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¿Qué pasó con el crimen organizado en Medellín?

lunes, 01 abril 2024 POR Exclusivo Colombia

Más de 30 años de confrontaciones entre grupos delincuenciales en Medellín tras el desmantelamiento del Cartel de Medellín, parecen haberse detenido en los últimos años, llevando a la ciudad a una tensa calma y una reducción de homicidios sin precedentes en la historia y que se sostiene en 2024. ¿Producto de pactos y del proceso de paz con el Gobierno Nacional? ¿Quiénes son los cabecillas que tienen identificados las autoridades? ¿Cuáles están en libertad?

Exclusivo Colombia tuvo acceso a los informes con los que se construyó el llamado Inventario Criminal Unificado en Medellín, que es el resultado de las investigaciones, seguimientos y datos analizados de las principales autoridades entorno a la composición y distribución de los Grupos Delincuenciales y Organizaciones Criminales que actúan en la ciudad y que son actualmente, los más recientes con los que cuenta la Alcaldía de Medellín para planear las estrategias articuladas contra el delito.

Para comenzar, la cifra de grupos identificados es bien diferente a la que tiene la Oficina del Alto Comisionado de Paz, que está en negociación sigilosa y hermética con al menos 11 estructuras criminales de primer nivel, también llamadas GDO (Grupos Delincuenciales Organizados) y que según el informe representan el 87% de la totalidad de estos grupos en la ciudad y el Valle de Aburrá.

Según advierte el informe, con datos verificados por la Fiscalía General de la Nación y la Policía Metropolitana, en Medellín hay 10 GDO y 81 Grupos Delincuenciales Comunes Organizados (organizaciones más pequeñas, generalmente dependientes de las primeras) con 2.864 integrantes identificados y unos 6.000 en total, si se tiene en cuenta la posibilidad del subregistro.

Esta es la cifra que reconoce el Alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez Zuluaga, quien insistentemente se ha quejado públicamente por desconocer lo que se está negociando en la Mesa de Paz de Itagüí, instalada desde junio del año pasado por el Gobierno Nacional y de la cual se desconocen los avances.

“He hablado con el Alto Comisionado de Paz, Otty Patiño, con quien hemos tenido comunicación permanente. Insisto que no sabemos que se está negociando, solo el Gobierno tiene la información. Vuelvo e insisto, la voluntad de paz, siempre se tiene que notar, si hay voluntad de paz, dejen de asesinar, dejen de extorsionar, dejen de desplazar, dejen de robar, dejen de hacerle daño a la gente. Si tienen voluntad de paz, yo me encargo de esos más de 6.000 jóvenes que hacen parte de las estructuras criminales para que tengan una oportunidad diferente a la de las armas”, dijo el mandatario, justo después del asesinato de Edinson Rodolfo Rojas, alias “Pichi Gordo”, uno de los cabecillas histórico de la llamada “Oficina” y quien estaba en libertad, incluso, sin haber cumplido ni la mitad de una sentencia a 16 años de cárcel por homicidio, concierto para delinquir y porte ilegal de armas.

Precisamente desde la Oficina del Alto Comisionado de Paz, se habla no de 81 grupos al margen de la ley, sino de unos 350, y, no de 6.000 integrantes, sino de unos 12.000, que advierten los cabecillas recluidos y participando en la Mesa de Paz, tienen en sus filas en el Valle de Aburrá.

Pero ¿según los informes del Inventario Criminal Unificado cómo está compuesto el crimen organizado en la ciudad en la actualidad?

