Reveladores audios interceptados, seguimiento con cámaras paso a paso y un proceso técnico científico desarrollado por el Gaula de la Policía Metropolitana y la Fiscalía Seccional de Medellín, lograron desentrañar el modus operandi de una macabra banda dedicada al secuestro extorsivo y el hurto a turistas extranjeros en la ciudad.
Sus métodos iban, desde incluir señuelos con menores de edad, hasta el secuestro e intimidación a sus víctimas. Así, las autoridades establecieron como actúan estas bandas, sus estrategias y por qué es precisamente Medellín la ciudad preferida para dar sus golpes.
Todo comenzó el 27 de febrero pasado, cuando fue visto por última vez Kyle Alexander Mackenzie, un turista sueco – británico de 34 años, que llegó a Medellín desprevenido, a pasar unas semanas entre los paisas y para conocer a una joven que contactó a través de una plataforma de citas. Ese, advierten las autoridades, fue su fatal error. Al día siguiente fue hallado en el Cerro de las Tres Cruces, brutalmente golpeado, en una zanja, no sobrevivió.
Exclusivo Colombia conoció los detalles de la investigación que realizaron criminalistas especializados que trabajaron en este caso y que descubrieron 10 casos más, de extranjeros víctimas de este grupo, incluyendo también a Etai Cohen, un israelí de 37 años que salvó su vida cuando fue rescatado, en pleno secuestro, por unidades de la Policía cuando lo llevaban a bordo de un vehículo rojo de placas MVV 574.
Este caso, ocurrido tan solo unas semanas después de la muerte de Kyle, despertó las sospechas de los investigadores, que asociaron los casos. No fue gratuito.
Etai fue secuestrado en El Poblado, había llegado a la ciudad de turismo y para conocer a una mujer a la que había contactado por la plataforma de citas Bumble. Fue brutalmente golpeado en el vehículo, pero contó con la suerte de pasar en el recorrido por un puesto de control de la Policía cerca a Sabaneta, en el que los uniformados, al ver el automóvil sospechoso, iniciaron una persecución que terminó cuando el carro se estrelló. Allí se produjeron las primeras tres capturas de la banda y también su debacle.
Según los registros de la investigación, el automóvil fue una de las principales claves para determinar la asociación de los dos crímenes y para descubrir toda una compleja red detrás, no solo de estos hechos, sino al menos de 8 casos más de turistas de Estados Unidos, Marruecos, Chile e Inglaterra, que habían caído en la mano criminal, con ganancias ilegales que habían producido unos 2.000 millones de pesos en menos de un año.
Una de las interceptaciones telefónicas, entre un hombre y una mujer de la banda, lograda por los agentes especializados dice textualmente:
-Lo tenemos por allá en una finca de Copacabana. Es que compramos amor como 13 millones en tecnología. ¿Entonces qué compramos?
-¿Qué? (responde la mujer)
-Compramos un bafle Bosé, todas chimbas, compramos dos JBL, Boom Box, de esos grandes, mejor dicho, amor, estoy en este momento con una tarjeta en el bolsillo que tiene como 70 ‘palos’ ahí metidos pa’ gastar.
Lo primero que se descubrió es que usaban el mismo vehículo en todos los golpes, el vehículo rojo, fue sometido a una serie de pruebas criminológicas, en las que se encontró material probatorio que serviría para demostrar su participación en el rapto de Kyle Mackenzie y posterior homicidio. Al unir las pruebas había un caso firme.
Cayeron todos
“En El Poblado teníamos algunas denuncias, de extranjeros que de manera particular venían siendo víctimas de hurto con la utilización de escopolamina. Fue un trabajo de unos 7 meses con la Fiscalía. Incluso en uno de los casos detectamos como esta banda logra sacar las claves de una billetera virtual, donde extraen unos 1.300 millones de pesos en Bitcoin. Mucho de ese dinero quedó en cabeza de la estructura delincuencial. La banda comenzó con hurto de celulares, computadores y fueron ascendiendo. Andaban en camioneta BMW”.
Mayor Gabriel Niño, comandante del Gaula en Medellín.
El 28 de septiembre la Policía Metropolitana dio a conocer el resultado de la que es considerada la mejor y más completa investigación judicial de 2023 en la ciudad. Fueron necesarios 17 allanamientos de manera simultánea y la participación de más de 100 efectivos en Santa Elena y en los barrios Boyacá las Brisas, Playitas, Laureles, Manrique Oriental, Campo Valdés y el municipio de Bello.
Cayeron con todo. Cuatro armas de fuego, 6 vehículos, datáfonos, tarjetas bancarias, 20 millones de pesos en efectivo celulares de alta gama y hasta moneda hondureña.
Así funcionan las bandas de hurto a extranjeros
El caso, conocido con el nombre clave de “Los Tarjeteros de Llorens” se convirtió con el tiempo en la base estructural de las investigaciones de los hurtos contra extranjeros, investigaciones de las cuales la Secretaría de Seguridad de Medellín, dan cuenta de 5 operaciones estructurales y más de 20 capturas entre 2020 y 2023 y que convirtió al Gaula de la ciudad, en una de las unidades policiales del país más operativa y reconocida por la Dirección Nacional de la institución.
En el caso “Los Tarjeteros de Llorens” se identifican dos cabecillas, algo así como un encargado del operativo y un financiero. Alias ‘Pulsar’ y alias ‘Mateo’ se ocupaban de la organización de la banda, alias ‘Jurado’, ‘Flaco’ y ‘Fabiola’, eran conductores, así como ‘Bayona’. Mientras los tripulantes y encargados de la indefensión de las víctimas, eran alias ‘Marín’, ‘Mocho’, ‘Grande’, ‘Juanda’ y ‘Juan’.
