La Bastilla de ayer y de hoy: de “refugio de poetas y novelistas” a pasaje de bares, apuestas y meseras “conversadoras”
Recuerdos del viejo café, donde Tomás Carrasquilla tomaba tinto. Estampa del pasaje hoy
Los bares de La Bastilla son un buen refugio para la lluvia. Afuera, un aguacero que tuerce los árboles. Pero adentro es agradable: el mesero sirve cafés humeantes y tragos de aguardiente. En el computador se reproduce una lista de vallenatos llorones que remite a otras ciudades, a tierras más cálidas. Es un viernes frío, torrencial, que evoca los tiempos idos.
El nombre del pasaje es la herencia del Café La Bastilla, fundado en ese sitio en 1920. El café se convirtió prontamente en sitio de encuentro de los intelectuales de la ciudad. Las charlas sobre literatura, historia o política se amenizaban tomando café o algún aguardiente que servía para avivar los argumentos.
En el libro La ciudad y sus cronistas, una compilación hecha por Miguel Escobar Calle, está incluida una crónica que, desde su título, muestra la vocación de ese lugar: La Bastilla, refugio de novelistas y poetas. El autor nos dice que “nunca fue un café atiborrado ni ruidoso. En diez años de frecuentar nunca estuvo repleto y jamás vacío”.

Ya no existe el café y de la bohemia de entonces no queda nada. Solo hay una fila de cantinas en las que se vende tinto y trago. Las meseras son mujeres jóvenes cuyo objetivo es sentarse a charlar con los clientes, casi todos pensionados, y animarlos a que tomen más tinto, más cerveza o más aguardiente. En algunas cantinas hay computadores para hacer apuestas deportivas, de partidos de fútbol, el reemplazo contemporáneo de la hípica.
Uno de los recuerdos más vividos de la vieja Bastilla está plasmado en una crónica de Tulio González Vélez, un joven de Titiribí que va una tarde al café y se encuentra allí con Tomás Carrasquilla. El autor hace una descripción novelesca del encuentro:
“El maestro se encuentra sentado en una mesa del “Café La Bastilla”, en ese momento solo concurrido por él, allí en un rincón umbroso, entrando, a la derecha, del enorme espejo de molduras doradas en el que gustan contemplarse los jóvenes buenos mozos de Medellín”.
La presencia del escritor no es casualidad, pues no en balde el periodista antes mencionado llamó a la Bastilla el refugio de novelistas y poetas. Por allí también pasó Miguel Ángel Osorio, el eterno Porfirio, antes de irse a su periplo por Centroamérica y México.
Pero Medellín se metió pronto en una vorágine de “progreso” que acabó con casi todo. El cronista que habla del refugio de novelistas cuenta que se fue unos años para Bogotá y que al volver no encontró rastro de lo que dejó:

“¿Cuánto duró La Bastilla del viejo Medellín, con su vieja casa propia, su especial ambiente, su andén de ladrillo rojo y sus pesadas puertas de madera, cuando dejé de verla y frecuentarla después de diez años de amable cotidianidad, para irme a Bogotá a ingresar a la redacción de El Espectador?”
A paso seguido, logra darse una respuesta que, en parte, trata de aliviar la pena por esa infausta pérdida:
“No lo sé. Mi villa Bienamada, la de los juveniles sueños y la dulce aventura vital, ambiciosa y romántica, tomó de repente un ritmo de progreso y transformación que nunca igualó ciudad alguna de Colombia”.
Pero volvamos a esta tarde de un viernes frío de 2024. El aguacero ha amainado y algunas personas caminan por el pasaje. La Bastilla fue remodelada durante la administración anterior de Federico Gutiérrez. Para entonces, el sector estaba tomado por los “chirrincheros”, grupos de hombres que pasaban horas sobre los andenes tomando licor hasta la inconsciencia y jugando juegos de azar.
En la remodelación se invirtieron 2.236 millones de pesos. Se cambiaron las losas y en general se embelleció el lugar. En su momento, con gran entusiasmo, los comerciantes se imaginaron que la nueva Bastilla sería un espacio cultural, con recitales de poesía y obras de teatro. Eso no pasó nunca, porque una cosa es la construcción de cemento y otra es transformar las maneras de habitar un lugar.
En su momento también se dijo que las cantinas cambiarían su oferta y ofrecerían cafés especiales, con cartas un poco esnob. Eso no pasó, y hoy sigue siendo el lugar de encuentro de pensionados que lee El Colombiano y escucha a Los Panchos. Y está muy bien que así sea, a decir verdad.
- Published in CIUDAD
En Itagüí están construyendo una vía con neumáticos: ¿funcionará?
El proyecto se hace posible gracias a un acuerdo entre el municipio y la Universidad de Medellín
En Itagüí están a punto de terminar una vía inusual. A simple vista parece normal, pero por dentro lleva innovaciones que podrían cambiar la manera en la que se aprovechan los recursos en Colombia. Pero, ¿qué dorar la píldora? ¿Qué es lo que hace a esta calle diferente a las demás? Sencillo: el pavimento está hecho de materiales reciclados, como llantas y neumáticos, que de otra manera habrían terminado en rellenos sanitarios o contaminando algún campo.
Es cierto que no es la primera vez que se construye una vía en Colombia con materiales reciclados. En 2022, la Alcaldía de Medellín anunció que una de las calles adyacentes a La Alpujarra sería pavimentada con plástico reciclado. Algo similar se hizo también entre Santa Marta y La Guajira. Sabiendo que esas tierras son claves para mantener el equilibrio natural, pues están entre el mar Caribe y la Sierra Nevada, el Gobierno Nacional se dio a la tarea de buscar alternativas que ayudaran a alivianar la carga de residuos plásticos en la zona.
Ahora bien, el caso de Itagüí es particular porque emplea una técnica diferente a las demás. La técnica para utilizar los neumáticos se desarrolló en la Universidad de Medellín y se conoce como Sistema de Refuerzo Geotécnico con Neumáticos Usados. Ya se ha utilizado con éxito, según la universidad, en la construcción de varios andenes dentro del campus universitario.
¿Cómo se da, entonces, la unión entre la universidad y el municipio? Da la casualidad de que el secretario de Movilidad, Sebastián Zuleta, es estudiante de la maestría en Ingeniería Civil de la universidad. En el campus ha tenido un socio en la investigación, el profesor Mario Santiago Hernández. Entre los dos se propusieron la creación de este desarrollo no solo innovador, sino útil para el medio ambiente.

