2 meses y 7 días. Para la justicia, fue una peligrosa delincuente, pero ella insiste que es una mujer que se ha ganado la vida trabajando y calificó su historia como un “falso positivo”.
Una condena que, según ella, la alejó de su familia “mi hijo mayor intentó suicidarse tres veces, él decía que por qué lo salvaban, que no quería vivir porque su madre era una mujer trabajadora, honesta y buena, que los había levantado con buenas bases; mi hijo menor tuvo que parar sus estudios y se fue para otro país; mi esposo se enfermó y mi mamá quedó muy deteriorada”.
Rosalba quedó la libertad condicional el 21 de enero de 2023. Afuera de la cárcel fue recibida por los suyos y aunque ya está en su casa, todavía sigue prisionera de señalamientos y reveló que fue amenazada “tengo mucho miedo que me puedan hacer algo porque en la cárcel fui amenazada, alguien me dijo que cuando yo saliera me estaban esperando para matarme”. Y agregó que muchas puertas fueron cerradas “si voy a expedir un crédito o abrir una cuenta no lo puedo hacer porque tengo una restricción”.
La mujer le hizo un fuerte llamado a la Fiscalía General de la Nación para que revisen de nuevo su caso y le devuelvan su honra, la que dice, perdió por más de 8 años. Al concluir, pidió justicia, reparación y, sobre todo, garantías de seguridad y empleo para recuperar el tiempo perdido junto a sus hijos y el resto de su familia.
Un periodista de Exclusivo Colombia estuvo en el pueblo y constató que se tema nueva crisis
—Ajá, diles que es una ruta segura. Que los llevamos hasta el otro lado.
Quien habla es un hombre joven que está sentado en una cafetería de Necoclí. Es de noche y hace calor. Aunque el lugar es concurrido, no hace ningún esfuerzo para bajar la voz.
—Ajá, diles que son 150 dólares por persona.
El hombre lleva una riñonera terciada y se toma una cerveza. Todos alrededor saben de qué habla, pero nadie parece prestarle atención.
—Nojoda, diles que la ruta es segura y garantizada.
En Necoclí, casi todo gira en torno a tres cosas: los bares que, con picós, suenan vallenato día y noche; los miles de migrantes que cada año pasan por sus playas; y el turismo, que muchas veces se ha visto afectado por la presión poblacional que en los últimos años se ha cernido sobre el municipio.
Alejandro Jaramillo, dueño del hotel Casa de Pioneros, comentó que él estuvo en el proceso de construcción del acueducto de Necoclí, hace unos 40 años, cuando el pueblo era corregimiento de Turbo. El acueducto se construyó para seis mil personas, la población de ese entonces. Hoy, con la presión del turismo y las olas migratorias, pueden ser unas 40.000 las personas que hacen uso del viejo acueducto. Por eso el agua es tan escasa en el pueblo.
Pero la historia de Necoclí tiene dos caras. De la premura y la miseria de los migrantes se han lucrado miles de personas, y no solo los coyotes que los ayudan a cruzar el Darién. Caminar por Necoclí es ver las tiendas de baratillos ofreciendo productos que en otro lugar parecerían extraños: carpas, ollas, pequeñas pipetas de gas, botellones de agua, botas pantaneras.
En un letrero, por ejemplo, se lee que la carimañola tiene un precio de 5.000 pesos colombianos o un dólar. Es frecuente que los migrantes lleguen a pagar con dólares en supermercados de cadena como D1 y Ara, donde solo se reciben pesos colombianos. En los bares y hospedajes, en cambio, puede haber un poco más de flexibilidad.
Hay toda una economía que se mueve con los migrantes. Un periodista de Exclusivo Colombia recorrió el municipio este 24 y 25 de febrero para ver cómo está la situación en cuanto a la migración y para averiguar por algunos rumores que han aparecido en los medios de comunicación en la última semana.
Lo primero que hay que decir es que en el pueblo hay buena cantidad de migrantes, pero no como en otros momentos. “Siempre hay, especialmente en la playa. Ellos se la pasan por ahí caminando. A nosotros los mototaxistas no nos necesitan, pero sí compran cosas, se quedan en hoteles y consumen mientras esperan que salga la lancha que los lleva a Acandí”, comentó un mototaxista.