La medida de las estructuras delincuenciales

Este era uno de los carteles de los Más Buscados, publicado por la Alcaldía de Medellín entre 2016 y 2019, en la que aparecen muchos de los cabecillas que hoy están en libertad o en la Mesa de Paz de Itagüí. Foto: Archivo

“La Oficina” aparece como la estructura principal del crimen en la ciudad, con dos alas, lideradas por dos grupos conocidos como Grupo Colegiado de La Oficina y la Alianza de Estructuras Criminales, la primera con 37 subgrupos y la segunda con 33, cada una con 3 estructuras de primer nivel, entre las que se pueden contar bandas reconocidas como “La Terraza”, “Robledo”, “Los Triana” y “Caicedo”, además de los grupos delincuenciales de Bello, como “Los Chatas”, “Pachelly” y “El Mesa”, todos con historiales delictivos de más de 20 años.

No obstante, el informe reconoce que también hay injerencia del llamado “Clan del Golfo”, a los que les atribuyen al menos dos grupos de primer nivel, como “Altavista” y cuatro grupos de segundo nivel, mejor conocidos como “Combos”.

Igualmente, en la lista aparecen dos Grupos Delincuenciales independientes y 7 subgrupos, de los cuales se advierte, no les obedecen a las grandes estructuras y que hoy no están sentados en la Mesa de Paz, al igual que el “Clan del Golfo”.

El informe, además, advierte de un posible obstáculo. Hasta la fecha de elaboración de este, había 70 procesos investigativos estructurales abiertos en contra de igual número de bandas y había otros 40 pendientes. De estos no se sabe a la fecha de los avances, precisamente a la espera del desarrollo de las conversaciones con el Gobierno Nacional. No obstante, de manera conjunta, las autoridades siguen actuando en contra de las estructuras, pero en 2024 aún no se realiza ninguna captura relevante en Medellín de los denominados “Objetivos de Alto Valor”, o cabecillas de primer nivel de estas estructuras criminales.

La captura, con fines de extradición, de alias “La Firma”, se dio apenas hace unas semanas en Robledo. No obstante, se dio en una investigación por narcotráfico. Foto: Policía Nacional

El más reciente caso, a comienzos de marzo, anunciado sin mucho bombo ni platillos, fue el de la captura de alias “La Firma”, Jean Fernando Espinosa Lopera, un expolicía vinculado con “La Oficina” desde hace más dos décadas, que según las autoridades estaba dedicado al narcotráfico para carteles mexicanos. Fue apresado en Robledo por la Dijín y será extraditado a petición de Estados Unidos. En sus inicios estaba vinculado a la GDO “Doce de Octubre” y fue capturado en agosto de 2012 y condenado a 15 años de prisión, no obstante, como se hace evidente, no terminó de cumplir su sentencia y había vuelto al mundo criminal en completa discreción. Sin embargo, esta operación no hacía parte de las investigaciones estructurales de la “Oficina” y su valoración como cabecilla, estaba lejos de ser un objetivo imperante.

Cabecillas en libertad

A la fecha la reducción de homicidios en Medellín, frente al año 2023, es del 8.4%, se han cometido 87 asesinatos frente a 95 del año anterior y las cifras del primer trimestre de 2024 sigue siendo positiva, incluso cuando hablamos de los últimos años, donde de manera sistemática se redujo este delito a niveles sin antecedentes en la historia.

Según el Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia, del total de estos crímenes, 16 son asociados a la acción de grupos delincuenciales, un 38% menos que en 2023. Sin duda, con las cifras, se puede deducir que la violencia del crimen organizado se ha “estancado”. Actualmente, advierte una fuente allegada a las investigaciones de criminalidad en la ciudad, no existe identificada ninguna confrontación particular entre bandas en ningún punto de la ciudad y hay una “tensa calma” en sectores como Manrique, Robledo y la comuna de San Javier, donde se han desatado enfrentamientos en años anteriores.

¿Resultado de pactos? Nadie lo confirma directamente. La reducción de homicidios en Medellín se ha dado de manera consecutiva durante los últimos 8 años, incluso sin advertir en el horizonte un proceso de paz con el Gobierno. Para algunos analistas del conflicto, ha existido un pacto no declarado entre los principales cabecillas de las organizaciones más relevantes del crimen, la mayoría en prisión, como José Leonardo Muñoz, alias “Douglas”, Juan Carlos Mesa Vallejo, alias “Tom” y Freyner Ramírez, alias “Carlos Pesebre”.