La calle en cuestión está entre la diagonal 40 y la carrera 47, que se están cimentando con tres materiales diferentes modificados y reciclados en la estructura de pavimentos: asfalto reciclado, mallas de geoceldas y geoceldas con material reciclado de llantas de neumáticos. Este desarrollo ya fue patentado por la universidad.
El secretario de Movilidad indicó que el trabajo no terminará una vez la calle esté en funcionamiento. Como es un desarrollo reciente, hay que ver el comportamiento del pavimento para determinar si más tarde podrá ser usado en extensiones más grandes de vías:
“Tendremos un análisis profundo de lo que son estas modificaciones y estos métodos alternativos constructivos que le puedan ayudar a construir y a contribuir a la edificación de nuevas vías y de nuevos pavimentos dentro de la ciudad de Itagüí y que nos genere un costo-beneficio para todos los ciudadanos”, precisó el secretario.
Y es que el asunto es determinar la cantidad de carga que este pavimento puede resistir. En términos prácticos, los neumáticos lo que hacen es amarrar el suelo y eso es favorable para la construcción. En palabras más sencillas, amalgama más el pavimento y lo hace más compacto.
Hasta ahora, según la Alcaldía de Itagüí y la Universidad de Medellín, las mediciones han sido positivas. “Las tres técnicas nos están dando resultados muy satisfactorios, en particular la del sistema de confinamiento con neumáticos que es la de mayor interés y está generando unas respuestas muy interesantes, muy acordes a la vía, que nos van a garantizar que la vía perdure y en su vida útil nos dé un buen funcionamiento”, expresó el docente de la UdeMedellín.
Y es que una de las cosas que más se tiene en cuenta en cuanto a vías es el tiempo útil. Una de las quejas más frecuentes de los usuarios tiene que ver con las vías que, pese a que fueron repavimentadas, a los pocos meses ya muestran huecos o hundimientos que representan un peligro para los conductores. Esto depende del nivel de carga al que se someta la vía, por supuesto, y por eso las pruebas son tan importantes.

En otras latitudes se han puesto en marcha proyectos para aprovechar residuos como el plástico dándoles un segundo uso. Uno de los males del siglo XXI, y que hoy por hoy tiene amenazado a nuestro planeta, tiene que ver con la producción desmedida de plásticos que, en el mejor de los casos, va a dar a un relleno sanitario, pero que en muchas otras ocasiones termina en parajes rurales como bosques o, incluso peor, en los ríos o los océanos.
Un país pionero en buscar soluciones sostenibles ha sido Países Bajos. Como su territorio está al nivel del mar, ha visto cómo el aumento de la marea lo ha venido cercando y reduciendo. Eso obliga a que las carreteras tengan que ampliarse y modificarse cada 20 años, por ejemplo. De esa necesidad surgió la idea de construir carreteras con materiales reciclables que, además de darle un segundo uso al plástico, se acomodan mejor a las características del suelo.
Este modelo, que ha sido exitoso, se está intentando replicar en otras partes del mundo. La idea es loable, por supuesto, pero habrá que esperar los resultados para saber sin efecto hacia allá camina el futuro de las carreteras.
- Published in CIUDAD
La historia no contada del asesinato del niño Maximiliano Tabares

