Exclusivo Colombia habló con José Guarnizo, el autor del que es, tal vez, el más conocido libro sobre Griselda Blanco “La Patrona de Pablo Escobar”, en el que se cuenta la historia de la más temible narcotraficante, que se inventó el sicariato en moto, las rutas de la coca, e intentó secuestrar al mismísimo hijo del presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy.
Una vez, cuenta un familiar de Griselda Blanco, ella, con su particular jactancia y poder de intimidación, en una fiesta propia de cualquier narco en una película de Hollywood, sacó una bandeja de plata para servir a sus invitados y dijo “yo soy la reina de la coca”.
Pocos saben que ese detalle obedece a un delito del que se sentía orgullosa. Mandó a robar, en el propio Palacio de Buckingham, en Londres, una bandeja y la vajilla en la que la Reina Isabel tomaba el té, solo para presumir ante sus amigos y mostrar ese poder que era indiscutible entre la mafia de toda América.
Griselda Blanco era conocida como “La Madrina”, la “Viuda Negra”, “La Reina de la cocaína” y ninguno de los alias fue en vano. Lejos de ser un personaje de serie de Netflix, fue una narcotraficante temible, tanto como para ser prioridad para el gobierno de Estados Unidos, mucho antes que Pablo Escobar.
Exclusivo Colombia investigó los cinco datos más relevantes y menos conocidos de la narcotraficante, que, por cuenta de una nueva serie televisiva protagonizada por Sofía Vergara, pone a hablar al mundo de la coca colombiana y el narcotráfico de los 70 y los 80.
1- Le atribuyen su primer crimen a los 11 años
Casi todas biografías acerca de “La Madrina”, coinciden en reseñar un crimen atroz, como su inicio en el bajo mundo. Apenas con 11 años de edad, dicen los archivos judiciales, Griselda ya era parte de un grupo delincuencial de Barrio Antioquia, un recodo de la comuna de Belén en Medellín, al que llegó después de vivir en Lovaina, desplazada de Cartagena con su familia.
Antes de iniciar los años 60, la banda, casi todos menores de edad, se dedicaban al hurto, pero pasaron al siguiente nivel cuando secuestraron a un niño de 10 años de clase alta en Medellín. Al niño, cuya identidad fue reservada por años, lo tuvieron amarrado por varios días, pero su familia no pagó el rescate a tiempo. Griselda, retada por sus cómplices, le disparó en la cabeza a sangre fría.
Lo que sigue es una historia criminal que se escapa de cualquier guion de Hollywood, que incluye más de 100 muertes comprobadas (se dice que pueden ser más de 250), entre ellas las de sus tres parejas sentimentales. De ahí salió su otro alias “La viuda negra”. Aunque hay dudas aún.
“Griselda Blanco está lejos de ser una heroína como en algunos relatos se ha mostrado. No me refiero específicamente a la serie de Sofia Vergara porque en la serie de Sofia Vergara se logra mostrar un poco como esa atmósfera que se creó alrededor de Griselda en Miami y de todos los muertos, aunque se dan unas licencias para cambiar ciertas cosas. Por ejemplo, ahí muestran que ella supuestamente mató Alberto Bravo, su segundo esposo cuando pues hay serios indicios y documentos que indican que a él lo mandó a matar Pablo Escobar.
Sin embargo, si hay una buena cantidad de testimonios y documentos de los que se puede inferir que ya sí habría tenido que ver con el asesinato de su tercer esposo, Darío Sepúlveda, padre de su hijo Michael Corleone, que creo que este es un dato importante y de ahí que se empezó a hablar un poco como de que ella representaba La Viuda Negra”. José Guarnizo, periodista y escritor de “La Patrona de Pablo Escobar”
2- Inventó el sicariato y puso en estado de guerra a Miami
Aunque en muchas de las series y biografías sobre Griselda Blanco se habla de su guerra en Miami, Estados Unidos, generalmente se ha pasado por alto el impacto que esto tuvo en la historia del crimen en el continente.
El alias de “La Madrina”, tal vez el más conocido, se da precisamente en los años 70, cuando huye de Colombia y pasa de New York a Miami en Estados Unidos, donde, según advierte el escritor José Guarnizo, crea su propio imperio, el primero conocido de un cartel colombiano de las drogas y cuyo único jefe y dueño era ella misma.
Era tan absoluto su poder en la organización, que solo se le conocían unos escasos hombres de confianza, el más cercano; Jorge Ayala Rivera, alias “Rivi”, quien solo logró salvar su vida, siendo testigo clave en el juicio que llevó a “La Madrina” a la cárcel por 19 años. Pero la historia comienza mucho antes.
Ella se inventó el sicariato como modalidad delictiva, primero en Medellín y luego en Estados Unidos. La imagen de hombres en motocicleta que asesinan a sus víctimas en movimiento, fue una macabra creación de Griselda Blanco para cobrar sus deudas. Según los testimonios recolectados en los archivos judiciales en Miami, fue la primera vez que en ese país se vio de manera sistemática el uso de esta modalidad en asesinatos selectivos.
Y es que Miami, que para entonces ya era un paraíso tropical, se convirtió en un infierno cuando se desató la llamada “Cocaine Cowboys Wars”, una sangrienta lucha por el dominio del narcotráfico en la ciudad con decenas de muertos, masacres y el famoso caso del niño Jhonny Castro, de tres años, quien falleció víctima de disparos en un ataque sicarial a su padre Jesús “Chucho” Castro en 1982, de quien siempre se pensó que estaba muerto, pero reapareció en Medellín, tras esconderse por más de 30 años de “La Madrina”.