Realmente la parte que logró llamar la atención de las autoridades, fue la inclusión de un hacker especializado en cuentas financieras, alias ‘Gordo’, y la inclusión de una mujer, alias ‘Natalia’ que actuaba de “manager” de cuatro menores, que eran, según las autoridades, la punta de lanza de la estrategia, creando perfiles en plataformas de citas como Bumble y Tinder, para contactar extranjeros que eran perfilados antes de los golpes.
“En cumplimiento del direccionamiento estratégico del señor fiscal, como lo dijo el general en un trabajo articulado con la policía, se logra la medida de aseguramiento en contra de 10 adultos y también se logra cuatro medidas de internamiento preventivo en contra de las cuatro menores de edad que hacían parte de esta organización. Esa es la modalidad que utilizaban estas personas, como contactaban. Importante: estas personas perfilaban a sus víctimas a través de las plataformas de citas que ellos utilizaban”.
Directora Seccional de Fiscalías de Medellín, Yiri Milena Amado Sánchez.
La ficha de la investigación dice de manera textual: “Se trata de una Organización Multicrimen que se dedicaba a perfilar extranjeros a través de la utilización de plataformas de citas con perfiles de mujeres físicamente atractivas, para posteriormente realizar secuestros mediante la modalidad de paseo millonario o secuestro exprés en las ciudades de Medellín y Cartagena”.
Se estima que esta banda tenía más de 30 víctimas, turistas de otros países como Japón, Irán y China, no obstante, la investigación continúa, pues faltan seguramente muchas denuncias que aún se están recopilando.
Medellín: destino de moda
Lo que se desprende de este caso particular va más allá. Se ha develado una macabra modalidad producto de la llegada masiva de turistas a Medellín, una ciudad de moda en el mundo, que ofrece tantas posibilidades para los extranjeros, como dinero puedan gastar.
Los paquetes van desde rutas atractivas por el oriente cercano, hasta rumba extrema, con drogas ilegales a domicilio, prostitución de todos los tipos, géneros y categorías posibles. El epicentro: la comuna 14 de El Poblado.
La zona rosa con más extranjeros en el país es el Parque Lleras y los alrededores, con una oferta que envidiaría cualquier corredor comercial del mundo y también los delincuentes, que han encontrado una oportunidad de negocio ilegal, como nunca antes en la “ciudad de la eterna primavera”.
La Secretaría de Seguridad y Convivencia de Medellín ha hecho alertas en innumerables ocasiones a los turistas y visitantes. Se les advierte del peligro de las citas a través de las redes sociales y plataformas, se les advierte de la escopolamina, del riesgo de la rumba irresponsable, pero parece que no ha sido suficiente.
Según cifras del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia, con datos de la Policía Metropolitana, entre 2020 y 2023 han sido asesinados en la ciudad 91 ciudadanos extranjeros, de los cuales 79 eran venezolanos, residentes, la mayoría implicados en ajustes de cuentas de grupos delincuenciales, riñas o sicariato. No obstante, 12 eran turistas que cayeron en redes delincuenciales, la mayoría con un factor común: fueron contactados por un señuelo a través de las plataformas de citas más promocionadas.
En total son 4 estadounidenses, 2 canadienses, un panameño, un israelí, un guatemalteco, un sueco, un británico y el más reciente caso, un ciudadano de Laos. Aparte de los que resultaron en un final fatal, más de 400 turistas extranjeros fueron objeto de un asalto o un hurto en la ciudad este año.
El panorama parece incierto. Según cifras de la Alcaldía Distrital de Medellín, solo en 2023 han llegado a la ciudad aproximadamente 1.200.000 turistas, un verdadero récord que alimenta la economía paisa con millones de dólares y a su vez, alimenta la ambición de los delincuentes para quedarse con una parte de la torta.
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El crimen que delató la presencia del “Tren de Aragua” en Medellín
Tres singulares casos de homicidios en Medellín pusieron en alerta a las autoridades sobre las intenciones de la banda venezolana más sanguinaria, de copar sectores del crimen nunca antes manejadas en la ciudad por extranjeros. ¿Qué se sabe? ¿Quiénes son el “Tren de Aragua”? y ¿Por qué genera zozobra su presencia en la capital paisa?
La alerta por la participación en la criminalidad de migrantes venezolanos ya no da para ocultarse y así lo han entendido las autoridades de Medellín, que ya tienen líneas de investigación concretas, no solo por la cantidad de delitos cometidos en el último año en la ciudad, sino por la latente, aunque no reconocida presencia, de la calificada como la banda más sanguinaria de Sudamérica: “El Tren de Aragua”.
No es para menos. Según las cifras del Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia (SISC), dependencia de la Secretaría de Seguridad y Convivencia de Medellín, solo en 2023 se han registrado 24 homicidios de oriundos de Venezuela, 11 de ellos calificados como hechos de sicariato, ajustes de cuentas o con móviles relacionados con organizaciones criminales.
No obstante, hay otra cifra que preocupa tanto como la anterior. Solo este año, con corte al mes de noviembre, se habían documentado 1.725 capturas de venezolanos en Medellín, de ellos 890 por tráfico de estupefacientes, más de 390 por hurto y, con especial atención se reseña que, del total de extranjeros capturados por homicidio, que fueron 46, 44 tienen la nacionalidad del vecino país. Al menos tres de los casos de asesinato mencionan en sus líneas de investigación a la temida organización de “El Tren de Aragua”.
“En la ciudad de Medellín, casi que tenemos una ciudad intermedia venezolana. Tenemos algo así como 180.000 o 190.000 venezolanos registrados en la ciudad. Con el subregistro eso se puede ir casi a 240.000 o 250.000 migrantes venezolanos, eso equivale a cualquier ciudad intermedia. Sin estigmatizar, ellos vienen con una serie de problemas sociales, más los que tiene nuestra ciudad y muchos de ellos se ven inmersos en situaciones delictivas que los han llevado a perder la vida”, dice el secretario de Seguridad y Convivencia de Medellín, BG. José Gerardo Acevedo Ossa.