Pocos casos como el del niño Maximiliano Tabares han generado más repudio y tristeza en Antioquia. La muerte del pequeño, en medio de un ritual de brujería y a manos de su propia madre y su padrastro, rebasaron cualquier barrera con la ficción y de manera ejemplarizante los principales autores ya fueron condenados esta semana a más de 51 años de cárcel. Exclusivo Colombia habló con el abogado de las víctimas de este caso, quien asegura haber atestiguado varios sucesos inexplicables, que incluso, afectaron a varios de los participantes en la investigación.
El pasado 22 de mayo un juzgado especializado de Antioquia profirió condena contra Sandra Patricia Caro, madre del pequeño Maximiliano Tabares de 6 años, y contra Fabián Carmona, padrastro del menor. Ambos fueron sentenciados a 51 años y 8 meses de prisión tras haber sido hallados culpables de uno de los peores crímenes contra un niño que se recuerde en Antioquia.
Según estableció la Fiscalía, los hechos ocurrieron el 21 de septiembre de 2022, en el municipio de Remedios, día en el que los dos condenados, llevaron el niño hasta una vivienda, en compañía de varios de los integrantes de una secta conocida como “Los Carneros”, para realizar un ritual de santería y brujería, para “sacar los espíritus que invadían al niño y que le enseñaran el camino a una guaca de oro”, que estaría oculta en una mina del municipio vecino de Segovia.
Ya en noviembre del año pasado, tras suscribir un preacuerdo, se logró la condena de 40 años y 10 meses de prisión contra alias “Orejas”, quien también participó en los hechos y que ejercía como “médium” de la secta, fue quien convenció a la madre del menor para hacer el ritual y sería una suerte de cabecilla “espiritual”, con reconocimiento en la población de ser un poderoso brujo. Este hombre fue sentenciado por los delitos de homicidio agravado, tortura agravada y desaparición forzada agravada.
No solo ya la historia era digna de la peor historia de terror. Lo que siguió es un capítulo de una aterradora degradación, la misma expresada por la justicia en la sentencia, que incluye la tortura, el asesinato y la desaparición de un infante.
Según la Fiscalía “la madre del menor de edad reportó la supuesta desaparición de su hijo. Señaló en su momento que el niño no había regresado a casa después de salir a una tienda ubicada en el corregimiento La Cruzada, en Remedios (Antioquia). Sin embargo, la investigación, probó que los hoy sentenciados en realidad lo transportaron en un motocarro a una zona rural de Segovia (Antioquia).

“Labores de policía judicial realizadas por el CTI y la Policía de Infancia y Adolescencia determinaron que, durante dos días, un grupo de personas que se hacía llamar ‘Los Carneros’ sometió al niño a golpizas constantes, como parte de un ritual de santería para ubicar una supuesta guaca”, advierte la sentencia.
El cuerpo del niño fue exhumado por el Grupo de Criminalística del CTI Seccional Antioquia, la noche del 27 de octubre de 2022, no obstante, encontrarlo y hacer justicia por su muerte fue un camino lleno de obstáculos, desde la retención de los participantes, hasta la última condena proferida esta semana, advierten que hubo todo tipo sucesos, retrasos legales y según uno de los abogados, fuerzas oscuras, que trataron de impedir la acción de las autoridades.
Un relato de terror
Todo comenzó con una investigación densa, que involucraba la desaparición del menor, en la cual, paso a paso, se estableció que estaba una secta dedicada a la brujería en Remedios y Segovia, que involucraba a los miembros más cercanos de la familia. Para comenzar, todo en contra, el terreno, las pistas, todo indicaba que el pequeño Maximiliano estaba muerto.
Esa noche del 27 de octubre más de 15 personas lograron llegar a un terreno de difícil acceso, donde se había indicado, estaba sepultado el niño. Excavaron durante varias horas y a pesar de tener el cuerpo casi de frente, no podían verlo. Así lo describe el abogado Andrés Felipe Bedoya, quien actuó en el caso en representación de las víctimas.