No obstante, también se advierte que muchos de los que una vez hicieron parte de los carteles de “Los más buscados”, en ofensivas contra el crimen lideradas en la primera administración de Federico Gutiérrez y alcaldes anteriores, ahora están en libertad, algunos incluso, colaborando con el hermético proceso de paz de Itagüí. Con el asesinato de alias “Pichi Gordo” en El Poblado, del cual pocos sabían que estaba en libertad, comenzaron las preguntas para advertir que varias de las más importantes cabezas de “La Oficina”, estaban en libertad.

“Sabemos que “Pichi Belén” desde la calle está colaborando con el proceso. Él y “Pichi Gordo” están incluidos de manera discreta con esto, por eso preocupó tanto la muerte de este último, pensamos que podría desatarse un enfrentamiento, pero hasta ahora no ha sucedido nada raro”, advierte una fuente allegada a la Mesa de Paz.

Juan Carlos Castro, alias “Pichi Belén”, fue incluido en 2018 en el cartel de los más buscados, señalado como el principal cabecilla de “La Oficina” y mano derecha de alias “Tom”. Se ofreció una recompensa de hasta $100 millones por su captura, que se registró en Tolú ese mismo año en un mega operativo con más de 100 hombres de las Fuerzas Especiales de la Policía. Castro fue condenado a 6 años de prisión, pero en diciembre pasado fue beneficiado con detención domiciliaria.

Entre los 5 principales cabecillas capturados y ya en libertad o con detención domiciliaria, también se encuentra Carlos Mauricio Soto, alias “Soto”, señalado por las autoridades de ser el jefe del GDO “Picacho” y con historial criminal de más de dos décadas en “La Oficina”. Tras ser capturado en 2017, fue condenado a 9 años de prisión, de los cuales cumplió poco más de 3, quedando con beneficio de casa por cárcel desde 2020, en completa discreción y silencio.

Caso similar es el de Julián Andrey González Vásquez, alias “Barney”, capturado en Bogotá en 2015, presentado como uno de “los principales cabecillas del crimen organizado del Valle de Aburrá” y condenado a 17 años de cárcel por tres casos de homicidio y concierto para delinquir, pero beneficiado también con prisión domiciliaria en la época de pandemia en 2020. También permanece lejos del ojo de las investigaciones recientes de las autoridades.

El cuarto cabecilla, que de hecho se hacía llamar “El Patrón” es un histórico líder delincuencial del Nororiente de Medellín, Elkin Triana Bustos, según las autoridades, fundador de la banda de “Los Triana”, capturado en una lujosa finca de Amagá en 2018 y condenado ese mismo año a 8 años de cárcel por concierto para delinquir y con beneficio de casa por cárcel en 2020. Tampoco se encuentra en este momento con pendientes ante la justicia, tampoco este grupo hace parte de la Mesa de Paz.

El quinto caso, fue el ya reseñado de alias “Pichi Gordo”, quien tuvo final trágico hace apenas unas semanas. Hasta el momento no se sabe quién ni por qué fue asesinado. Las pistas del caso las tiene un grupo especializado de investigación, pero los avances o consecuencias de este asesinato son un enigma.

No obstante, no se puede quedar por fuera Franklin Andrés Vargas, alias “Frank”. El hombre mejor conocido por ser el hermano del extraditado jefe de “La Oficina”, Erikson Vargas, alias “Sebastián”. “Frank”, según las autoridades había tenido el beneplácito de su hermano para liderar la organización tras su caída, pero fue capturado en 2012 y condenado a 16 años de cárcel por delitos como concierto para delinquir. No obstante, desde 2019 fue abrigado con libertad condicional, sin que hasta hoy se conozca de su paradero.