Así funciona el “Tren de Aragua”
Hay qué olvidar cualquier estereotipo de la mafia que se tenga como antecedente en Colombia. “El Tren de Aragua” no es una organización criminal típica, no hay jefes sofisticados que manejan los hilos delictivos desde lujosas mansiones, ni conducen autos extravagantes, tampoco tienen su principal negocio en el narcotráfico a gran escala.
Esta banda de origen venezolano se dirige desde una cárcel, que más parece una escuela de entrenamiento, un búnker, en el que ni siquiera pueden ingresar las autoridades del vecino país y donde los organismos de justicia advierten que se comenten todo tipo de crímenes en total impunidad.
Según investigaciones de la prestigiosa InSight Crime, el Centro Penitenciario de Tocorón, ubicado en el estado venezolano de Aragua, es el epicentro del poder de la banda multinacional que ya tiene presencia comprobaba en todos los estados de Venezuela, en Brasil, Chile, Bolivia, tiene en jaque a la ciudad de Lima, en Perú, y llegó a Colombia iniciando por la ciudad de Bogotá y la fronteriza Cúcuta.
El jefe o líder de este grupo criminal es Héctor Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”, hasta septiembre pasado encarcelado en Tocorón. Se dice con certeza hasta septiembre, por que en ese mes las autoridades del vecino país intervinieron con unos 11.000 uniformados ese penal y aún así este hombre logró huir sin que se conozca su actual paradero. Así lo confirmó el Ministro para Relaciones Interiores de Venezuela, Remigio Ceballos.
El penal de Tocorón no tenía nada que envidiarle a la mal recordada “Catedral”, la cárcel de Pablo Escobar en Envigado. En el interior se encontraron Piscinas, discotecas, e incluso restaurantes y bares que servían a los presos del “Tren de Aragua”. Durante la inspección a la prisión se encontraron 14 armas largas y dos cortas, 40 granadas antitanques y 400.000 municiones de diferente calibre.
Mientras, el mismo Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, expresó su preocupación en medio de una cumbre internacional. La presencia de esta banda es un hecho en Bogotá y Cúcuta, su mayor negocio es el tráfico de migrantes por Sudamérica y tratan de expandirse. Medellín está en la mira.
“Lo reconozco que el crimen dejó de ser nacional. Los crímenes hoy son transnacionales. Tenemos redes de criminalidad transnacional que han generado unos trastornos en diferentes lugares del continente, hoy día. Tenemos prácticas de secuestros o de extorsiones que incluso operan a través de organizaciones transnacionales. Ustedes lo conocen muy bien con el “Tren de Aragua”, en donde en Colombia, en Ecuador, en Perú, en Chile, es una organización que ha tenido un efecto en la población, sobre todo porque lo que hacen es pelear por economías criminales con organizaciones criminales locales y, obviamente, tratan de quitar esos mercados criminales en diferentes ciudades”, explicó el Fiscal General Barbosa.
¿Medellín en la mira del “Tren de Aragua”?
Medellín es la ciudad intermedia por donde en 2023 ya han circulado aproximadamente 500.000 migrantes hacia Urabá, Centroamérica y Estados Unidos, está en la mira del “Tren de Aragua”. Así lo deja en evidencia una alerta de Inteligencia de la Policía a la que tuvo acceso Exclusivo Colombia, que advierte que, aunque no se puede decir que hay una célula organizada actuando en la ciudad, hay al menos tres homicidios relacionados con la estructura criminal, que demuestran que ya tienen capacidad de acción y están, de manera paulatina, llegando a sectores nunca antes disputados por una organización criminal extranjera.
El 17 de octubre pasado, en la carrera 48 (La Bastilla) con la calle 50 (Colombia), en el cuarto 104 del Hotel Bastilla Real, ocurrió el homicidio que logró despertar el interés de los investigadores, no solo por la sevicia con la que se perpetró, sino por el contexto de la víctima, identificado como Miguel Enrique Bernal Motta. El hombre, conocido en el mundo criminal en Lima, Perú, como “El Mellizo”, recibió, según la Fiscalía Seccional de Medellín, 40 disparos a quemarropa. Según las autoridades peruanas, se trataba de uno de los más peligrosos sicarios del “Tren de Aragua”, que había huido a Medellín evadiendo a la justicia y a los enemigos que le encontraron para acribillarlo. Su hermano, Miguel Antonio, el otro “Mellizo”, fue capturado en Perú en noviembre pasado.
El trabajo conjunto de la Fiscalía y la Sijín de la Policía Metropolitana, contó con una ayuda extra: el sistema de cámaras de la Alcaldía de Medellín, que detectó la ruta seguida por los cuatro presuntos asesinos que fueron identificados y ubicados en tiempo récord, confirmando las sospechas: se trataba de un grupo de sicarios de origen venezolano al servicio, también, del “Tren de Aragua”.
Los cuatro fueron capturados y presentados el 20 de octubre por la Fiscalía, que logró una medida de aseguramiento en contra de Jean Carlos Enrique Narváez Mijares, Pedro José Madrid González, Greidy Yulimar Molina Pérez y Kevin Alberto Peraza Chirinos, alias ‘Yefri’, quienes deberán responder por los delitos de homicidio agravado, porte ilegal de armas de fuego de defensa personal agravado y hurto calificado y agravado.