“Continuamos y llegamos al monte del futuro en el municipio de Segovia. Estas zonas rurales de mucho bosque e incluso de mucha dificultad para los vehículos ingresar allá y se hacen los profesionales de criminalística, hacen los topógrafos, hacen el orificio donde se supone que está el cuerpo de Maximiliano.
Éramos entre 8 y 15 personas, pero ninguno lo logró visualizar. Cuando hicimos dos veces una oración bíblica que llaman la “magnífica”, que es donde la Virgen le dice al Señor y proclama mi alma la grandeza del Señor. No la recuerdo bien. Se hace dos veces esa oración cuando el niño se deja ver. En los elementos materiales de prueba se encontraban pócimas, libros de magia negra, magia azul, magia verde, se encontraban un soplete, un cuchillo con el que se hacían heridas los integrantes de la acepta y se marcaban unas cruces.
La cruz de estas personas no es la cruz normal donde Jesucristo quedó con sus brazos abiertos en la parte superior, sino que esta cruz es invertida y con esto se caracteriza”, explica el abogado, a la fecha, aún afectado por una serie de sucesos inexplicables que rodearon el caso.
De hecho, tres personas que participaron de la exhumación de Maximiliano se enfermaron y hubo incapacidades de hasta 12 días. La Fiscal y la juez también se enfermaron de manera sistemática, en las audiencias se cortó varias veces el fluido eléctrico, o el servicio de Internet, los acusados lanzaban supuestos hechizos a los guardias.
En general, más allá de lo que puede o no puede ser paranormal, el caso tenía a los investigadores y a las autoridades atemorizados, incluso, por las fuerzas que para muchos son una realidad y para otros el fruto de creencias arraigadas en una región como el Nordeste antioqueño.
“Cuando llegaba a mi casa, se escuchaban ciertos ruidos. Un día te reventaban el vidrio de tu ventana sin ninguna explicación y uno no entender, estando aquí en la ciudad de Medellín algo inexplicable, de pronto en un pueblo, en una zona rural, …vos sentir como caballos encima de tu techo de tu casa.
Cierto día estaba yo ya durmiendo, cuando el primo mío, en la misma vivienda, me dice, Andrés, algo suena por ahí, cuando se incrementan los ruidos, a eso de 2 o 3 de la madrugada se incrementan los ruidos en el techo de mi vivienda, yo empiezo a hacer oración, empiezo a decir Jesucristo, Jesucristo, pero yo no entendía porque yo lo decía.
Si son gatos, no puede ser porque eran muy fuertes. Yo en momento reacciono y digo, bueno ya basta y le dan súper duro y dañan la teja, dañan el cielo raso, la madera y empezó a caer agua en mi cama, me toca levantarme, correr la cama, poner un balde ahí, cosas inexplicables. En cierto día yo estaba durmiendo, yo lo una llamo pesadilla, pero a la vez ocurre algo extraordinario. Yo durmiendo y siento como que entra una persona, un monje negro o algo así, entonces yo empiezo a decir Jesucristo, Jesucristo, Jesucristo, lo digo muchas, reiteradas veces y ese ente entra con los ojos como muy grandes, totalmente negros y como buscándome en la habitación, donde era que yo me encontraba, pero a través de que yo invocaba la autoridad de Jesucristo, no me podía hallar”, relata el abogado.
En las poblaciones de esta parte del Nordeste Antioqueño, conocían muy bien a los llamados “Carneros”, un grupo al que se le endilgaba la capacidad de encontrar las betas de oro invocando las fuerzas oscuras, que según se pudo establecer, incluían rituales antiguos de magia negra, sacrificios de animales, posesiones demoníacas y una mezcla de santería cubana y venezolana. Esto en el marco de la investigación, se pudo constatar con una gran cantidad de material para este tipo de rituales, hallado en la casa de los hoy sentenciados y en el sitio, donde se estableció que asesinaron al niño, con golpes de palos de madera de guayabo.
“Lo curioso de esta pesadilla que les cuento, es que cuando el ente va saliendo, tumba mi guitarra y al otro día, aclarando que yo no me quise levantar después más de la cama porque yo sentía temor, yo miro la guitarra efectivamente en el suelo y miro en la sala y veo unas huellas, como unas garras, como de un ave grande, gigantesca, y encuentro como una montañita de gusanos como de esos de las guayabas, muchos, muchos. En diligencias, también en el búnker de la Fiscalía, debido a este mismo caso se encontraba uno de los capturados en la celda cuando incluso este vídeo lo pasaron tengo entendido que por redes sociales, cuando uno de ellos se le pusieron los ojos rojos y comenzó a recitar una oración y un viento pasó levantando expedientes y se azotaron las puertas”, relata el abogado.
Es la primera vez que este profesional decide hablar con un medio sobre estos hechos, alrededor del caso de Maximiliano Tabares, justo después de la condena, una de las más altas de los últimos años y que aún se encuentra en primera instancia, contra los asesinos. El abogado, admite aún sentir temor por todo lo que le tocó vivir y que nunca antes había experimentado.
Más difícil, reconoce Andrés Felipe, fue conocer los detalles de la tortura y la muerte del pequeño Maximiliano.
“Según la evidencia recaudada, los testimonios, las personas con que uno pudo hablar, los elementos de prueba, se logra constatar y logra uno escuchar que el niño fue maltratado, le daban golpes, fue golpeado incluso con maderos de guayabo hasta acabar con su vida y se dice en los testimonios que él le pedía ayuda a la madre, ya él con sus últimas fuerzas – como esto ocurrió en el transcurso de varios días- con sus últimas fuerzas, ya no pedía más ayuda, sino que él ya la perdonaba, ya no le decía más, mamá, ayúdame, sino que le decía mamá, te perdono… con sus últimas fuerzas”, cuenta Andrés Felipe.
En contra de fuerzas oscuras, contra los obstáculos, paranormales o no, lo cierto es que la justicia ya ha actuado contra tres de los responsables de este crimen que logró indignar a Antioquia y al país. La muerte de Maximiliano no ha quedado impune, pero aún tampoco, tiene ninguna explicación racional.
- Published in CIUDAD2, INVESTIGACIÓN
¿Crónica de una muerte anunciada?
¡Atención! Fue hallado el cadáver de un hombre, señalado de asesinar a su hermana de 70 años, en Antioquia. El pasado 13 de mayo, un juez declaró ilegal su captura y lo dejó en libertad. La policía había advertido de todos los riesgos de la controversial decisión.
Exclusivo Colombia conoció que fue hallado el cuerpo un hombre, en zona rural de San Jerónimo, a dos horas de la cabecera. Según la investigación preliminar, se trata de Hernando Antonio Osorio Delgado, señalado de asesinar a su hermana Ana Delia Osorio Delgado el pasado 13 de mayo.
Este hombre fue capturado en fragancia por las autoridades, pero durante las audiencias preliminares, un juez declaró “ilegal” la captura, pese a las múltiples pruebas entregadas por las autoridades y fue dejado en libertad.