Las llaves de la guerra o la paz

Alias “Tom”, “Carlos Pesebre” y “Douglas”

Los que, si siguen tras las rejas, no obstante, desde junio del año pasado están, en su mayoría recluidos en la Cárcel de La Paz en Itagüí, reunidos allí gracias a la iniciativa de negociación del Gobierno Nacional, sin embargo, dos fichas claves no están allí presentes, sino con una especie de “representación”.

“Los principales cerebros y patrones del crimen en Medellín son “Douglas” y “Tom”, pero ellos solo están representados en la Mesa. Ahí está “Carlos Pesebre”, que es uno de los voceros más fuerte. Ellos son los que tienen las llaves, entre los tres tienen más del 80% de los combos”, advierte la fuente allegada a la Mesa de Paz de Itagüí, quien, por razones de discreción del proceso, pide la reserva de su identidad.

En la Mesa quien representa las estructuras de alias “Tom” es alias “Vallejo”, Jesús Vallejo Alarcón, cabecilla de “El Mesa”, pero también aparecen figuras del crimen como Jesús David Hernández, alias “Chaparro”, líder de la banda “Pablo Escobar” y condenado a 46 años de cárcel por la desaparición de tres jóvenes estudiantes de La Estrella y alias “28”, un delincuente de esa zona del Aburrá, en hechos ocurridos en 2009.

También, como relevante en esta ala de la organización criminal, está alias “Lindolfo”, Sebastián Murillo Echeverry, condenado por homicidio agravado a 18 años de prisión y recordado por ser el ex esposo de la reconocida presentadora Vanesa Peláez. Señalado líder de la banda de “Caicedo”.

Un caso particular, de otro de los voceros de la cárcel de Itagüí, es el de Gustavo Adolfo Pérez Peña, alias “El Montañero”, uno de los históricos jefes de la banda de “El Mesa”, en Bello, que quedó en libertad desde el pasado 14 de marzo. Fue capturado en 2019 y condenado a 8 años de cárcel, de los cuales pagó poco más de la mitad. Se desconoce si seguirá en el proceso.

Por el lado de alias “Douglas”, se reconoce a su mano derecha, alias “Compa”, Óscar Fernando Salazar, reconocido hace más de 20 años en la organización de “La Oficina”.

Juan Camilo Rendón Castro, “alias Saya”, es el vocero de La Terraza. Él fue condenado en 2014 a catorce años de prisión por los delitos de concierto para delinquir agravado, doble homicidios y tráfico de armas y municiones.

En total 16 cabecillas de primer nivel, (sacando a alias “Montañero”), aparentemente comprometidos con la paz, hacen parte de la lista, por lo menos de los que se sabe, están aún tras las rejas.

Lo cierto es que sin datos certeros de lo que se está negociando en este proceso, con un nuevo Alto Comisionado de Paz y con las investigaciones estructurales a los Grupos Delincuenciales Organizados en vilo, la ciudad vive una calma atípica, no obstante, con un incremento sustancial en delitos como la extorsión que el año pasado subió más del 300% y este año, apenas viene en disminución del 48% y una delincuencia que ha optado por el hurto en todas las modalidades, con más de 5.500 solo en lo que va del año.

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La oscura historia de los tres “Pichis” de “La Oficina”

domingo, 17 marzo 2024 POR Exclusivo Colombia
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La verdadera cara de “La Madrina” de Barrio Antioquia Griselda Blanco

domingo, 04 febrero 2024 POR Exclusivo Colombia

Exclusivo Colombia habló con José Guarnizo, el autor del que es, tal vez, el más conocido libro sobre Griselda Blanco “La Patrona de Pablo Escobar”, en el que se cuenta la historia de la más temible narcotraficante, que se inventó el sicariato en moto, las rutas de la coca, e intentó secuestrar al mismísimo hijo del presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy.