Un segundo homicidio se produjo en la ciudad pocos días después. El 29 de octubre, en una vía del barrio Tricentenario, autoridades fueron alertadas de una lujosa camioneta Toyota de alta gama, de placas JPV 291 abandonada, en cuyo interior fua hallado un cuerpo envuelto en una cobija y amarrado fuertemente en cinta de color verde. Tenía una bolsa en la cabeza.
Las autoridades identificaron a la víctima como Felipe Alexander Torrealba Marín, de origen venezolano, uno de los 15 hombres más buscados en La Florida y en Texas, Estados Unidos, prófugo por delitos de porte de armas ilegal, posesión de cocaína, asalto y por quien se ofrecía hasta 25.000 dólares de recompensa.
El tercer homicidio ocurrió en plena zona rosa de El Poblado, frente a la Discoteca Dubai, donde después de salir a la puerta fue asesinado a tiros Juan Luis Cardozo Vásquez, de 34 años, venezolano, en comienzo sin antecedentes, pero que en la investigación se presume como móvil el ajuste de cuentas, según las autoridades. Ocurrió el 11 de noviembre.
Los tres casos fueron reseñados de manera individual en diversos informes, no obstante, la alerta conocida por Exclusivo Colombia, habla no solo de la relación causal de los tres crímenes, sino de una seguidilla de asesinatos de venezolanos en Medellín, en total seis casos en un lapso de 22 días, entre octubre y noviembre, incluyendo el de un hombre víctima de un hecho sicarial en el barrio Trinidad, el sicariato del administrador de un bar en el barrio Estación Villa y la muerte de un adolescente de 17 años agredido con arma de fuego por un adolescente de 16 años en el barrio Caicedo. Al menos en tres casos, las víctimas presentaron antecedentes.
“Los móviles de los homicidios de venezolanos hacen parte de una investigación por parte de la Fiscalía General de la Nación. Pero si comparo número de migrantes venezolanos con el de cuántos son los que participan en la comisión de delito, es un número, un porcentaje muy bajo, se han capturado en la presente administración 7 .600 venezolanos (2020 -2023). Ahora, la participación o la comisión de delitos o grupos de “Tren de Aragua” en Medellín no lo podríamos confirmar. Todavía es de que de acuerdo a los organismos de inteligencia de la Policía Nacional no tiene ese hilo y evidencias de inteligencia que pueda certificar la presencia del grupo en Medellín”, afirma el Subsecretario Operativo de la Secretaría de Seguridad y Convivencia, CR. (RA) Omar Rodríguez Aranda.
Lo cierto es que la alerta tiene con preocupación a las autoridades en el marco de un proceso de paz que se adelanta con los principales cabecillas del crimen organizado de Medellín, todos recluidos en la Cárcel La Paz de Itagüí y esperando el avance de las conversaciones con el Gobierno Nacional. Por el momento, cabe anotar que Medellín terminará, según las estadísticas del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia, como el año menos violento en cuatro décadas y una reducción del 38% acumulada en los últimos cuatro años, con los indicadores de homicidio más favorables de las principales ciudades capitales del país y en una aparente calma, que, no obstante, advierten las autoridades, podría romperse de irrumpir abruptamente una organización como el “Tren de Aragua”. En las calles se habla, en voz baja, de la presencia de este grupo, bien sea por una amenaza real, o bien, estiman las investigaciones, por cuenta de quienes se atribuyen ese nombre para amedrentar.
“Yo llevo dos años en Medellín. Llegué por que iba para el Tapón del Darién, pero aquí conseguí trabajo y me quedé. Por aquí me conocen, muchos me dicen “Aragua”, porque soy de allá. Del Tren no se habla duro en el Centro ¿me entiende?, por aquí hay mucho ‘pana’ que cobra ‘vacuna’ diciendo que es del Tren y uno que es de allá sabe que no, pero los que sí son, donde los pillen, los pelan. Esta gente dispara y luego pregunta, no les importa descuartizarlos. Yo no le digo más, porque uno sabe que por ahí andan”, dice un mesero de un restaurante en los alrededores de la Plaza Botero, venezolano al que solo llamaremos “Leonardo”.
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Crónica | “Me voy en paz”: la difícil batalla de un paciente que buscó la Eutanasia para morir en dignidad
La familia de Ever, un hombre de 53 años, reveló detalles íntimos de una elección digna de morir.
En un café, rodeado de luces cálidas, un par de velas encendidas y un pañuelo que intentaban no utilizar cuando las lágrimas se deslizaban por su rostro, estaban sentadas Noria y Alba (las hermanas Upegui Posada). Ambas decidieron que era importante y pertinente hablar sobre la muerte, a través de la eutanasia, como elección y sacar de la esfera de lo privado, algo que también debe ser un debate público, respetuoso, con sentido y, sobre todo, humanizante. Las dos Tomaron fuerzas y conversan por primera vez de su gran amor, quién decidió morir dignamente.
Las dos integran una familia de 5 hermanos en Caldas, Antioquia junto a Carlos León, Gabriel y Ever Humberto. El último, dice Alba “era el más amoroso y cariñoso”. El 11 de marzo de 2022 cumplió 53 años. En edad, era el tercero de sus hermanos. Esa fecha fue especial, sobria y con mensajes de agradecimiento, pero ese día la familia oraba por su salud y le pedía al destino por su recuperación.