Ese mismo día, algunos familiares de la víctima, enfurecidos, intentaron tomarse la justicia por su cuenta y se ubicaron afuera de la estación de policía donde se encontraba el señalado, para agredirlo por la indignación que produjo la decisión del juez municipal.
Exclusivo Colombia conoció que, por distintos medios, la policía advirtió del riesgo que representaba este hombre para la familia de la víctima e incluso él mismo. Las autoridades avanzan en la investigación para establecer las causas de su muerte .
La misma decisión ocurrió ese mismo día en Bello, donde un hombre señalado de causarle la muerte a una mujer con un disparo en medio de una discusión fue dejado en libertad. Este año, 33 mujeres han sido asesinadas en Antioquia.
- Published in EXCLUSIVO
La inspiradora historia de una familia de “huesos de cristal”
Una madre y sus dos hijas comparten el mismo diagnóstico médico, viven en Medellín y revolucionan las redes sociales con un conmovedor mensaje ¿Cómo se movilizan? ¿Qué piensan de la discriminación? ¿Qué sueñan? Lea la entrevista en Exclusivo Colombia.
“El rol de madre ¡Ah, juemadre! Eso es muy verraco, es un compromiso muy fuerte”. Eso dice con orgullo Aida Yolima Rodríguez o “mamá Yoli”, como le dicen de cariño. La mujer de 60 años nació con Osteogénesis Imperfecta, también conocida como “huesos de cristal”, un trastorno genético en el cual los huesos se fracturan se rompe con facilidad.
Nació en Bogotá, pero hace 10 años viven en la capital de Antioquia y hoy revolucionan las redes sociales con sus particulares contenidos de recetas, amor por los animales e incluso se sienten orgullosas de llevar un mensaje de respeto por los seres humanos.

Christelle María Alvarado Rodríguez, una de las hijas de Yolima es Médica Veterinaria de profesión y habló de por qué su familia decidió mudarse a Medellín “eso fue hace 10 años, por temas principalmente de salud de mi mamá, el clima le estaba causando muchos dolores en sus huesos y ella tiene un problema respiratorio, entonces le recomendaron los médicos un clima más cálido y a mi hermana (Laurelin), le aprobaron la universidad aquí en Medellín, entonces decidimos venir a esta aventura”.
La otra hija de -mamá Yoli- también habló en Exclusivo Colombia sobre el diagnóstico que nunca las ha vencido y las ha convertido en lo que ellas llaman una -fuerza de amor- “mi nombre es Laurelin Alvarado Rodríguez, soy psicóloga y pues nuestro diagnóstico de Osteogénesis imperfecta lo heredamos de mi mamá que tiene la misma patología, entonces es de nacimiento “.
Laurelin, de 31 años ya logró uno de sus mayores sueños, convertirse en una profesional y habló de la cotidianidad que las rodea “sin embargo, al nosotras ser una familia con esta patología hemos adaptado nuestro entorno para hacerla de la manera más normal posible y más sencilla para nosotras, entonces digamos, en la cocina tenemos un banquito donde nos podemos subir a cocinar, en el baño ponemos sillas para que nos nos vayamos a resbalare incluso ponemos tapeticos”.

