El emblemático evento nació en 1957 en lo que era el viejo Guayaquil
Los viejos todavía guardan la plaza Cisneros en sus recuerdos. Por los vericuetos de la memoria saltan imágenes de la tropelía, las putas y los borrachos que cabeceaban en Guayaquil, un puerto al que solo le faltó el mar y que, como los demás de su clase, ofreció variedad de aventuras, vicios y placeres. Eso sin mencionar las cuchilladas y los machetazos que hacían brotar la sangre caliente y espesa.
¿Qué tienen que ver todas esas cosas con el Desfile de Silleteros, el centro de este artículo? La respuesta más obvia es la siguiente. En 1957 se celebró la primera Feria de las Flores. No se hizo en agosto, como ahora, sino en mayo, porque ese es el mes en que las flores revientan en colores. El lector dudará de ese postulado y dirá que estamos en el trópico y las floraciones se dan durante todo el año. En efecto, fue una cuestión esnobista la de pretender que las flores acá, entre montañas y cañones, desplegaran los pétalos en sincronía con sus semejantes del hemisferio norte.
Hay que decir, también, que el impulso de la naciente feria se hizo con el fin de mover la economía, que para entonces andaba lentamente. Esa primera edición, recuerdan los viejos y los recortes de prensa, fue muy sobria en comparación de lo que se hace ahora, cuando abundan los tablados y conciertos de toda suerte de música.
Hagamos un pequeño inventario de la Medellín de la época. A mediados de siglo, la ciudad había comenzado a recibir a miles de campesinos que llegaban de sus tierras sin más que la ropa puesta y un machete al cinto. Si bien la gran ola migratoria comenzó en los 60, después del bogotazo llegaron a Medellín muchas familias, especialmente de origen liberal. Se fueron asentando como pudieron, en las laderas.
Muchos de ellos eran los que acudían a Guayaquil bien fuera a trabajar, vender o comprar verduras, o bien a beber y desfogarse con las prostitutas.
Un artículo publicado en El Colombiano en 2019 habla de lo que Guayaquil significaba para esa ciudad pacata y rezandera:
“Una ciudad que se fugó y que solo se puede reconstruir en la memoria a través de evocaciones de la casa, la esquina o la calle, o de los instantes. Esa ciudad que lamentaba Mejía Vallejo, en Aire de Tango, cuando decía que Guayaquil ya no existía: “Se lo tragó el ensanche, o apenas vive en la memoria de algunas prostitutas que mascullan los recuerdos”.
En esa Medellín popular que olía a tubérculos, a carne curada, el alcalde Jorge Restrepo entregó una tarea muy importante a Efraín Botero Bernal, el administrador de la plaza de mercado: organizar el primer desfile de silleteros de Santa Elena.
¿Quiénes eran, para entonces, los silleteros? Eran campesinos que vivían cerca de Medellín, pero en otro clima, en el corregimiento de Santa Elena, un apacible poblado a casi 2.600 metros sobre el nivel del mar, 1.000 metros por encima de la ciudad. Encima de las montañas, con el buen empeño de los campesinos, las flores brotaban todo el año, como en una primavera perpetua.
Los campesinos de Santa Elena bajaban a pie y en mula a vender sus productos a la ciudad. No eran solo flores coloridas, como suele creerse, sino también tubérculos y legumbres que la gente compraba en la extinta plaza de Cisneros.
Pues bien, el administrador de la plaza hizo caso al pedido del alcalde y organizó, como pudo, el primer desfile de silleteros venidos desde Santa Elena. Fueron cuarenta los campesinos que se inscribieron y caminaron con sus silletas a cuestas por las calles de Medellín.
El éxito de ese primer desfile fue tal que para el año siguiente fueron cien los participantes. Como pasa con todo, la tradición se permeó de mercantilismo y publicidad, lo que no está mal a priori, pero eso cambió su concepción.
El desfile se celebrará el 11 de agosto de este 2024 en las categorías siguientes:
- Silleta Tradicional: recrea la silleta utilizada por los campesinos de Santa Elena para comercializar sus flores. Su tamaño es de 90 x 80 centímetros y reúne la de mayor variedad de flores tradicionales en ramilletes enteros y amarrados.
- Silleta Monumental: es la silleta de mayores proporciones, con medidas aproximadas de 2 x 2 metros. Nació de la creatividad de los silleteros a partir de las silletas tradicionales. Se elabora con flores en ramilletes enteros, con mínimo cuatro variedades.
- Silleta Emblemática: exhibe un mensaje educativo o cívico. Se elabora con flores pegadas o clavadas sobre una base de cartón o icopor.
- Silleta Comercial: es encargada por una entidad o empresa.