Las ruinas de lo que un día fue la cárcel construida y habitada por el extinto capo Pablo Escobar, sigue siendo lugar de visita de cientos de turistas, que además de encontrar que ahora cobran el ingreso, también pueden ver toda una campaña en contra de la apología al narcotráfico y el llamado “narcoturismo”.
Aproximadamente a las 10:30 A.M. llega el primer grupo de 15 turistas, la mayoría estadounidenses, a la puerta de La Catedral, ubicada en el Valle de la Miel, una zona privilegiada del municipio de Envigado con una panorámica solo posible en postales de la ciudad de las que se venden en los aeropuertos.
Allí, en medio del silencio de un bosque de pinos, sobreviven aún algunas de las ruinas de lo que fuera la cárcel, si se le puede decir así, que mandó a construir Pablo Escobar a finales de los años 90, a su medida, con lujos extravagantes, casa de muñecas para su hija, albergues de lujo para sus principales lugartenientes, helipuerto, saunas, turcos, sala de billares, sala de visitas y hasta un punto de observación con un telescopio que apuntaba directamente a la IV Brigada del Ejército, epicentro de la persecución contra el Cartel de Medellín en esta época.
Desde hace algunos meses, por disposición del padre Abad Anglicano, Elkin Ramiro Vélez García, fue puesta una puerta de ingreso a La Catedral, a la que se llega por una carretera en la vía a El Salado, en Envigado, de unos tres kilómetros. En la entrada, en una caseta de cobro, un vigilante cobra $10.000 por cada visitante, no hay un recibo, ni factura.
Los dineros recolectados, advierten, son para mejoras y sostenimiento del Hogar Geriátrico Fundación Santa Gertrudis, donde se albergan unos 60 adultos mayores vulnerables, sin recursos.
Valga decir que este hogar recibe fondos del Municipio de Envigado y que sus instalaciones no tienen nada que envidiarle a ningún hogar geriátrico en la ciudad. Tienen capilla propia, un grupo de profesionales al servicio de los habitantes, atención 24 horas, alimentación balanceada, habitaciones confortables y espacios abiertos envidiables, en medio de lo que bien puede ser una de las zonas más bellas y seguras del Valle de Aburrá.
Aunque el padre Elkin no atendió a Exclusivo Colombia en La Catedral, su pensamiento y obra, son evidentes a través de los más de 12 años que ha estado al frente del hogar geriátrico, pero también, como guardián de los restos de la cárcel. Públicamente ha sido un detractor del “narcoturismo”, dice sin ningún arrepentimiento que “Pablo Escobar no tiene perdón de Dios” y ha sido controversial por las medidas que ha tomado en esta zona para tratar por todos los medios, de evitar cualquier apología al capo muerto en 1993.
Su lucha, tiene otro capítulo por estas fechas cuando decidió cobrar por la entrada, lo que no deja muy contentos a las agencias de turismo que llevan entre 60 y 100 visitantes al día a este lugar.
“Ofrezco tours guiados, a nivel de Colombia, no solamente en Antioquia; como el tur del café, el tour de la ciudad, tour de la Comuna 13 y el famoso “tour de Pablo Escobar”. Cuando yo hago este tur de Pablo, es no es glorificar el crimen, sino que es para comentar una historia con los ojos de las víctimas. Prácticamente desde que comenzaron a hacer un cobro, que me parece como irregular, porque yo tengo mi agencia como guía profesional, yo tengo que pagar ante la DIAN unos impuestos, tengo que pagarle a la Gobernación o a Medellín unos impuestos y aquí están cobrando una entrada, yo pido una factura, dicen que no dan facturas, entonces ¿a dónde va esa plata?”, dice Carlos Palau, un expolicía de los 90, que tras tener que huir a Estados Unidos por la violencia del narcotráfico, regresó al país, con un emprendimiento que cada vez tiene más clientes en Medellín.
La Catedral es un atractivo singular en Medellín. Los turistas no bajan los calificativos de “amazing” (¡asombroso!) cuando recorren los recodos de la otrora cárcel, bajan a la cascada, se toman fotos en las garitas que aún están en pie, o en las celdas, que ahora aparecen corroídas por el tiempo. En muchas partes de esta edificación hay huecos, los guaqueros han buscado caletas de dólares por más de 30 años.
En el centro de la propiedad, hay otro atractivo, sin embargo. Hay todo un museo dedicado a la natividad. Cientos de piezas de pesebre que se han recolectado y realizado desde la fundación. Una muestra impresionante, que tiene entre los detalles, varias vallas en las que se hace una muestra histórica de lo que fue La Catedral y lo que es ahora, como una fundación benéfica. Los mensajes en contra de una apología de Escobar, abundan.