Tienen 5 mascotas, tres perros y dos gatos, todos tienen un lugar especial en su vida ye representan lealtad y compañía. La familia de “huesos de cristal”, dice que uno de sus grandes mensajes es que no existe una única manera de vivir y por eso rechazan la discriminación que hoy viven decenas de seres humanos en el mundo. Hoy revolucionan las redes con la cuenta @lasdelosperritos
La crónica:
- Published in EXCLUSIVO
Los secretos masónicos que guarda el Palacio Egipcio de Medellín: ¿los conoce?
Fernando Estrada, quien mandó a construir el Palacio, dirigía la logia masónica Sol de la Montaña. En los 80, otro masón, el pintor Camilo Isaza, dejó nuevas huellas masónicas de las que hoy poco de habla
En 1928 comenzó la construcción de la casa más excéntrica de Medellín. Fernando Estrada, un reconocido optómetra, se dio a la tarea de levantar un palacio egipcio, fastuoso, a pocas cuadras de la Basílica de Villanueva. Tardaron doce años para que el palacio estuviera completo, erguido absurdamente en el barrio Prado, cuando no existía la Avenida Oriental.
La construcción del Palacio costó 50.000 pesos y propició las habladurías de la gente. Los vecinos pasaban por allí y veían en el frontis la cara de la hermosa reina Nefertiti, y en lo alto, apuntando al cielo, el mirador astronómico, de figura fálica, desafiante. Algunos pensaron que el palacio era un templo pagano consagrado a un dios maligno, o una abominación que pretendía desafiar a la Basílica Metropolitana. Lo llamaron “La casa del diablo”. Estaban muy lejos de la realidad.

El palacio fue idea de Fernando Estrada, el optómetra que viajó a Francia a hacer sus estudios superiores y luego se obsesionó con el antiguo Egipto. Durante su errancia europea, el optómetra cruzó el Mediterráneo y conoció Egipto, el añorado país de Kemi, de la hermosa Nefertiti. Junto al Nilo, presumiblemente, se deslumbró con la cultura que luego quiso replicar en Medellín.
La construcción del palacio tenía mucho más que ver con la añoranza de una vieja religión que con una afrenta al catolicismo. Es cierto que Estrada lo levantó a unas cuadras de la Basílica, y también es verdad que él no era un hombre religioso, pero sí fue respetuoso. Hay fotos de Fernando Estrada en el atrio de la Basílica, tal vez después de una primera comunión o un bautizo.

Sobre el palacio egipcio se han escrito decenas de artículos de prensa. Basta dar una mirada en internet o en una hemeroteca para encontrar las descripciones de la casa o la historia del optómetra. Sin embargo, se ha comentado poco sobre los símbolo masones que guarda el palacio. A saber, Estrada era masón y hacía parte activa de una logia fundada en Antioquia.
Volvamos a la época en la que el optómetra desembarcó de su periplo por Europa y Egipto. En 1930, después de décadas de poder conservador, el Partido Liberal, en cabeza de Alfonso López Pumarejo, llegaba de nuevo a ostentar la presidencia de la República. Entre los círculos más liberales había optimismo frente a una apertura política e intelectual. Se habló entonces de la secularización entre el Estado y la Iglesia, por ejemplo.
Para esa época había dos logias masónicas en Antioquia: Sol de la Montaña y Sol de Oriente. La primera de ellas era dirigida por Fernando Estrada, la mente que maquinó el palacio egipcio en Medellín.

El Palacio estuvo ligado a la masonería desde la construcción. Estrada delegó los diseños de la obra en Nel Rodríguez, también masón. La familia de Nel Rodríguez estaba ligada de vieja data con el espiritismo y la masonería. La erección del palacio egipcio significó un triunfo de los librepensadores de la época; la fálica torre apuntando al cielo, a los confines de Anubis, el guardián de las tumbas, fue un desafío para la sociedad antioqueña, tradicional y camandulera.
No en vano fue que los vecinos vieron en el excéntrico edificio un templo abominable. El palacio, por supuesto, tiene tantos detalles masones como relacionados con el antiguo Egipto. En el centro tiene un amplio corredor que representa la transición entre el mundo de los vivos y el de los muertos. El mosaico que forman las baldosas tiene mensajes encriptados.
La pinturas masónicas
El Palacio fue heredado por los 14 hijos de Estrada, quien murió el 1 de septiembre de 1959. Los descendientes del optómetra vendieron el edificio a unos masones que lo tuvieron durante un tiempo. En la década del 80, no se sabe con precisión, otro masón, el pintor Camilo Isaza, dejó huellas en las paredes del palacio.

Camilo fue una figura reconocida dentro de la escena artística local. Dicen los que lo conocieron que era un hombre de modales muy finos, aristocráticos, y que andaba en carros lujosos. Cuentan que era “tremendamente culto” y muy sigiloso. Tan sigiloso era que Julio Londoño, compañero suyo de la Asociación de Artistas Colombianos, no se enteró nunca de que Isaza era masón.
Es muy probable que esa relación con la clase alta llevara al maestro Camilo a acercarse a la masonería. Fue un hombre abierto al mundo, con una cultura ecunémica; estudió en París y en Madrid. No es difícil imaginar a Camilo en los amplios salones, en los 80, trazando finamente las líneas sobre la pared. Las culturas confluyen bajo su creación, desde el antiguo Egipto hasta el Nuevo Mundo: en las pinturas se ven hombres y mujeres desnudos, de piel cobriza, que caminan entre cultivos de maíz.