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A Ever, trabajador independiente, la vida le cambió hace 8 años. Su hermana Alba relató que “fue diagnosticado con un Lupus eritematoso y estuvo muy delicado en una primera instancia”. Según la Universidad de Antioquia, es “una enfermedad reumatológica, inflamatoria, multisistémica, crónica y no contagiosa, que afecta a las articulaciones y a los músculos, lo que puede causar daños sobre la piel y otros órganos”. Y pese al devastador panorama que plantea la enfermedad, su actitud fue clave para que él lograra esquivar esa prueba. Pero el año pasado, su cuerpo mostró señales negativas. Meses antes, padeció un dolor abdominal muy fuerte que derivó una Apendicitis y fue operado de urgencia. Durante su recuperación, los médicos hallaron otra alerta “el médico cirujano encontró que el hígado estaba muy cambiado y que tenía unas características específicas que debían ser evaluadas. Ahí empezó para abajo, para abajo. Su salud no era la misma, hasta que tuvimos que ingresarlo nuevamente al hospital. Después de los chequeos y los exámenes encontraron que había un cáncer avanzado en el hígado”. Cuenta Alba, con su voz entrecortada.
“No hay nada que hacer”
No fue un día normal, dice su hermana Alba. Contó que uno de los médicos, con vos pausada, pero con toda la franqueza miró a Ever a los ojos y le dijo que las probabilidades científicas para garantizarle una vida digna eran casi nulas “Le dijo que no había nada que hacer, que no se podía hacer quimio, que no se podía hacer un trasplante, que ya no había nada que hacer, que la única opción era mandarlo para casa con cuidados paliativos y, una vez él escuchó la palabra de cuidados paliativos, dijo -ya estoy desahuciado, aquí no hay nada que hacer-”.
Hubo instantes de silencio, de miedo por lo que se avecinaba, de lágrimas, de palabras de aliento, peticiones espirituales, pero sobre todo de mucho amor y compañía entre los y las hermanas
Un día después de llegar de la hospitalización a la casa, Ever reunió a sus hermanos y hermanas para conversar con todos sobre su deseo de ayudarse a morir dignamente, esto suscitó un debate profundo y bello entre éste y su hermano mayor, principalmente sobre la fe, la vida digna, el derecho a morir, el miedo al dolor, Dios y las diferentes perspectivas, la muerte misma. Debate que fue escuchado por sus demás hermanos con el mismo respeto con el que ambos esbozaban sus ideas y principios para concluir al final juntos que respetaban su decisión, independiente de sus creencias individuales, que lo amaban y lo que acompañarían hasta el último minuto en lo que fuera necesario y lo que él sintiera era lo mejor para su vida “acá estamos, te vamos a ayudar y te vamos a apoyar en lo que tú quieras y necesites. Nosotros no podemos decirte cuál es la mejor decisión en este momento, solo la puedes sentir y experimentar tú y lo que sí es claro es que nosotros vamos a estar ahí para lo que quieras. Estamos dispuestos a ayudarte, acompañarte, a cuidarte o ayudarte a morir también, si es lo que quieres”.
Convencido de su propósito, Ever expresó que le tenía miedo al dolor y le dijo a su familia que quería ayudarse a morir dignamente. Y aunque sus hermanos querían hacer hasta lo imposible por verlo superar esa prueba, su salud cada segundo se deterioraba. Luego, durante una nueva hospitalización, en una noche donde el cuidador fue su hermano mayor y gran amigo, retomaron las conversaciones sobre su vida. Hablaron de los momentos compartidos, los miedos y sufrimientos. Su hermano mayor reafirmó su apoyo y compañía para la decisión que sintiera era la mejor.
Al mismo tiempo, la familia Upegui Posada enfrentaban otra batalla: su padre permanecía en una cama con un negativo diagnóstico de salud que se complicó en la Pandemia. El adulto mayor sufrió un accidente hace 44 años aproximadamente que lo dejó en silla de ruedas. Y el deterioro de su salud, cuentan sus hermanas, fue otra razón que lo motivó a tomar la decisión de morir “yo no quiero ser ni estar en la condición que está mi papá. Mi papá es como una especie de muerto en vida, como un cuerpecito ahí vivo, pero ya en el fondo sin una vida”.
¿En qué momento Ever consideró la Eutanasia?
A través de una amiga psicóloga, que ha venido trabajando con otro grupo de profesionales sobre cuidados paliativos y la muerte digna, Alba recibió un documento que se llama: Voluntad Anticipada (DVA). Es un texto que que narra el ABC de la Eutanasia: “lo leímos, lo estudiamos y empezamos a diligenciarlo”. Ever ya tenía claro que su deseo era morir en el hospital y no en la casa. Su deseo era estar lúcido para ese momento y despedirse en paz y amor. Decía que no quería prolongar su vida de ninguna manera y tampoco estar conectado a ningún equipo médico.
Según el Ministerio de Salud, El Documento de voluntad Anticipada (DVA) es “aquel documento en el que toda persona capaz, sana o en estado de enfermedad, en pleno uso de sus facultades legales y mentales y como previsión de no poder tomar decisiones en el futuro, declara, de forma libre, consciente e informada su voluntad sobre las preferencias al final de la vida que sean relevantes para su marco de valores personales”.
Alba explicó que el Documento de Voluntad Anticipada permite tomar una decisión en un estado de salud que ya no tiene reversa “no tienes que llevarlo a ningún lugar y tampoco ir a notaria”. Dice que ese papel físico o digital que aún es debate de conversación plantea preguntas como ¿Cuál es su decisión de muerte? ¿Qué quiere que no pase en el proceso? Todo debe estar respaldado con la firma a puño y letra del paciente que hace la solicitud.
En un nuevo proceso de hospitalización, llevaron el documento y lo entregaron, una vez lo recibió el médico en urgencias, señala, Alba, comenzó un nuevo Calvario: “un proceso burocrático complejo, que se aleja del sentido de humanidad que significa semejante decisión, que pone sobre la mesa, la urgente necesidad que existe en el país de hablar más sobre la muerte y la decisión de morir dignamente, sobre el respeto por el derecho a la vida, que significa también el derecho a vivir y a decidir cómo vivirla con dignidad, un debate abierto y respetuoso sobre la decisión del individuo ante una situación agobiante y dolorosa que medicamente ya no tiene remedio, sobre la sensibilidad, empatía y sentido de humanidad que requiere el personal médico que debe enfrentar estas situaciones, sobre la capacidad de comunicar, clara, oportuna y de manera veras la información que le corresponde saber a paciente y su familia, sobre la vida mismas y la muerte como la otra cara de la misma moneda”.