Y es que en lo que va de este 2024 ya son 70.000 las personas que han cruzado el Darién en su empeño de llegar a Estados Unidos. La cifra la entregó Juan Manuel Pino, ministro de seguridad de Panamá. El número es alarmante, pues para la misma fecha del año pasado el registro iba en 24.000 personas.
Las tiendas de Necoclí venden toda clase de productos para los migrantes que van a cruzar el Darién.
Por eso, caminando por Necoclí es posible ver grupos de venezolanos que buscan un sitio para dormir. La playa donde está el muelle está atiborrada de carpas donde duermen algunas de las personas que esperan cruzar el golfo. Muchos van con niños, a los que cargan en los hombros y arrastran.
El mototaxista dice que “hay personas de todas las razas”. Necoclí es una pequeña Babel llena de penas, de incertidumbres, de dolores e injusticias. Los coyotes, como el que hablaba al comienzo de este artículo, se dedican a pasar a los migrantes de un lado al otro del golfo, a la frontera con Panamá, donde les esperan 106 kilómetros de una selva apretada y exuberante.
No es fácil hablar con los migrantes, no solo por la barrera idiomática, sino por la presencia oculta y oscura de los coyotes que quieren mantener se negocio seguro.
¿Participan los menores de edad?
Hace unos días, Teleantioquia Noticias reveló en un reportaje que los grupos que mueven migrantes estarían utilizando a menores de edad. Según ese medio de comunicación, los muchachos de 13 0 14 años preferían trabajar con los coyotes en vez de estudiar.
Desde la aparición de la noticia se generó una polémica. La Alcaldía de Necoclí informó, a través de un comunicado, negó tener información de este fenómeno. “Hasta la fecha, no hemos identificado casos puntuales en los que los niños de Necoclí saquen provecho de esta situación”, reza el comunicado.
Necoclí pasó de ser un pueblo turístico, pero tranquilo, a uno muy concurrido. Así se ven sus calles.
En el pueblo, como casi todo lo relativo a los migrantes, se maneja con mucha cautela. La gente dice no tener información de que esto esté pasando. En realidad, nadie quiere dar la cara o poner los dedos en las llagas. Según un artículo de El Colombiano publicado en las últimas horas, en efecto los muchachos se prestan para hacer tareas menores, como conseguir habitaciones a los migrantes en Necoclí, pero no hacen el peligroso cruce hacia el Darién.
Sea como fuere, la situación en Necoclí es compleja. En las últimas horas, el Consejo Extraordinario de la Mesa Migratoria decidió suspender la venta de tiquetes para cruzar el golfo. El motivo es la captura de dos capitanes de estas embarcaciones, lo que se traduce que, para ellos, no hay garantías para seguir con la labor.
Si la para dura varios días, será posible ver a Necoclí otra vez represada de migrantes de todos los orígenes.
Se agotaron los adjetivos para describir los casos de asesinatos y ataques a las mujeres en Antioquia en 2024. Aberrantes, macabros, inhumanos, reprochables o desgarradores, son palabras que se quedan cortas ante situaciones, como la más reciente, descubierta en el municipio de El Retiro, donde una mujer fue hallada violada y golpeada en zona rural de la vereda Pantanillo. Cabe decir, que, para las autoridades, no obstante, ella hace parte de una cifra diferente a la de las 13 mujeres asesinadas y un caso más en estudio, entre enero y febrero, en condiciones tan lamentables como la antes descrita. ¿Qué pasa?
La mujer, a la que se le ha protegido su identidad, se salvó de una segura muerte, solo por un milagro. Según relató el Secretario de Gobierno de El Retiro, Felipe Puerta, la víctima fue hallada por un campesino de la zona, que al revisar en un bosque de pinos, descubrió a la víctima, brutalmente golpeada. Tenía lesiones que la dejaron inconsciente, a tal punto, que la Personería de la población, apenas a unos cuantos kilómetros de Medellín, tuvo que adelantar una búsqueda de la familia para poderla identificar.