Hay carteles donde se describe, por ejemplo, las cifras de la tragedia de la guerra del narcotráfico en Colombia, en particular del Cartel de Medellín entre los 80 y los 90.
Más de 15.000 muertos en la guerra contra el narcotráfico, 623 atentados con más de 400 muertos, 550 policías asesinados, más de 100 bombas, el atentado al DAS, la bomba del avión de Avianca…
Entre todas estas barbaridades, tal vez, el único caso documentado en la historia contemporánea de un delincuente de alto nivel, que hizo cambiar la Constitución de un país para negociar una entrega, que mandó a construir la cárcel donde iba a pagar una condena ínfima con sus principales lugartenientes, además, en medio de lujos estrafalarios, que secuestró un viceministro en la misma cárcel durante más de 24 horas y se fugó en medio de un cerco militar de mas de 1.200 hombres. No se le puede quitar la curiosidad a los visitantes. La realidad supera, en este caso, cualquier ficción.
“Yo en ese tiempo, yo fui un policía, yo comento la historia de cómo fue vivir acá cuando un jovencito 18 -20 años portaba un uniforme acá en Medellín. ¿Era muy difícil? No, eso pues estoy vivo de buenas. Hay que comentar ese dolor, esa parte que nosotros como colombianos sufrimos y esta parte de La Catedral, por la vista tan hermosa que tiene y aquí fue que donde el Estado permitió esa corrupción tan grande. Porque ¿Cómo es que permiten que un criminal construye su propia prisión?”, explica el guía y propietario de su agencia, Medellín Paradise Travel.
En Medellín hace años hay una lucha sistemática contra la apología a Pablo Escobar. El propio Padre Abad Elkin, sacó varias veces de este sitio a los comerciantes que iban a vender camisetas y recuerdos de Pablo Escobar y mandó a pintar un mural de más de 5 metros en La Catedral, donde decía “Quién no conoce su historia está condenado a repetirla”.
En febrero de 2019, en un hecho que fue registrado como noticia internacional por los principales canales y medios de comunicación en el mundo, por orden del entonces por primera vez alcalde, Federico Gutiérrez, fue demolido el mítico Edificio Mónaco, residencia de Pablo Escobar y su familia y símbolo del poder del capo, que tal como aparece en varios registros históricos, hizo construir el edificio más lujoso de El Poblado, a una cuadra del exclusivo Club Campestre, donde le negaron su entrada.
Hoy los turistas que pasan por ese sitio, en el corazón del estrato 6 paisa, encuentran el Parque de la Memoria, con datos de las víctimas de la guerra del Cartel de Medellín.
No obstante, el ya conocido Tour de Pablo Escobar sigue incluyendo una visita al barrio que lleva su nombre, la casa donde murió tiroteado y la tumba en Montesacro. Antes incluía una visita a la llamada “Casa Museo Pablo Escobar”, que dirigía alias “El Osito”, Roberto Escobar, hermano del capo y quien obtenía, según la Fiscalía general de la Nación, millonarios recursos, mostrando objetos que pertenecían a Escobar en su casa, ubicada en la Loma del Indio, en Las Palmas.
El pasado 22 de marzo, la Sociedad de Activos Especiales (SAE), junto a la Personería Municipal Medellín y la Policía Metropolitana, llevaron a cabo un operativo de desalojo en la casa museo. El desalojo se hizo atendiendo a una medida de extinción de dominio contra la propietaria del predio por presunto lavado de activos. Ninguno de los objetos de Escobar quedó en manos de su hermano, del cual a la fecha se desconoce su residencia. Poco a poco se ha atacado la memoria del capo del Cartel en la ciudad. No obstante, el turismo que llega a la ciudad, sigue buscando a ese personaje, que, para muchos, que no conocen la historia, creen que es un mito, una leyenda.
“I thought Pablo Escobar was more of a creation of television, I never believed that everything that is said about him was true, until I arrived in this city. I don’t think a criminal could do what he did, humiliate the government and be so powerful. That’s a story I haven’t seen in real life”.
“Yo pensaba que Pablo Escobar era más una creación de la televisión, nunca creí que fuera verdad todo lo que se dice de él, hasta que llegué a esta ciudad. No creo que un delincuente pudiera hacer lo que hizo, que humillara al gobierno y fuera tan poderoso. Eso es una historia que yo no he visto en la vida real”, dice “Shatto”, un yutuber japonés que desde La Catedral hace un video para su canal, diciendo que Pablo Escobar, no es un personaje de ficción.