Después de entregar el documento, por urgencias pasaron psicólogos, psiquiatras y otros médicos de diferente especialidad para preguntar una y otra vez sobre una decisión ya tomada con la suficiente claridad por el paciente, esto hizo que cada día fuera más triste y agobiante para todos. Luego, la falta de información clara fue evidente en el hospital para mi familia, se suponía que se había reunido el comité médico para analizar la solicitud, pero nunca la respuesta fue clara, primero dijeron que no, y después dijeron que, si había sido autorizada la eutanasia, pero nadie nos hablaba con claridad. Mientras tanto, la vida de Ever comenzó a apagarse.
“Después de nuestra insistencia para hablar con los médicos al respecto, porque no nos decían nada con claridad, ni nos explicaban como iba a ser el proceso, ni aparecía en el cuarto cuando estábamos presentes, finalmente nos atendió uno que dijo que esta había sido aceptada, en ese momento sus hermanas entendieron que cada día, era un menos de vida para Ever. Sin embargo, la respuesta llegó con una condición “amarga”. Le dijeron que “debían remitirlo para otro hospital porque en esta institución médica no le podian realizar el procedimiento”.
La vida de Ever estaba a punto de terminar sin cumplir su deseo de morir en las condiciones que nunca esperó verse. Fue trasladado entonces al hospital General de Medellín y allí el proceso empezó desde cero. Ingresó por urgencias, estuvo a la espera de la asignación de una camilla, luego fue ubicado y la remisión para la eutanasia tomó por sorpresa a los médicos, según recuerda la familia, algunos profesionales señalaban que nos le había tocado una remisión para eutanasia, se dieron comunicaciones internas entre ambos hospitales para lograr comprender la situación, y según informaron a la familia, la institución anterior no había remitido el acta de aprobación de la eutanasia, por lo que era necesario activar el comité del hospital para estos asuntos.
¿Logró su propósito?
Angustiada de ver a su hermano en adversas condiciones, Alba le preguntó “¿Qué quieres hacer? ¿Nos vamos a casa y mueres tranquilo?” El insistía “yo sigo en pie con la Eutanasia”. Pero en los fríos pasillos solo se veía caminar de un lado a otro a los médicos y enfermeras sin respuesta alguna. Hasta que un día llegó la noticia… Una noticia que no tenía marcha atrás “fue aprobada la Eutanasia”. Pero Ever ya no estaba en condiciones de decidir fecha y hora, su consciencia se desvanecía.
El Hospital comenzó a preparar todo y con su hermana que había sido delegada por Ever para tomar las decisiones si él no podía hablar, ni tenía consciencia, se determinó la fecha. Ya no eran semanas, eras días y minutos para que sus 4 hermanos comenzaran la despedida. Solo faltaba ajustar la disponibilidad del personal médico.
Llegó el momento de la despedida
Ever ya no hablaba, permanecía sedado. En la habitación hospitalaria se descontaban los minutos de una decisión de vida y muerte, que en la actualidad continúa siendo calificada como absurda e innecesaria. En su corazón había tranquilidad, dice Alba, con una profunda nostalgia. No era una despedida fácil. La madre de los 5 hermanos murió años atrás y, en el 2018, una gran tristeza había embargado a la familia con el asesinato de su sobrina de 24 años, en Caldas Antioquia, crimen que sigue en la impunidad, y que menguó su alegría. No obstante, señala que estas muertes los habían preparado para este instante, y que esta manera de decisión de morir de Ever, era como una especie de reconciliación con la hermana muerte, una muerte que permitía la despedida amorosa, tranquila y en paz, en la que las palabras, los silencios, los abrazos y las lágrimas, eran la síntesis, a pesar de todo, de una vida buena, generosa y compartida con Ever. Y llegó el momento, Ever no estaba lúcido, pero sus hermanas creen que las estaba escuchando bien. “Había dos amigos de él, del alma que lo adoraban. Y lo acompañaron en su último suspiro. “él se quedó muy tranquilo. Mi hermana al final se salió, yo me quedé en el cuarto con mi sobrino, con los dos amigos y con mi hija Samanta que estaba conmigo, el médico y la enfermera”.
Y la inyección que cumplió con su último deseo llegó “hasta el último minuto mi hermano fue amoroso y generoso, se abrazó a la muerte y ella lo acogió con suavidad, con ternura, se vio en sus gestos y su respiración suave, había en ese espacio mucha luz, mucha compasión y sobre todo mucho amor y dignidad”. Ever Humberto Upegui murió el 12 de agosto de 2022, aproximadamente 15 minutos después de recibir vía intravenosa los medicamentos que, con su previa autorización, le dieron el descanso que soñó.
Él siempre jugaba mucho con un mensaje -A mí ya se me está acabando el pasaje. Si, voy de Medellín a Caldas, ya voy por la Tablaza, ya voy en la Raya, ya estoy en la bomba de Caldas. Ya estoy llegando al cielo-”.
La Eutanasia: un debate necesario como camino de una muerte digna y la libertad del ser.