Una vez, cuenta un familiar de Griselda Blanco, ella, con su particular jactancia y poder de intimidación, en una fiesta propia de cualquier narco en una película de Hollywood, sacó una bandeja de plata para servir a sus invitados y dijo “yo soy la reina de la coca”.

Pocos saben que ese detalle obedece a un delito del que se sentía orgullosa. Mandó a robar, en el propio Palacio de Buckingham, en Londres, una bandeja y la vajilla en la que la Reina Isabel tomaba el té, solo para presumir ante sus amigos y mostrar ese poder que era indiscutible entre la mafia de toda América.

Griselda Blanco era conocida como “La Madrina”, la “Viuda Negra”, “La Reina de la cocaína” y ninguno de los alias fue en vano. Lejos de ser un personaje de serie de Netflix, fue una narcotraficante temible, tanto como para ser prioridad para el gobierno de Estados Unidos, mucho antes que Pablo Escobar.

Exclusivo Colombia investigó los cinco datos más relevantes y menos conocidos de la narcotraficante, que, por cuenta de una nueva serie televisiva protagonizada por Sofía Vergara, pone a hablar al mundo de la coca colombiana y el narcotráfico de los 70 y los 80.

Esta es tal vez, una de las más reconocidas fotografías de Griselda Blanco, rodeada de flores y vistiendo traje de diseñador. El próximo 14 de febrero cumpliría años, pero fue asesinada en 2012 en una carnicería del barrio Belén. Foto: cortesía.

1- Le atribuyen su primer crimen a los 11 años

Casi todas biografías acerca de “La Madrina”, coinciden en reseñar un crimen atroz, como su inicio en el bajo mundo. Apenas con 11 años de edad, dicen los archivos judiciales, Griselda ya era parte de un grupo delincuencial de Barrio Antioquia, un recodo de la comuna de Belén en Medellín, al que llegó después de vivir en Lovaina, desplazada de Cartagena con su familia.

Antes de iniciar los años 60, la banda, casi todos menores de edad, se dedicaban al hurto, pero pasaron al siguiente nivel cuando secuestraron a un niño de 10 años de clase alta en Medellín.  Al niño, cuya identidad fue reservada por años, lo tuvieron amarrado por varios días, pero su familia no pagó el rescate a tiempo. Griselda, retada por sus cómplices, le disparó en la cabeza a sangre fría.

Lo que sigue es una historia criminal que se escapa de cualquier guion de Hollywood, que incluye más de 100 muertes comprobadas (se dice que pueden ser más de 250), entre ellas las de sus tres parejas sentimentales. De ahí salió su otro alias “La viuda negra”. Aunque hay dudas aún.

“Griselda Blanco está lejos de ser una heroína como en algunos relatos se ha mostrado.  No me refiero específicamente a la serie de Sofia Vergara porque en la serie de Sofia Vergara se logra mostrar un poco como esa atmósfera que se creó alrededor de Griselda en Miami y de todos los muertos, aunque se dan unas licencias para cambiar ciertas cosas. Por ejemplo, ahí muestran que ella supuestamente mató Alberto Bravo, su segundo esposo cuando pues hay serios indicios y documentos que indican que a él lo mandó a matar Pablo Escobar.
Sin embargo, si hay una buena cantidad de testimonios y documentos de los que se puede inferir que ya sí habría tenido que ver con el asesinato de su tercer esposo, Darío Sepúlveda, padre de su hijo Michael Corleone, que creo que este es un dato importante y de ahí que se empezó a hablar un poco como de que ella representaba La Viuda Negra”. José Guarnizo, periodista y escritor de “La Patrona de Pablo Escobar”

2- Inventó el sicariato y puso en estado de guerra a Miami

Aunque en muchas de las series y biografías sobre Griselda Blanco se habla de su guerra en Miami, Estados Unidos, generalmente se ha pasado por alto el impacto que esto tuvo en la historia del crimen en el continente.

