
El exalcalde de Briceño, Wilmar Moreno, revela una investigación sobre los supuestos corredores de movilidad ilegal del Clan del Golfo en el norte de Antioquia. Su informe expone rutas, puntos estratégicos y zonas de abastecimiento utilizadas por el grupo armado. Durante su administración y después de dejar el cargo, el exmandatario ha recibido amenazas contra su vida y la de su familia. Confirma que, a pesar de haber interpuesto al menos cuatro denuncias, la UNP no le ha otorgado un esquema de protección.
Wilmar Moreno, exalcalde de Briceño (Antioquia) durante el período 2020-2023, ha presentado una investigación sobre la dinámica del orden público en la región, basada en su experiencia como líder social, funcionario público y alcalde. Ahora, desde su papel como ciudadano y defensor de los derechos humanos, Moreno ha denunciado la consolidación de un corredor de movilidad ilegal por parte del grupo armado Clan del Golfo, que opera en la zona y facilita el desplazamiento de sus estructuras criminales.
Según el exmandatario, la investigación se fundamenta en más de diez años de experiencia en liderazgo social, defensa de la vida y los derechos humanos, así como en el ejercicio de funciones públicas y políticas a nivel local y regional.
A lo largo de este tiempo, Moreno ha sido testigo directo del recrudecimiento del conflicto en su municipio y en las regiones vecinas, enfrentando sus consecuencias de manera directa. Ha realizado numerosas denuncias en coordinación con organismos defensores de derechos humanos, lo que ha derivado en amenazas y desplazamientos forzados tanto para él como para su familia en represalia por estas acciones.
Desde su rol como alcalde en el periodo 2020-2023, enfrentó estas problemáticas desde la institucionalidad. Su cercanía y articulación con líderes sociales y políticos del norte de Antioquia y el Bajo Cauca le han permitido conocer de primera mano testimonios sobre la alteración del orden público, el control territorial, la extorsión, los corredores estratégicos y los homicidios sistemáticos en distintos municipios.
Este informe se basa en su experiencia territorial en Briceño, así como en su trayectoria en lo social, político y en la defensa de los derechos humanos. Además, se sustenta en un análisis detallado de noticias y reportes periodísticos, así como en informes institucionales, lo que ha permitido estructurar un análisis sobre la consolidación del poder territorial de este grupo armado en la última década, con énfasis en los últimos tres años.
El corredor ilegal identificado inicia en el municipio de San Andrés y atraviesa diversos sectores rurales a través de carreteras terciarias, caminos de herradura y trochas en la cordillera. Su recorrido abarca puntos estratégicos como el sector La Chorrera, una zona boscosa que conecta con Los Teleféricos, también en San Andrés. Desde allí, enlaza con la carretera rural La Loma, que a su vez permite acceso hacia Ituango o Medellín. Posteriormente, asciende a la parte alta de La Loma y continúa hasta los sectores El Roblal y Berlín Viejo, en los límites entre Briceño y Yarumal.
Desde Berlín Viejo, el corredor se divide en dos rutas: una hacia El Baño y La Quiebra, territorios en los límites entre Briceño y Yarumal con mayor presencia en Briceño, y otra hacia la vereda El Pescado y el corregimiento de Pueblo Nuevo, aprovechando caminos rurales para la movilidad de la estructura armada.
El sector La Quiebra, además de ser un punto de tránsito clave, cumple una función logística al recibir abastecimiento desde Yarumal mediante dos vías principales: Mina Vieja y La Candelaria-San Roque. Estas rutas convergen a unos cinco kilómetros del sector La Gabriela, facilitando la llegada de suministros esenciales para la operación del grupo armado.
En términos de posicionamiento estratégico, el informe señala que los miembros del Clan del Golfo utilizan el sector entre Berlín Viejo y El Roblal como punto de descanso tras incursiones en las veredas de Briceño. Asimismo, destaca que La Quiebra es un punto clave para el control militar, donde en 2015 se instaló un puesto de control durante aproximadamente dos años. Aún permanecen allí trincheras que podrían ser reactivadas en caso de una estrategia de contención. Otro sector de importancia para el despliegue militar es La Rivera, sobre la vía que conecta Yarumal con Ochalí.
En la zona de la Loma de Ochalí, los grupos armados reciben suministros logísticos desde Valle Toledo y San Andrés de Cuerquia. La distribución de estos insumos se realiza a través de una vía destapada y mediante un transbordo en la garrucha sobre el río San Andrés, lo que permite mantener la operatividad de la estructura ilegal.
El informe también advierte sobre la presencia de este grupo armado en el Cañón de Socavones, en jurisdicción de Briceño. Se ha documentado su ocupación hasta las primeras viviendas del sector La Alborada y en el camino hacia Cristalina (Cedral, Briceño). Dentro de este cañón, las veredas más afectadas son El Cedral, La Correa, La Meseta, La Palomita y Moravia, en el sector El Tesoro.
Wilmar Moreno concluye que este corredor de movilidad no solo permite el tránsito del Clan del Golfo, sino que también facilita sus operaciones ofensivas y su capacidad de repliegue hacia zonas de control consolidado. Su denuncia busca visibilizar la situación para que se adopten medidas efectivas en la lucha contra el crimen organizado en la región.
Radiografía, presentada por el exmandatario:
El Norte y el Bajo Cauca de Antioquia han sido escenario de una creciente disputa territorial entre grupos armados ilegales, donde el Clan del Golfo se ha consolidado como el actor con mayor poder militar. Su estrategia se basa en el control de corredores estratégicos, la explotación ilegal de minería y la extorsión a proyectos económicos de alto impacto, como la hidroeléctrica Ituango (Hidroituango) y las minas de oro en Briceño y Buriticá.