Al concluir la entrevista con Exclusivo Colombia, Alba reveló que su familia vivió un proceso difícil, que genera preguntas internas, interroga creencias a la vez que las desmitifica. Dice que sintieron los señalamientos por parte de quienes conforman las instituciones que atendieron a Ever, según ella, cuestionando la decisión de su hermano e incluso rechazó el cambio de hospital sin justificación. Dijo que entiende muy bien y respeta que los profesionales puedan tener objeción de consciencia, pero en el marco de los derechos, las instituciones hospitalarias deben garantizar los derechos de los pacientes, por lo cual, entre sus profesionales, deben contar con quienes si puedan realizar los procedimientos que requiera un paciente, que por demás es sobre todo un ciudadano. “Hay un proceso de deshumanización muy tenaz en la medicina, que requiere de mayor formación, vocación y mirar al otros con más compasión, afortunadamente en el hospital general encontramos varios profesionales con cualidades humanas que nos acompañaron de la mejor manera en el proceso”.
Noria, la hermana mayor dijo, entre lágrimas, que: “Para mi Ever fue generosidad total, era devolverle el amor que toda la vida tuvo hacia mí y hacia todos en general, para él éramos las -hermanolas”, éramos sus compinches y él nuestro compinche. Fue quien nos acompañó en nuestras tristezas y en nuestras lágrimas”.
“Hoy parte de las cenizas de lo que fuera el cuerpo físico de mi hermanito, alimenta la vida de un Magnolio: Almanegra de Ventanas. Especie endémica de los ecosistemas de neblina, en peligro de extinción. Se sabe que solo quedan unas cuantos individuos en el mundo y se dice que fue una de las primeras especies en el planeta que permitió la evolución de otras más. Es decir que es antigua, muy antigua. Ayer nos unimos a Salvamontes con este gesto de hermandad y vida, esperando que ese Magnolio florezca tan hermoso cómo floreció la vida de mi hermano sobre esta tierra, somos parte de la unidad y la vida continúa eternamente…🦋🌱❤️ (FAMILIA UPEGUI POSADA)
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Medellín: 30 años después de Pablo Escobar
¿Qué falta por decir?
Cada 2 de diciembre, sin falta, se desata la memoria de los medios entorno a la muerte del narcotraficante más temido, la misma memoria que Medellín quiere enterrar de una vez por todas arrasando con cualquier vestigio de su otrora imperio criminal intocable.
¿Qué queda? ¿Quiénes son sus “herederos”? ¿Cómo ha cambiado la ciudad que azotó en los 90? Exclusivo Colombia investigó ese último pedazo de la historia en la que Medellín, con números en la mano, muestra que ya no es la casa del “Patrón”.
El 20 de octubre pasado la guerra contra Pablo Escobar, 30 años después de su muerte, tuvo un nuevo capítulo. La Fiscalía General de la Nación ocupó una de las últimas propiedades conocidas del capo muerto a tiros el 2 de diciembre de 1993 en un tejado cerca al Estadio Atanasio Girardot. La llamada “Casa Museo Pablo Escobar” no fue más.
La propiedad de $12.000 millones, administrada por Roberto Escobar, alias “El Osito”, hermano del capo y quien apareció cientos de veces en los carteles de los más buscados, pasó a manos de la Sociedad de Activos Especiales, después de que la Fiscalía pudiera evidenciar que había pasado en modalidad de testaferrato a una mujer que aparecía como dueña, pero quien la ocupó por décadas fue el mismo “Osito”, quien había logrado un lucrativo negocio exhibiendo artículos del extinto Pablo Escobar a turistas y vendiendo su libro “Mi hermano Pablo”, al que llama un “Bestseller”.
Fue el quinto de los intentos fallidos por arrasar ese vestigio de la memoria de Escobar. En julio pasado, por orden de la Inspección de Policía 9B y con luz verde de la Secretaría de Seguridad y Convivencia de Medellín, se realizó la demolición de la parte construida ilegalmente dedicada al museo, no obstante, la propiedad siguió funcionando y los turistas llegando.
En Medellín han insistido en borrar toda huella Pablo Escobar. El icónico edificio Mónaco fue derribado hasta los escombros en febrero de 2019, hoy allí se encuentra el Parque de la Memoria, en pleno corazón de El Poblado, la cárcel La Catedral hoy es un refugio para adultos mayores de Envigado, el “Barrio Pablo Escobar”, nunca ha existido con ese nombre en los mapas.
“Es un lugar muy significativo, por el edificio que había aquí construido. Una historia de mucha violencia, mucho dinero. Espero que sigan con su lucha, antes era una zona de guerra y ahora es una zona que puede ofrecer mucho al turismo”, dice Óscar Martínez, un mexicano que pasea en el Parque de la Memoria.
Al lado, un guía turístico dice a unos norteamericanos: “Pablo era un Robín Hood para nosotros, fue uno de los hombres más ricos del mundo y lo persiguieron por muchos años”. Borrar la huella de un criminal parece más difícil así, pensaría cualquiera.
30 años de lucha contra el mito: los números de la guerra paisa
El mismo día que el otrora “Patrón” cayó en el tejado de esa casa del barrio Los Olivos, se generó el primer mito: “Pablo se suicidó”. Esa afirmación fue desmentida no solo por los exámenes post mortem del cadáver, sino por el mismo tanatólogo que preparó el cadáver, Omar Cardona, quien descartó la huella o tatuaje de pólvora, de alguien que se dispara a quemarropa. Escobar murió por disparos oficiales, según afirma en su propio libro el entonces coronel del Bloque de Búsqueda, Hugo Aguilar Naranjo.
Desde entonces la ciudad se ha enfrentado a todo tipo de mitos, incluso, se ha dicho que fue un montaje y que sigue vivo en alguna isla del Caribe. Se hablaba de su fantasma en el edificio Mónaco, de sus “guacas” enterradas en sus propiedades, de los testaferros que huyeron con millones de dólares, entre muchos otros.
Lo cierto, es que con los años se han conocido, más allá de los mitos, las cifras de lo que significó el capo en la ciudad. Exclusivo Colombia tuvo acceso a las más recientes mediciones comparativas en términos de homicidios, que muestran por qué hoy Medellín no es más la zona de guerra que era en los 90.