Sobre Camilo Usanza hay poca información, pero afortunadamente se escribió un libro sobre su trabajo, que lleva por título Una obra atemporal. Ahí se compilan sus trabajos y se ve el virtuosismo alcanzado en el retrato. El escultor Salvador Arango, amigo suyo, cuenta que en Venezuela, en donde Camilo estuvo varios años, se perfeccionó como retratista. Allí inmortalizó a políticos y militares, consiguiendo una relativa fama.
En los murales de Isaza aparece Mozart tocando una flauta. Según Alberto Araque, el hombre que cuida el Palacio, esto es una alusión a los siete chakras del cuerpo. También aparecen hombres egipcios y fragmentos de un cielo estrellado.
El Palacio es un templo de la masonería en Antioquia y poco se ha hablado de ello. Desde Fernando Estrada hasta Camilo Iasaza hay historias masónicas por descubrir.
- Published in CIUDAD
Lectores a la hamaca: la historia de cómo transformaron una plaza de vicio en un centro de lectura en Santo Domingo Savio
Con libros y hamacas lograron cambiar la historia de una parte del barrio
El barrio La Torre es el último de Medellín. Está sobre el filo de la montaña, pegadito a Bello. La gente suele decir que es el último barrio de la ciudad. Pero allá, en cambio, dicen que es el primero, si se mira de norte a sur. Sobre La Torre se han dicho muchas cosas. En la prensa apareció una vez la historia sobre un cocodrilo que supuestamente comía gente. Decía el artículo que “los muchachos” de los combos lo utilizaban para deshacerse de los cuerpos dejados por la guerra.
Historias malas sobre el barrio, que hace parte de Santa Domingo y la Comuna 1, se han escrito por montones. Acá vamos a contar brevemente una historia diferente y en primera persona, cosa que no hacemos con frecuencia en Exclusivo Colombia.
La Alcaldía de Medellín anunció, en mayo de 2021, que restauraría la biblioteca España. Yo fui a cubrir el anuncio de la administración sobre la biblioteca. Después de la rueda de prensa, recuerdo, apareció un hombre que se identificó como Mesa, a secas, sin nombre. Al darse cuenta de que yo era periodista, Mesa se me acercó y me explicó que estaba buscando recursos para un proyecto de fomento a la lectura. ¿Un proyecto cómo? Él me lo explicó…
En 2020, durante la pandemia, a Mesa, cuyo nombre de pila es Juan Carlos, tuvo una idea germinada gracias al ocio de las cuarentenas. Con una hamaca y unos cuantos libros se parchó en el mirador de Santo Domingo Savio, una gran plancha de cemento desde la que se columbra el Valle de Aburrá. Ese sitio era utilizado desde hacía tiempo por expendedores de drogas. Solo ahí, recuerda Mesa, había cuatro plazas de vicio.
A Mesa lo miraron con recelo en un comienzo, pero él insistió en instalar la hamaca y leer un libro. Entonces, en medio del humo de la marihuana, empezó a invitar a otros. Así nació Lectores a la hamaca, un proyecto que, desde entonces, ha ido creciendo lenta pero constantemente. Hoy no hay rastro de las plazas de vicio que se habían apoderado de la terraza. Sí hay, en cambio, 7.000 libros, todos donados, de los que la comunidad puede disfrutar.

“Hoy tenemos un espacio recuperado, lleno de cultura. Los niños vienen y leen en las hamacas. Con libros y cultura logramos desplazar el vicio”, comenta Mesa, el líder del proyecto.
Además de las hamacas y los libros, Mesa y sus ayudantes han emprendido otras labores tan loables como el fomento a la lectura. Desde hace unos meses se dieron a la tarea de mejorar 100 casas. La tarea es enorme, porque es muy costosa y requiere de voluntarios que donen mano de obra. Pero, sin rendirse, van en 25 casas mejoradas.
En esa zona de Santo Domingo, que da con Bello, las casas son, en su mayoría, ranchos de lata construidos y tablas. Una de las beneficiadas es Floripina, una mujer de 74 años a la que le quedan pocas pretensiones en la vida. No quiere volver al Chocó, su tierra natal, a menos de que la azote un “castigo divino”, y ya no puede hacer pasteles, con los que se ganaba la vida, porque le operaron los ojos y el humo le sienta mal. Solo quiere vivir en su casa, tranquila, y que las goteras la dejen dormir. Ese sueño, por lo menos, lo logró de la mano de Mesa.
Lo más triste es que el proyecto no ha contado nunca con apoyo institucional. Los libros y las hamacas los han donado personas naturales y empresarios, lo mismo con los materiales para rehacer las casas maltrechas. “Hacemos un llamado para que esta alcaldía nos ayude. Aunque hemos iniciado unos acercamientos, no han prosperado. Siempre es lo mismo: promesas y promesas”, reclama Mesa.
Lectores a la Hamaca es más que un espacio de encuentro con la literatura. Las hamacas y los libros terminan siendo símbolos de resistencia de un barrio olvidado, estigmatizado, que quiere cambiar su realidad. Es, también, una manera de llevar a los muchachos por otros caminos.
Medellín fue la ciudad de los 6.809 homicidios en un solo año, la de los bombazos, la del miedo sin fin. Fueron años aciagos los que atravesó la ciudad, una urbe que había crecido a la fuerza en un valle interandino, próspero y muy fértil. Nadie se hubiera imaginado que la apacible villa de comienzos de siglo habría de convertirse en una trinchera de la guerra, del horror. Pero, así como tocó el infierno, se levantó, y aunque no volvió a ser la de antes, tomó un rumbo inesperado. Eso explica bien el surgimiento de Lectores a la Hamaca y procesos similares que han surgido en varias comunas.
La cultura fue para muchos un escape de la realidad que vivía la ciudad. Hay muchas de esas alternativas que sobreviven hasta el día de hoy. Es cierto que Medellín no es un remanso de paz. El año pasado cerró con 389 homicidios. La cifra es absurdamente más baja en comparación con el triste récord de 1991, pero una vida humana perdida es una tragedia para toda una sociedad.