Briceño representa un objetivo clave para este grupo criminal, siendo el único municipio del norte lejano de Antioquia donde aún no han logrado consolidar su dominio. Desde 2019, han intentado avanzar en este territorio mediante incursiones armadas, pero su expansión ha sido contenida por la comunidad y la Fuerza Pública. En los últimos años, sin embargo, han fortalecido su presencia en municipios cercanos como San Andrés de Cuerquia y Toledo, estableciendo corredores estratégicos para facilitar su ingreso a Briceño.
Desde 2019, el Clan del Golfo ha intentado tomar control de Briceño con el propósito de consolidar su dominio en el norte de Antioquia y conectar su influencia con el Bajo Cauca y el Occidente del departamento. Su interés en este municipio responde a varios factores, entre ellos su ubicación estratégica, que lo convierte en un punto clave para la logística y el control militar en la región. También influyen la presencia de minas de oro en Berlín Viejo, que en el pasado fueron explotadas por empresas inglesas y que hoy despiertan el interés de multinacionales como Zijin Mining Group. Además, la cercanía con Hidroituango, la central hidroeléctrica más grande de Colombia, representa una oportunidad de financiación ilegal a través de la extorsión. Finalmente, el control de Briceño facilitaría la conexión de rutas para el narcotráfico y la minería ilegal entre el Norte, el Bajo Cauca y el Occidente antioqueño.
El Clan del Golfo ha buscado el control de Briceño mediante incursiones violentas, confinamiento de comunidades y enfrentamientos con otros grupos ilegales. En noviembre y diciembre de 2023, el corregimiento de Las Auras vivió tres días de confinamiento debido a la presencia de hombres armados del Clan del Golfo. En este periodo, el grupo asesinó a un campesino y secuestró a tres personas, lo que generó desplazamientos y la suspensión de actividades comunitarias y escolares. Ante la crisis, el ministro de Defensa, Iván Velázquez, visitó Briceño junto a la cúpula militar y policial y ordenó operaciones para contener el avance del grupo ilegal.
El 10 de septiembre de 2024, un grupo armado ingresó a la vereda El Pescado, desplazando a la comunidad y enfrentándose con disidencias de las FARC. Debido a los combates, se suspendieron las clases y varias profesoras de las veredas El Pescado, La América y La Molina tuvieron que desplazarse. La escuela de El Pescado recibió impactos de bala, lo que motivó una posterior visita de la Personería Municipal.
En enero de 2025, el Clan del Golfo ingresó al casco urbano del corregimiento de Pueblo Nuevo en plena tarde, alrededor de las 2:00 p.m., generando enfrentamientos. Durante la incursión, secuestraron a dos mujeres: una joven de 20 años y una madre de 38. Al día siguiente, ambas fueron asesinadas en el corregimiento de La Loma de Ochalí. Como consecuencia, se produjo un desplazamiento masivo hacia el casco urbano de Briceño, quedando registrado en los censos locales.
El Clan del Golfo ha diseñado un corredor de movilidad para ingresar a Briceño, utilizando rutas estratégicas que pasan por San Andrés de Cuerquia, Yarumal y Toledo. Su recorrido inicia en San Andrés de Cuerquia, atraviesa el sector La Chorrera, llega al sector Los Teleféricos y se conecta con la carretera rural La Loma, que permite acceso a Ituango o Medellín. Desde allí, asciende a La Loma y avanza hacia Berlín Viejo, en el límite entre Briceño y Yarumal. En este punto, el corredor se divide en dos rutas: una hacia El Baño y La Quiebra, dentro de la jurisdicción de Briceño, y otra hacia El Pescado y el corregimiento de Pueblo Nuevo, utilizando caminos rurales.
El grupo armado ha establecido puntos estratégicos y de abastecimiento a lo largo de este corredor. Una ruta de abastecimiento logístico de estos grupo es desde Yarumal en camioneta, por la vía que viene desde Yarumal (entrada la candelaria), desde vía a la Costa, cruzando hacia Ochalí , llegan hasta el sector la Quiebra, sobre misma vía hacia Ochalí.
Y la otra ruta de abastecimiento en carro es desde san Andrés hasta el corregimiento del Valle de Toledo. Desde allí, llegan al río San Andrés , hacen transbordo por la garrucha para seguir por la vía que conduce desde este río hacia la loma de Ochalí , en un corregimiento donde el Clan del Golfo tiene zonas semi campamentarias
Este corredor facilita las incursiones armadas, el tráfico de drogas y la extorsión a la minería y a Hidroituango, que también tiene presencia en la vereda La Calera de Briceño.
Para contener el avance del Clan del Golfo, es fundamental fortalecer la presencia militar en puntos estratégicos. Se requiere la instalación de puestos de control permanentes en La Quiebra, en los límites entre Yarumal y Briceño, vía Ochalí; en Berlín Viejo, vereda Buena Vista de Briceño; en La Rivera, Yarumal, vía Ochalí; y en la cordillera de Briceño, entre la vereda El Pescado y el corregimiento de Pueblo Nuevo. Estas medidas permitirían frenar la movilidad del grupo armado y evitar que la comunidad quede atrapada en la disputa entre organizaciones ilegales.
Además, es urgente fortalecer la presencia estatal en Briceño con estrategias de seguridad y desarrollo social que impidan que el Clan del Golfo siga ganando apoyo en la población.
El Norte y el Bajo Cauca de Antioquia continúan siendo territorios en disputa entre grupos ilegales. Sin embargo, con estrategias adecuadas y una presencia estatal más efectiva, es posible frenar la expansión del Clan del Golfo y garantizar la seguridad de las comunidades afectadas.