
Uno de los dos devastadores casos que hoy sacude a Medellín y Bello se reportó en el Hospital Mental de Antioquia, donde un joven de 14 años, con un historial de depresión y trastornos conductuales, fue hallado sin vida en un baño. Las muertes ponen en evidencia la cruda realidad de la salud mental en los adolescentes.
Medellín y Bello fueron escenario de una tragedia que dejó a dos familias devastadas: la muerte de dos menores por suicidio el mismo día. Los dos casos, aunque distintos en sus circunstancias, comparten un dolor común: el sufrimiento invisible que atraviesa la juventud colombiana y la urgente necesidad de visibilizar y tratar los problemas de salud mental en los adolescentes.
El primer caso ocurrió en el Hospital Mental de Antioquia, en Bello, donde un menor de 14 años, fue hallado sin vida en el baño de su habitación. A pesar de los esfuerzos de los enfermeros por reanimarlo, su vida no pudo ser salvada. Según los informes iniciales, el joven estaba siendo tratado por un episodio depresivo grave y un trastorno opositor desafiante, entre otros diagnósticos, lo que lo llevó a ser aislado en una habitación individual debido a su comportamiento. El joven, cuya historia es dolorosamente similar a la de muchos adolescentes que atraviesan momentos difíciles, era uno de los pacientes que recibía atención especializada en el hospital. Aunque los profesionales de salud mental intentaron brindarle el apoyo necesario, el joven no pudo superar su sufrimiento.
Pocas horas después, la comuna 7 – Robledo de Medellín, fue escenario de otro acto de desesperación. Un menor de 17 años, fue encontrado sin vida por sus padres en el balcón de su hogar. Según el reporte, el joven sufría de depresión, aunque no se habían conocido previamente detalles que pudieran haber permitido intervenir antes de la tragedia. Este suceso dejó a su familia y amigos en un profundo dolor, sumidos en la incertidumbre de si algo más se podría haber hecho para prevenir su muerte.
Ambos casos han puesto en evidencia la fragilidad emocional de los adolescentes en un contexto donde la salud mental sigue siendo un tema tabú en muchas comunidades. La depresión juvenil y los trastornos mentales son cada vez más comunes entre los jóvenes colombianos, pero la falta de acceso a servicios de salud mental adecuados y la estigmatización que aún existe alrededor de la enfermedad mental dificultan la búsqueda de ayuda y tratamiento.
En desarrollo.