“Cuando la recogieron, pensábamos que estaba muerta. Se la llevaron muy mal, con su ropa desgarrada”, narró un habitante de la zona. El primer dictamen médico no solo evidenció que había sido agredida con arma cortopunzante y golpes, sino que había sido presuntamente violada. El Gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, confirmó ayer mismo, que por este hecho ya hay una captura. ¿Qué pudo desatar semejante agresión?
Un investigador de la Policía consultado por Exclusivo Colombia, dijo que, en este caso particular, ya estaba muy adelantada la identificación del agresor y la captura es cuestión de tiempo. Sin embargo, si no hubiese sobrevivido, es muy posible que aún estuviera reportada como desaparecida.
“En estos casos los investigadores perfilan los posibles agresores partiendo de la información que nos da la escena del crimen, de los primeros respondientes que llegan a la escena. Lo más evidente, no lo es tanto, hasta que tenemos datos contundentes, pero, en la mayoría de los casos de feminicidio, hay casi siempre una pareja, una ex pareja, alguien conocido”, afirma el investigador, cuya identidad se reserva por razones de seguridad.
Esta premisa no siempre se cumple. El pasado 22 de enero, en una quebrada de San Cristóbal, muy cerca al Monasterio de Santa Teresita, una monja de claustro fue hallada amarrada con cadenas, golpeada y abusada sexualmente. Su ropa fue encontrada en el camino al afluente, le hurtaron las tarjetas débito, la torturaron. A pesar de los anuncios de la Policía Metropolitana, hasta hoy no ha sido posible la captura del agresor.
Crímenes de inusual violencia
“Más que el aumento nos preocupa la forma violenta y atroz como se están dando estos hechos contra las mujeres por eso hemos decidido articular una reunión de manera inmediata a lo que está sucediendo en nuestro Distrito. Hacemos un llamado también a las demás entidades corresponsables para la investigación y sanción oportuna para ponerle fin a esta ola de feminicidios”, afirmó Laura Morales, Líder del Observatorio de Mujeres de la Personería de Medellín.
Las autoridades no han dudado en aumentar la alerta por los recientes casos, en particular de asesinato de mujeres. No obstante, las cifras de estos crímenes no han aumentado de manera estrepitosa, si ha aumentado el nivel de violencia, sevicia y salvajismo de los victimarios.
En Medellín a la fecha, se han registrado 5 casos de asesinato de mujeres, que es la misma cifra del año anterior, en el Valle de Aburrá completo son 6. En Antioquia son al menos 13 y un caso en estudio, lo que equivale a dos asesinatos menos que en el mismo periodo de 2023. No obstante, en unas cuantas semanas, los ojos de las principales organizaciones protectoras de los derechos de las mujeres, se han posado en los casos particulares, donde se han evidenciado brutales modalidades que implican una inusual violencia contra las víctimas.
Isabella Mesa Sánchez, de 19 años. Asesinada en 2024, al parecer, a manos de su pareja sentimental. Foto: cortesía
De todos los casos del Valle de Aburrá, cuatro están clasificados por las autoridades como feminicidio, crimen que implica la violencia de género, en resumidas cuentas, las han asesinado por ser mujeres.
El caso más sonado, hasta el momento, es el de la brutal muerte de Isabella Mesa Sánchez, de 19 años. Una bella joven residente en México y cuyo cuerpo fue hallado en una maleta de viaje el pasado 28 de enero en su casa del Barrio Doce de Octubre, adonde había llegado de visita para encontrarse con su pareja, un soldado identificado como Sebastián Villegas Córdoba.
El hombre fue capturado, según la Fiscalía, después de que su propia madre alertara a los uniformados del Ejército Nacional sobre la posible responsabilidad de su hijo en el crimen.
No obstante, haberse entregado y pasar el proceso judicial inicial, trató de escaparse de una estación de Policía de Bello, donde permanecía detenido, pero fue recapturado y enviado a la cárcel tras una reveladora audiencia ante el juez.