La guerra de la cocaína en Miami perduró hasta 1984, cuando ya Pablo Escobar había incursionado en el mapa criminal con el Cartel de Medellín y usando las rutas de transporte de droga, que precisamente Griselda diseñó y administraba. Ya por esa época se vislumbraba un enfrentamiento con el capo, al que sobrevivió.
Miami, según datos del FBI pasó de una tasa de homicidios de 13.2 casos por cada 100.000 habitantes a 24 en 1984, una cifra muy parecida a la que tenía Medellín hace unos 10 años.
3- Su alias de “La Madrina”
A Griselda Blanco no le gustaba hacer pequeños negocios. Según sus allegados, los “cruces” de droga que realizaba en Estados Unidos, siempre se calculaban en toneladas. “Llegó un momento en el que tuvo muchos cuartos llenos de dinero, de dólares en efectivo que eran imposibles de contar”, dice el escritor José Guarnizo. Por esto, fue tal vez, la primera narcotraficante en usar el término de “caletas”, para describir los sitios de almacenaje de su dinero. El FBI calculó su fortuna en más de 500 millones de dólares en su momento, calculados en la actualidad, serían más de 1.5 mil millones de dólares, suficiente para aparecer en la revista Forbes.
Hay que decir que, al comienzo, otro invento que se le atribuye, es la creación de “las mulas”. Para esto creó una línea de ropa interior con compartimientos para esconder cocaína y que se pasara inadvertida en los aeropuertos.
Varios autores consideran que una parte de las escenas de célebre película “Scarface”, protagonizada de manera magistral por Al Pacino, tienen inspiración en apartes de la vida de Griselda.
No obstante, la afición, casi enfermiza de ella en el cine, tenía que ver con otra película, la obra maestra de Francis Ford Coppola “El Padrino”. Fue tal su afición a la historia de la familia Corleone, que a su último hijo lo bautizó Michael Corleone Blanco. Ahora él promociona su propia marca de ropa y produce la imagen de su madre.
Incluso, advierte en sus informes el FBI, imitaba los lujos de la película. Tuvo un anillo que fue propiedad de Eva Perón, compró un Jet privado y mandó a construir un busto de bronce con su rostro en tamaño real. Tenía una ametralladora enchapada en oro macizo y a los funerales de sus víctimas enviaba flores. Cuando fue sepultada en el cementerio Montesacro de Itagüí, a 120 pasos de la tumba de Pablo Escobar, fue puesta en un ataúd completamente dorado.
Su alias era solo cuestión de tiempo. Le gustaba que le llamaran así.
4- Era terriblemente vanidosa y pobre de aquel que no se lo reconociera
Griselda Blanco usaba botas largas, le encantaban las minifaldas y la ropa de diseñador. Según cuenta un ex narcotraficante y socio, su carro preferido era el Chevrolet “El Camino”, le gustaban los colores fuertes, el rojo y posaba para fotografías en todas las oportunidades.
En el testimonio, recogido por la cadena Univisión de Estados Unidos, de un ex narco conocido solo como “Cardona”, se afirma que “ella no soportaba que nadie le dijera dos cosas: gorda o tatareta. El que le decía eso se moría, no lo perdonaba”. A pesar de su figura ruda y robusta, paradójicamente, siempre ha sido interpretada por bellas actrices, entre las que se cuentan Luces Velásquez, Jennifer López, Ana Serradilla, Catherine Z. Jhones y la mismísima Sofía Vergara.
5- El misterio de su clandestinidad
“La Madrina” en 1975 fue reseñada en Estados Unidos por cargos de conspiración de drogas, con 30 de sus empleados. En ese momento fue el caso más grande sobre tráfico de coca en la historia, no solo en ese país, sino en el mundo. Griselda huyó nuevamente a Colombia, pero volvió a Estados Unidos, donde la suerte se le acabó.
Tras la muerte de Pablo Escobar en 1993 en Medellín, Griselda fue apresada en Miami y condenada a 19 años de cárcel por las muertes de los narcotraficantes cubanos Alfredo y Grizel Lorenzo y del niño Johnny Castro. No obstante, sin cumplir la totalidad de la pena salió en 2004 y en completo secreto, volvió a Medellín.
“Ella regresa sin ningún antecedente judicial, ella podía abrir cuentas a su nombre, tuvo cualquier cantidad de cuentas y ella vivía de las rentas de los bienes que había comprado y había acumulado, no era una mujer multimillonaria como lo llegó a hacer en su momento, pero vivía de esas rentas, vivía en una casa en el poblado en la Loma del Tesoro, vivía con uno de sus hijos, con una empleada.
Su vida un poco fue eso, vivir de las rentas, tratar de recuperar algunas tierras que no pudo recuperar y por otro lado también creo que ya nunca se pudo desligar de Barrio Antioquia, a pesar de que vivía en El Poblado y andaba en un carro Mazda 3, como una señora anónima, pero ella siempre fue al barrio, nunca se pudo desligar”, dice José Guarnizo.
El 12 de septiembre de 2012, antes de las 6:00 de la tarde, en la carnicería Cardiso del barrio Belén, donde compraba unas costillas para un asado, Griselda Blanco fue asesinada en su propia ley. Dos sicarios en motocicleta pasaron y uno le disparó en dos ocasiones. A los 69 años falleció desplomada en la calle. Hasta hoy el crimen no se ha resuelto, no hay un capturado o una investigación concluyente sobre el asesinato de la “Reina de la coca”, que pasó 8 años en la discreción absoluta en una casa de El Poblado hasta ser alcanzada por su propio pasado.