Según el Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia de Medellín (SISC), con cifras validadas por el Instituto Nacional de Medicina Legal, en 1991 se registraron 6.809 homicidios. Esto quiere decir que se produjeron 18.6 asesinatos cada día, convirtiendo a Medellín no solo en la ciudad más violenta del mundo, sino en la ciudad capital sin declaración de estado de guerra, con más muertes del siglo XX.
Según fuentes judiciales, se calcula que a nombre de Escobar se produjeron 623 atentados en todo el país, explotaron más de 200 carro bombas, se asesinaron 550 policías y la guerra declarada del Cartel de Medellín al Estado, produjo entre 15.000 y 16.000 muertes, la mayoría entre 1989 y 1993. Solo como resultado de los múltiples ataques con explosivos, se produjeron 402 muertes y más de 1.700 heridos.
Medellín era el epicentro de la peor era de la violencia generada por un cartel delincuencial en el mundo.
“Primero hay que felicitar a los ciudadanos de Medellín. Fueron épocas muy violentas. Por la resistencia que han tenido, por poder asumir ese dolor y convertirlo en alegría y felicidad. Devolvernos en el tiempo es triste. Este individuo tenía el poder en la ciudad, es muy maluco hablar de esto. Yo a este señor no me gusta nombrarlo, por que aún sufrimos las consecuencias. Hoy en día la situación es muy diferente, esta ciudad no aparece ni en las 50 ni en las 100 más violentas del mundo. Esto obedece al compromiso de los ciudadanos que han podido resistir a estos hechos de violencia”, dice el Brigadier General (RA) José Gerardo Acevedo Ossa, actualmente Secretario de Seguridad y Convivencia de la ciudad.
Según la Organización Seguridad, Justicia y Paz, de México, que realiza anualmente el listado de las ciudades más violentas del mundo, Medellín no aparece en la lista de las 50 desde el 2015 y este año 2023, el penoso listado lo lidera la ciudad de Colima, en México, con una tasa por cada 100.000 habitantes de 181 casos. La capital de Antioquia llegó a tener una tasa de 395.5 casos por cada 100.000 habitantes, casi tres veces más, en 1991.
Hoy como Distrito, según el SISC, Medellín terminará el 2023 como el año menos violento de su historia, con una tasa de homicidios de aproximadamente 13 casos por cada 100.000 habitantes y menos de 400 asesinatos acumulados durante el año, lo que equivalía a la cifra de tres semanas en promedio, cuando arreciaba el poder criminal de Pablo Escobar y el Cartel de Medellín.
La herencia criminal
En la actualidad las principales organizaciones criminales del Valle de Aburrá, entre ellas la conocida “Oficina de Envigado”, organización delincuencial que, de acuerdo con los informes judiciales de la Fiscalía General de la Nación, se creó justo después de la muerte de Pablo Escobar, se encuentra en negociación con el Gobierno Nacional para un posible desarme y sometimiento.
Sus principales cabecillas se encuentran privados de la libertad. Juan Carlos Mesa Vallejo, alias Tom. calificado por las autoridades como último jefe que tuvo “La Oficina”, pedido por los Estados Unidos, y capturado en 2017, también Juan Camilo Rendón Castro, alias Saya, vocero de “La Terraza”, condenado en 2014, Alberto Antonio Henao Acevedo, alias Albert, de “Pachelly” y Freyner Ramírez García, alias “Pesebre”, líder de la banda delincuencial de “Robledo”, entre otros más, están representando una especie de cuerpo colegiado, que a su vez dependió alguna vez de la misma cabeza criminal: Diego Fernando Murillo Bejarano, alias “Don Berna”, creador de “Los Pepes” (Perseguidos por Pablo Escobar) y escritor de su libro “Así matamos al patrón”, en el que se atribuye la muerte de Pablo Escobar y se nombra como heredero único del poder criminal en la ciudad.
Tras su extradición en 2008, alias “Don Berna” purga una condena de 31 años de prisión en una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos.
Así, de acuerdo con la información más actualizada de los organismos de Inteligencia policial y de la Fiscalía General de la Nación, ha ido mutando la criminalidad, bajo la herencia que dejó Escobar en una ciudad que aún tiene que resolver el problema de tener el 43% del total de los Grupos Delincuenciales Organizados del país.
Exclusivo Colombia tuvo acceso a un informe de Inteligencia actualizado y que se realiza cada año entre las principales autoridades del Valle de Aburrá, basado en las investigaciones adelantadas por los grupos que luchan contra el crimen organizado. Según dicho informe que se denomina “Inventario Criminal Unificado”, actualmente en esta región se han identificado 93 estructuras de crimen organizado, entre ellas 10 grupos de primer nivel con unos 2.600 integrantes.
Este informe señala la existencia de cuatro estructuras que agrupan la totalidad del poder criminal: el llamado “Cuerpo Colegiado de La Oficina”, la “Alianza de Estructuras Criminales”, el conocido como “Outsourcing Clan del Golfo” y un aproximado del 9% de grupos declarados como independientes, que son dos Grupos Organizados con 6 subgrupos.
Para los expertos, Medellín está lejos de dejar atrás la herencia criminal y el modelo mafioso del Cartel de Medellín, pero si ha marcado el camino para que sea improbable que surja un Pablo Escobar nuevo, un capo que nadie quiere recordar, pero cuya memoria sigue viva en series de televisión, decenas de libros y cada 2 de diciembre en todos los noticieros, documentales, especiales periodísticos y camisetas con su imagen, vendidas por los hijos de una generación que fue la víctima de la violencia, para darle gusto a los turistas curiosos que hurgan en una historia que no les pertenece.
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