Exclusivo Colombia obtuvo imágenes inéditas de la recaptura y además la grabación de la audiencia de Imputación de cargos en contra de este hombre, en la que el Fiscal acusador revela detalles escabrosos, del crimen.
Aquí el audio completo:
“Usted, señor Sebastián Villegas Córdoba, le causó la muerte a una mujer, a la dama Isabel Mesa Sánchez, con quien mantuvo una relación de amigos desde que ésta tenía 13 años de edad y con quien continuó manteniéndola al punto de construir una relación de pareja y con quien alcanzó a convivir varios días. Usted, señor Sebastián Villegas Córdoba, con su actuar violento apuñaló en 24 oportunidades la integridad física de la dama Isabel Mesa Sánchez y sin que mediara justa causa para ello y sin que hasta el momento se haya establecido alguna causa que exima su responsabilidad. Usted, señor Sebastián Villegas Córdoba, le dio en ocho oportunidades con arma blanca la región cervical de la dama Isabel Mesa Sánchez, las cuales causaron heridas musculares. Y dio en siete oportunidades con arma blanca la región mamaria izquierda”
La violencia feminicida da alertas
Los continuos mensajes del ciudadano canadiense Jessie Wiseman, en los que se notaba una conducta violenta y machista, no fueron suficientes para alertar de lo que podía pasar a Laura Isabel Lopera, una joven de 20 años, madre de una niña de 3 y que, similar a lo sucedido con Isabel Mesa, fue hallada en el interior de una maleta de viaje, en una casa de Villa Hermosa el pasado 10 de febrero.
Ella fue llevada en un taxi para encontrarse en ese sitio con el extranjero, con el que sostenía una relación a distancia. Sin embargo, no se supo nada de ella desde el 31 de enero, fue declarada como desaparecida, hasta que su familia, después de una intensa búsqueda, halló su cuerpo en una de las habitaciones de la residencia, que había arrendado Wiseman hasta el mes de marzo.
El tiempo que demoró la búsqueda le dio la oportunidad al presunto asesino de huir. Según explicó la Directora de la Fiscalía Seccional de Medellín, Yiris Amado, el hombre salió del país, al parecer a Guatemala, pero desde allí se desplazó a Europa, donde ya tiene una orden de captura con circular roja de la Interpol.
Jesie Wiseman, buscado por el crimen con circular roja de Interpol. Laura Isabel Lopera, asesinada en Medellín. Fotos: Cortesía
Dos casos con algunas características similares y con una sevicia que estremece.
En la misma comuna, pero el 16 de febrero pasado, la escena fue dantesca. Deisy Yaneth Vargas, de 43 años fue atacada a cuchillo por su ex pareja, un hombre identificado como Jair Larrea. El ataque fue cometido frente a la hija de la víctima, una niña de 7 años, que fue quien alertó del incidente. El hombre intentó suicidarse, pero no lo logró y fue enviado a la cárcel el 20 de febrero.
La Fiscalía, en este caso también, dio cuenta de las alertas que se hacen evidentes con el tiempo y que delatan a un feminicida potencial.
“De acuerdo con la investigación adelantada por un fiscal del Grupo de Alertas Tempranas de Homicidio de la URI, el ataque se habría producido en un ataque de celos por parte del procesado. Se evidenció, además, que la pareja se había separado hacía dos años, pero que con frecuencia el investigado le hacía reclamos a su expareja por celos”, dice el comunicado del ente acusador.
La primera víctima de 2024, se remonta a la misma madrugada del 1 de enero, en una vivienda del Barrio Popular, donde una mujer, venezolana de 29 años, fue víctima, presuntamente, de su pareja sentimental, un hombre con el que estuvo celebrando el año nuevo y que después la atacó a puñaladas en su cama. El hombre fue capturado en Venezuela después de huir de la ciudad, pero aún su deportación está en vilo.
Este crimen, también tiene similitudes, aparte de ser el victimario, una pareja sentimental, el cuerpo de la víctima fue hallado por su hijo, un menor de 9 años, que, según las autoridades, fue atendido en medio de un shock traumático causado por la escena macabra.
