
Pedro Nel Zapata Arroyave, dedicó casi tres décadas de su vida a TCC, fue detenido el 13 de diciembre de 2021, acusado por tráfico de medicamentos de control y tuvo que vivir más de tres años de lucha legal y una detención domiciliaria. Cuenta que a lo largo de este proceso, enfrentó la indiferencia de la empresa que le dio su empleo y el desgaste emocional de una acusación que no solo le robó su libertad, sino que dejó secuelas profundas en su salud y su entorno familiar. Ahora, con la justicia de su lado, Pedro fue absuelto.
El 13 de diciembre de 2021, Pedro Nel Zapata Arroyave vivió uno de los momentos más difíciles de su vida: a las 7 de la mañana, fue capturado en las instalaciones de TCC, donde había trabajado durante casi 30 años. Cuenta que fue acusado de estar involucrado en un supuesto tráfico de medicamentos de control, un cargo que jamás imaginó enfrentar. A partir de ese momento él y su familia comenzaron a vivir un calvario que duro más de tres años.
Pedro Nel ingresó a TCC el 1 de junio de 1994, llegaba desde Liborina con sueños de estabilidad. “Empecé como estibador y luego me cambiaron a auxiliar logístico, un puesto que consistía en recoger y entregar mercancías tanto de otras partes del país como del extranjero”. Durante más de 12 años, su trabajo fue cumplir con esas entregas, sin tener la menor idea de lo que llevaban los paquetes sellados. “Las mercancías llegaban completamente selladas, nosotros no teníamos conocimiento del contenido interior”, explicó.
Sin embargo, la tranquilidad de su rutina laboral se vio alterada cuando, tras una lesión en la columna, fue reubicado en otro puesto “me reubicaron en un trabajo más liviano, que consistía en entregar mercancías a los clientes que iban directamente a nuestras instalaciones”. Pedro cumplió con su labor sin sospechar que un paquete relacionado con un cliente en particular, Humberto de Jesús Muñoz, lo involucraría en una investigación.
Muñoz, quien transportaba medicamentos de control, se convirtió en el foco de una investigación por parte de la Fiscalía. Sin embargo, Pedro asegura que no sabía nada sobre el contenido de los paquetes. “Nunca supe que el contenido de esas mercancías fuera ilícito, pues todo estaba completamente sellado”.
El caso tomó fuerza cuando, seis meses antes de su captura, Alexander Sarasa, jefe de seguridad de TCC, le ordenó no entregar un paquete relacionado con una guía específica que ya había sido entregada. Pedro recordó que intentó aclarar la situación “fui a hablar con uno de mis jefes para explicar lo que había sucedido, pero no fui escuchado. No me atendieron”.
El 13 de diciembre de 2021, Pedro fue arrestado en las instalaciones de TCC. “Me capturaron a las 7 de la mañana. Me leyeron los derechos, me esposaron y me llevaron al búnker de la Fiscalía”, relató. Estuvo recluido durante 24 días y fue sometido a varias audiencias. En su defensa, su abogado, Juan Sebastián Duque, solicitó a TCC que entregara documentación que pudiera aclarar su inocencia, pero la empresa se negó. “Mi abogado pidió información, pero TCC no colaboró. Tuvimos que recurrir a otras instancias para poder demostrar lo que realmente sucedió”, señaló Pedro, frustrado por la falta de apoyo de la empresa.
Durante los 35 meses que Pedro estuvo bajo arresto domiciliario, la situación de su familia se volvió insostenible. “Estuve en casa por cárcel, y eso afectó mucho a mis hijos, mi esposa y mis padres”, dijo. La enfermedad de su padre, que ya sufría de problemas de salud, se complicó y, finalmente, falleció. “Mi padre se agravó mucho, y mi madre, una mujer mayor, también sufrió las consecuencias de todo esto. Ella bajaba hasta el primer piso para verme en el tercer piso, y eso la afectaba mucho. Se deprimió profundamente”, explicó.
La crisis también impactó a sus hijos. “Mi hija Natalia y mi hijo Santiago estaban estudiando en ese momento. Todo eso los afectó enormemente. Fue una situación muy difícil para ellos. Lo que más me ayudó a salir adelante fue el amor y el apoyo de mi familia. Ellos nunca me dejaron caer del todo. Gracias a ellos, hoy estoy aquí tratando de levantarme”.
El proceso judicial fue largo y desgastante, pero finalmente, el 27 de noviembre de 2024, Pedro fue absuelto de todos los cargos. “Después de más de tres años, fui absuelto de todo lo que me imputaron. Es un alivio, pero las secuelas quedan”, dijo Pedro, quien sigue lidiando con las secuelas emocionales de la experiencia. “He tenido insomnio, ansiedad, y siento como si me persiguieran. Esta experiencia me ha dejado huellas muy profundas”.
Una de las personas clave en su defensa fue Humberto de Jesús Muñoz, el cliente que inicialmente había sido el foco de la acusación. “Él fue testigo en mi favor, y afirmó que yo no tenía conocimiento de lo que transportaba. Eso fue fundamental para demostrar mi inocencia”, subrayó Pedro.
Lo que más le dolió a Pedro fue la indiferencia de TCC. “Nunca recibí una llamada de la empresa, ni siquiera para saber cómo estaba. No hubo ni una palabra de apoyo, ni de interés por mi situación. Al contrario, hubo un silencio total”. A pesar de haber dedicado casi tres décadas a la empresa, Pedro no recibió ningún respaldo de la organización en los momentos más difíciles de su vida.
Luego de ser absuelto, Pedro sigue buscando la forma de reconstruir su vida. Aunque la justicia le dio la razón, el daño ya está hecho. La experiencia lo cambió a él y a su familia. “Lo único que quiero es que se haga justicia de verdad, y que las instituciones responsables, como TCC, asuman su parte. Porque la indiferencia de la empresa fue lo que más me dolió en todo este proceso”, concluyó Pedro Nel Zapata, un hombre que, a pesar de todo lo vivido, sigue adelante con la ilusión de retomar su vida y su paz.