El alias de “La Madrina”, tal vez el más conocido, se da precisamente en los años 70, cuando huye de Colombia y pasa de New York a Miami en Estados Unidos, donde, según advierte el escritor José Guarnizo, crea su propio imperio, el primero conocido de un cartel colombiano de las drogas y cuyo único jefe y dueño era ella misma.

Era tan absoluto su poder en la organización, que solo se le conocían unos escasos hombres de confianza, el más cercano; Jorge Ayala Rivera, alias “Rivi”, quien solo logró salvar su vida, siendo testigo clave en el juicio que llevó a “La Madrina” a la cárcel por 19 años. Pero la historia comienza mucho antes.

Ella se inventó el sicariato como modalidad delictiva, primero en Medellín y luego en Estados Unidos. La imagen de hombres en motocicleta que asesinan a sus víctimas en movimiento, fue una macabra creación de Griselda Blanco para cobrar sus deudas. Según los testimonios recolectados en los archivos judiciales en Miami, fue la primera vez que en ese país se vio de manera sistemática el uso de esta modalidad en asesinatos selectivos.

Página del libro “La Patrona de Pablo Escobar”, de la Editorial Planeta y que reseña un titular de prensa sobre la guerra de narcos en Miami entre los 70 y los 80. Foto: Cortesía.

Y es que Miami, que para entonces ya era un paraíso tropical, se convirtió en un infierno cuando se desató la llamada “Cocaine Cowboys Wars”, una sangrienta lucha por el dominio del narcotráfico en la ciudad con decenas de muertos, masacres y el famoso caso del niño Jhonny Castro, de tres años, quien falleció víctima de disparos en un ataque sicarial a su padre Jesús “Chucho” Castro en 1982, de quien siempre se pensó que estaba muerto, pero reapareció en Medellín,  tras esconderse por más de 30 años de “La Madrina”.

La guerra de la cocaína en Miami perduró hasta 1984, cuando ya Pablo Escobar había incursionado en el mapa criminal con el Cartel de Medellín y usando las rutas de transporte de droga, que precisamente Griselda diseñó y administraba. Ya por esa época se vislumbraba un enfrentamiento con el capo, al que sobrevivió.

Miami, según datos del FBI pasó de una tasa de homicidios de 13.2 casos por cada 100.000 habitantes a 24 en 1984, una cifra muy parecida a la que tenía Medellín hace unos 10 años.

3- Su alias de “La Madrina”

A Griselda Blanco no le gustaba hacer pequeños negocios. Según sus allegados, los “cruces” de droga que realizaba en Estados Unidos, siempre se calculaban en toneladas. “Llegó un momento en el que tuvo muchos cuartos llenos de dinero, de dólares en efectivo que eran imposibles de contar”, dice el escritor José Guarnizo. Por esto, fue tal vez, la primera narcotraficante en usar el término de “caletas”, para describir los sitios de almacenaje de su dinero. El FBI calculó su fortuna en más de 500 millones de dólares en su momento, calculados en la actualidad, serían más de 1.5 mil millones de dólares, suficiente para aparecer en la revista Forbes.

Hay que decir que, al comienzo, otro invento que se le atribuye, es la creación de “las mulas”. Para esto creó una línea de ropa interior con compartimientos para esconder cocaína y que se pasara inadvertida en los aeropuertos.

Varios autores consideran que una parte de las escenas de célebre película “Scarface”, protagonizada de manera magistral por Al Pacino, tienen inspiración en apartes de la vida de Griselda.

No obstante, la afición, casi enfermiza de ella en el cine, tenía que ver con otra película, la obra maestra de Francis Ford Coppola “El Padrino”. Fue tal su afición a la historia de la familia Corleone, que a su último hijo lo bautizó Michael Corleone Blanco. Ahora él promociona su propia marca de ropa y produce la imagen de su madre.

