Con conciertos y desfiles se celebraron los 214 años del grito de independencia
Este año, como se dice de manera popular, Itagüí botó la casa por la ventana en la celebración del 20 de julio, la independencia nacional. Además de los clásicos desfiles con bandas marciales, en el municipio se celebraron conciertos con las estrellas de la música popular y vallenata: Jhon Álex Castaño y Pipe Bueno. Fue una conmemoración atípica que reunió a miles de personas en las calles y en el parque principal.
La celebración comenzó la víspera, el 19 de julio, con el lanzamiento del ballet folclórico de Itagüí. El lema de este año fue “Itagüí se pone la bandera”. El ballet, que tenía como eje principal los símbolos patrios, se presentó en el Teatro Caribe, legado de la administración anterior. Desde su inauguración, este se convirtió en el espacio cultural por excelencia del municipio. Dentro de sus instalaciones, por ejemplo, están exhibidas las obras del escultor Salvador Arango, discípulo de Arenas Betancur que consolidó una obra con una estética propia, sólida.
Volviendo al festejo patrio, el propio 20 de julio hubo un desfile que salió de Coltejer hacia el parque Principal, donde el alcalde Diego Torres subió a la tarima y dio un discurso corto. Exclusivo Colombia estuvo presente en el desfile y el discurso posterior.
Como si el clima se hubiera puesto de acuerdo, la tarde del día de la independencia fue límpida, con un sol alegre que puso de relieve el verde de las montañas. Pese al calor y a la inclemencia de los rayos que caían casi de manera perpendicular, una nutrida presencia de itagüiseños de vio en las calles, con banderines de Colombia y arengando canciones tan clásicas como Colombia tierra querida.
El desfile comenzó de manera solemne, pero sin perder el espíritu festivo, con la banda marcial de los adultos mayores. Con bombos, redoblantes y tamboras marcharon hasta el parque principal, donde todos se reunieron a emular el grito de independencia de hace 214 años.
Luego de los adultos mayores pasaron bandas del municipio. Aparecieron, entonces, los trombones, las cornetas, las trompetas y el xilófono. Pareciera un desfile que, con su cadencia, se dirigiera a un campo de batalla, a una montaña imprecisa en la que se jugaría la vida. Pero no, era una fiesta. Hubo bandas, por ejemplo, que además de tocar las canciones clásicas se aventuraron a interpretar ritmos de Michael Jackson.
Al final de la marcha estuvieron los soldados y los policías. Fueron, quizá, los más aplaudidos por la gente, que desde los balcones reconocía su autoridad y sacrificio. El desfile lo terminó la banda de la Policía, compuesta en su mayoría por mujeres. Con tamboras y bombos irrumpieron en el parque principal.
La fiesta, como se dijo, siguió en el parque con la presencia del alcalde, que estuvo acompañado de todo su gabinete. “Esto es una fiesta nacional donde le decimos gracias al Ejército, a la Policía, a la institucionalidad, porque Itagui no puede retroceder, porque esta es una ciudad distinta que cree en la fuerza pública y las instituciones”, dijo Diego Torres arropado con una bandera de Colombia.
El discurso del alcalde giró en torno a la prosperidad del municipio y a la capacidad de trabajo de sus ciudadanos. Sus palabras estuvieron apoyadas en la idea del orden y la lucha contra la delincuencia: “No cederé un centímetro, en Itagüí amamos el territorio, el Ejército y la Policía”, dijo. No hay que olvidar que el 20 de julio es día de discursos en la instalación del congreso y que este año estuvo marcado por las palabras de los opositores al presidente Petro.
La celebración terminó un día después con el concierto de Los de Yolombó, Pipe Peláez y Jhon Álex Castaño. No deja de llamar la atención una celebración de este calibre en un país que ha sido más bien apático por los símbolos patrios y en donde el patrioterismo y el nacionalismo no han calado demasiado hondo.