A pesar de las regulaciones, muchas quebradas en Medellín están bajo el asedio de la contaminación y arrastran lo que llegue a estas, provocando que en ciertos puntos se acumule basura y arena. Uno de estos puntos es aprovechado por obreros y recicladores en Belén Granada, quienes encuentran un sustento en lo que para muchos son desperdicios. Pero el río no solo arrastra desechos: en múltiples ocasiones han sido hallados cadáveres que se quedan atrapados entre el afluente y los escombros.
La quebrada Altavista de Medellín nace en el corregimiento que lleva su nombre y recorre gran parte de la comuna 16 como los barrios Aliadas, La Gloria, San Bernardo, entre otros. Como muchas otras en la ciudad, recibe basura que es lanzada por inescrupulosos o simplemente es arrastrada por el caudal; además, por su constante recorrido, logra movilizar tierra y arena que se aprecian en uno de los filtros estipulados por la alcaldía distrital para separar los sedimentos del líquido para que estos no lleguen de lleno al río Medellín.
Dicho filtro está ubicado en la unión de la carrera 69B y la calle 30, lugar donde tanto recicladores como obreros y paleros han encontrado en lo que arrastra el río un sustento para sus actividades diarias. Esto dijo Darwin Ochoa, reciclador y jardinero, al ser preguntado sobre su relación con la quebrada Altavista y sobre lo que han encontrado tanto en su cauce como en el reciclaje del sector.
“Hay personas que de acá del río han sacado por decir una cadena, plata, de oro, cosas así, cosas que se pueden reutilizar. Hay muchas cosas, muchas cosas distintas”.
Otro de los recicladores, quien no quiso ser identificado, aseguró que en la quebrada y sus alrededores han encontrado todo tipo de elementos, y que, además, utilizan el agua que corre para su aseo personal.
“Nosotros hemos encontrado oro, plata. Celulares. Celulares cariñosos. ropa, todos los cambalaches. ¿Me entiendes? Cosas que… los ricos botan… Nosotros también utilizamos esa canalización para lavar la ropa, que uno ande bien. Nosotros podemos salir a la calle, pero no somos asquerosos”.
A pesar de esto, Darwin agregó que no solo hallan elementos de valor o reciclaje en dicho punto: al ser un filtro, lo que baja se queda varado, y como es conocido, las bandas delincuenciales de la ciudad arrojan cuerpos sin vida a las quebradas para ocultar su vil crimen, y son los recicladores, en dicho punto, quienes en reiteradas ocasiones se los encuentran y dan aviso a las autoridades.
“El río que arrastra, de todo, hasta cuerpos. De acá han sacado. De repente llega uno cualquier día acá y se encuentra con que de repente hay un cuerpo ahí, está la policía, la fiscalía, se encuentra uno muchas cosas”.
Por los sedimentos y desechos, el lugar tiene un olor fuerte a barro y a basura; a pesar de esto, también abundan las zonas verdes y árboles en las que encuentran refugio las personas que frecuentan el lugar ya sea para descansar o para buscar en el lecho del río los objetos que sobresalen en el filtro principal.
Los recicladores indican que dicho espacio, además de permitirles acceder a lo que arrastra el río, les da tranquilidad porque las autoridades al parecer no les molesta que estén presentes allí. Así lo dijo Ana Milena Caicedo Gómez, una de las recicladoras que vive en dicho punto.
“Yo vivo acá en la canalización de Belén. Hace ya más de 10 años vivo por acá. Vivimos de reciclaje. Aquí mismo cocinamos. Aquí mismo, pues, todo. ¿Qué tiene este punto como especial? Especial es que aquí no nos molesta Espacio Público. La tranquilidad. Aquí no le hacemos mal a nadie. El orden, mantenemos el orden”.
Algo que resaltan los habitantes de la canalización es que este punto ha generado estabilidad para formar una comunidad compuesta por 8 personas que, en sus palabras, “se cuidan las espaldas”. Explican que sí habitan la calle pero que están rehabilitados del robo y las drogas.
“Nosotros somos habitantes de calle, pero rehabilitados. Yo tengo mi casa, pero me gusta más la calle que la casa, ¿me entienden? Sí, yo también tengo mi casa. Yo quería a mi madre, yo quería a mis padres”.
Relataron que las mayores dificultades de vivir en dicho punto es la crecida de la quebrada o cuando las autoridades les decomisan las carretillas con las que trabajan. Al ser preguntados por cuál preferirían de las dos, responden que para el agua, al menos, tienen plásticos.
“Para el agua nosotros tenemos plásticos. Tenemos un plástico. A veces viene el Espacio Público y nos daña los plásticos, ¿me entienden? Para ellos también hay leyes, ellos nos están haciendo un mal a nosotros. A mí se me llevan esa carreta y haga de cuenta que a mí se me están llevando la vida. Yo llevo más de 15 años reciclando y siempre he tenido mi carreta”.
Sobre la relación entre ellos y la comunidad de Belén Granada, los recicladores, quienes son mayoría en el lugar, explicaron que cuando están quemando cables para extraerles el cobre, o cunando habitantes de calle se acercan al punto para consumir drogas, son amedrentados y amenazados no solo por la fuerza pública, sino, según dijeron, por integrantes de bandas criminales que les ordenan dejar el sector.
“Cuando los vecinos no se sienten acorde con los que están acá y que están tirando drogas, como le digo, llaman personas competentes, ya sea la policía o ya sean personas que mandan el sector o el pedazo, como le decimos acá en la calle, entonces, si no lo quieren ver acá, inmediatamente aparecen, amigo, colaborenos de acá, recoja y colaborenos de acá, inmediatamente, si usted no obedece, no hace caso, inmediatamente va a tener las consecuencias encima”.
Por último, los habitantes de calle y recicladores de dicho punto indicaron que lo único que ellos quieren es estar tranquilos y que cesen las amenazas, pues aseguran que no hacen mal a nadie y antes limpian la quebrada de basura y desechos para que la misma desemboque más limpia en el río Medellín.