En total 4 casos descritos como feminicidios, que se suman a dos casos de asesinatos de mujeres en diferentes, pero no menos violentas circunstancias en el Valle de Aburrá.
Intolerancia y crimen organizado
El cuerpo de Martha Cecilia Puerta, de 68 años, fue hallado envuelto en una bolsa de basura en la cocina de una vivienda en Belén. Según el dictamen médico legal, la mujer falleció por asfixia mecánica, sofocación y presentaba heridas con un objeto contundente en la cabeza.
Lo más insólito del caso, es que la principal sospechosa y capturada es otra mujer. Lilia Arnoly Salcedo, una mujer de 59 años, que según pudo confirmar Exclusivo Colombia, tiene varios antecedentes por otros delitos y que simplemente, posaba de vecina de la víctima. Las causas del homicidio, según las primeras investigaciones, es el cobro de varios meses atrasados de arriendo.
La principal sospechosa y capturada es otra mujer. Lilia Arnoly Salcedo. Foto Policia Metropolitana
Por último, en los casos del Valle de Aburrá, se encuentra el complejo caso de sicariato en el que resultó muerta Patricia Orrego Barrio, una mujer de 43 años, asesinada a tiros cuando estaba cargando gasolina en una estación de servicio en el municipio de Girardota.
En este caso, advierten las autoridades, los móviles giran entorno a su esposo, reconocido con el alias de “Horqueta”, comandante del frente Capitán Mauricio del Eln en Antioquia.
Según la investigación, Alias “Horqueta”, fue detenido en 2016, tras lo cual, Patricia habría asumido el control de varios de sus negocios, especialmente en la minería de oro en Amalfi.
Violencia contra las mujeres se reproduce en Antioquia
La lista de las asesinadas en 2024 prosigue con los municipios del resto de Antioquia. El 14 de enero, en El Bagre, fue acribillada a tiros Leidys Patricia Palacios Moreno. Este crimen es atribuido al “Clan del Golfo”.
Diana Rocío Cadavid, fue asesinada en el municipio de Remedios el 17 de enero, Leidy Tatiana Gutiérrez Gómez, el 21 de enero en Urrao en lo que fue descrito por las autoridades como un ataque a un bar en el barrio El Pedrero. En un caso similar, en Ciudad Bolívar, el 22 de enero fue asesinada Delbys Jaramillo Echavarría, en el sector La Estación cuando sicarios en motocicleta la atacaron cuando se encontraba en una cafetería.
Menos mencionado, pero tal vez uno de los casos más graves de este año, ocurrió en el municipio de Rionegro el 30 de enero. Allí una bebé de 7 meses, identificada como Zoe Yissel Moreno, fue brutalmente asesinada. La principal sospechosa es otra mujer, que, según las autoridades, sería la compañera sentimental de la madre, una venezolana que desapareció del mapa tras los hechos.
La lista negra, la concluyen dos mujeres asesinadas en Caucasia, Viviana María Atencia, al parecer a manos de un grupo delincuencial y Olga Luz Lambraño, que según las primeras pesquisas, fue ultimada a tiros en medio de un aparente atraco en un negocio que administraba.
Justicia o prevención
Con este panorama, las autoridades, incluso del orden nacional, han volteado la mirada hacia Antioquia. En el país se han registrado más de 20 casos clasificados como feminicidios, en un top, que lastimosamente lidera Antioquia y en particular en Medellín, donde la nueva administración de Federico Gutiérrez tiene el reto de la prevención y la responsabilidad de la captura y esclarecimiento de los casos. “Existe una gran descomposición social. Que dolor el que produce cada muerte. Los hogares deben ser entornos seguros. Ponemos a disposición la Línea 123 de la Agencia Mujer y contamos con Hogares de Acogida para mujeres en riesgo. Solicito a la Secretaría de las Mujeres y a la Secretaría de Seguridad que avancemos con la mayor celeridad en acciones a través de la mesa de trabajo interinstitucional con entes de control nacional y local, así como con colectivos de mujeres, para fortalecer la ruta de atención de estos casos”, dijo el Alcalde a través de su cuenta en X.