Incluso, advierte en sus informes el FBI, imitaba los lujos de la película. Tuvo un anillo que fue propiedad de Eva Perón, compró un Jet privado y mandó a construir un busto de bronce con su rostro en tamaño real. Tenía una ametralladora enchapada en oro macizo y a los funerales de sus víctimas enviaba flores. Cuando fue sepultada en el cementerio Montesacro de Itagüí, a 120 pasos de la tumba de Pablo Escobar, fue puesta en un ataúd completamente dorado.

Su alias era solo cuestión de tiempo. Le gustaba que le llamaran así.

La foto más reconocida del fichaje judicial por las autoridades de Estados Unidos, tras la captura de Griselda Blanco. Foto Cortesía.

4- Era terriblemente vanidosa y pobre de aquel que no se lo reconociera

Griselda Blanco usaba botas largas, le encantaban las minifaldas y la ropa de diseñador. Según cuenta un ex narcotraficante y socio, su carro preferido era el Chevrolet “El Camino”, le gustaban los colores fuertes, el rojo y posaba para fotografías en todas las oportunidades.

En el testimonio, recogido por la cadena Univisión de Estados Unidos, de un ex narco conocido solo como “Cardona”, se afirma que “ella no soportaba que nadie le dijera dos cosas: gorda o tatareta. El que le decía eso se moría, no lo perdonaba”. A pesar de su figura ruda y robusta, paradójicamente, siempre ha sido interpretada por bellas actrices, entre las que se cuentan Luces Velásquez, Jennifer López, Ana Serradilla, Catherine Z. Jhones y la mismísima Sofía Vergara.

 5- El misterio de su clandestinidad

“La Madrina” en 1975 fue reseñada en Estados Unidos por cargos de conspiración de drogas, con 30 de sus empleados. En ese momento fue el caso más grande sobre tráfico de coca en la historia, no solo en ese país, sino en el mundo. Griselda huyó nuevamente a Colombia, pero volvió a Estados Unidos, donde la suerte se le acabó.

Tras la muerte de Pablo Escobar en 1993 en Medellín, Griselda fue apresada en Miami y condenada a 19 años de cárcel por las muertes de los narcotraficantes cubanos Alfredo y Grizel Lorenzo y del niño Johnny Castro. No obstante, sin cumplir la totalidad de la pena salió en 2004 y en completo secreto, volvió a Medellín.

“Ella regresa sin ningún antecedente judicial, ella podía abrir cuentas a su nombre, tuvo cualquier cantidad de cuentas y ella vivía de las rentas de los bienes que había comprado y había acumulado, no era una mujer multimillonaria como lo llegó a hacer en su momento, pero vivía de esas rentas, vivía en una casa en el poblado en la Loma del Tesoro, vivía con uno de sus hijos, con una empleada.
 Su vida un poco fue eso, vivir de las rentas, tratar de recuperar algunas tierras que no pudo recuperar y por otro lado también creo que ya nunca se pudo desligar de Barrio Antioquia, a pesar de que vivía en El Poblado y andaba en un carro Mazda 3, como una señora anónima, pero ella siempre fue al barrio, nunca se pudo desligar”, dice José Guarnizo.
Así se anunció en los medos nacionales el asesinato de Griselda Blanco en 2012. Foto: tomada de la web.

El 12 de septiembre de 2012, antes de las 6:00 de la tarde, en la carnicería Cardiso del barrio Belén, donde compraba unas costillas para un asado, Griselda Blanco fue asesinada en su propia ley. Dos sicarios en motocicleta pasaron y uno le disparó en dos ocasiones. A los 69 años falleció desplomada en la calle. Hasta hoy el crimen no se ha resuelto, no hay un capturado o una investigación concluyente sobre el asesinato de la “Reina de la coca”, que pasó 8 años en la discreción absoluta en una casa de El Poblado hasta ser alcanzada por su propio pasado.

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