Volviendo a Lectores a la Hamaca, Mesa ha logrado extender el proyecto a otros lugares necesitados de cambios sociales y culturales. Es una especie de franquicia que en otras regiones ha contado con apoyo del sector público, cosa que paradójicamente no ha pasado en Medellín.
Ya hay un Lectores a la Hamaca en El Aro, en Ituango, la tierra de Mesa; también hay uno en construcción en las comunidades indígenas El Pando y La Jagua, de Caucasia. Mesa sueña con que sus lectores se conviertan en una comunidad enorme, una comunidad con unas perspectivas de vida diferentes a las ofrecidas por el conflicto armado y la pillería.
Medellín, aunque tenga mucho por mejorar, no es la de antes, la de los años aciagos y la zozobra infinita. Y si es así es gracias a su gente, que se ha juntado para, desde las esquinas, decirle no a la guerra. Solo un arma ha empuñado toda esa gente: la cultura.
- Published in CIUDAD
“No recuerdo cuantas veces me han amenazado, ya perdí la cuenta”: Claudia Carrasquilla Minami

Siempre en su vida profesional ha estado rodeada de polémica, de detractores legales e ilegales, se siente orgullosa de su apodo, se hizo concejal con un discurso duro y en el recinto ya ha tenido varios episodios de confrontación. Dice que no le carga agua a nadie y ha resistido varios escándalos sin despeinarse. Claudia Victoria Carrasquilla Minami, pasó de lidiar con el crimen a lidiar con detractores que no le perdonan errores.
Siempre en su vida profesional ha estado rodeada de polémica, de detractores legales e ilegales, se siente orgullosa de su apodo, se hizo concejal con un discurso duro y en el recinto ya ha tenido varios episodios de confrontación. Dice que no le carga agua a nadie y ha resistido varios escándalos sin despeinarse. Claudia Victoria Carrasquilla Minami, pasó de lidiar con el crimen a lidiar con detractores que no le perdonan media.
El capítulo más reciente fue el 11 de mayo en el recinto del Concejo de Medellín, donde una plenaria se convirtió en un fuerte cruce de acusaciones entre Claudia Carrasquilla y el concejal del Pacto Histórico José Luis Marín, mejor conocido como “Aquino”, quien revivió varias controversias en las que se ha visto involucrada la hoy vicepresidenta del Concejo, pero que se remontan a tiempo atrás.
Marín, recriminó a Carrasquilla por supuestas deudas sin pagar durante su campaña al Concejo, así como a sus colaboradores y la supuesta utilización de falsos testigos cuando era funcionaria de la Fiscalía. Ambos, temas de los que esta última ha salido invicta hasta el momento. “La Dama de Hierro” arremetió contra Marín con vehemencia y el tema logró opacar en buena parte la plenaria, en la que los demás corporados fueron testigos de una confrontación más, de las que dice ella, ya está acostumbrada.
“En ese sentido, he sido atacada en el Consejo por ser mujer. La verdad, sí siento muchos ataques políticos. La violencia contra la mujer política es muy fuerte. Afortunadamente, las cuatro mujeres que en este momento estamos en el Concejo de Medellín, tenemos una buena estructura mental, porque creo que, si no, estaríamos como de psicólogos, no sé si a mis demás compañeras la atacarán como me atacan a mí. Pero realmente yo me he vuelto objeto de ataque en las redes por parte de la izquierda y de las bodegas que tiene tanto Daniel Quintero como tiene Gustavo Petro, en el que no me bajan de un insulto de perra, “paraca”, fea, abuela, lesbiana.
Me dicen todos los improperios que a ellos se les cruza por la mente y eso es violencia política contra las mujeres. Pero aquí seguimos”. Dice Claudia Carrasquilla.
Es de una afición desmedida por la Coca Cola y por la virgen de Guadalupe, que tiene como escolta principal en el escritorio de su oficina en el Concejo de Medellín, dice sin ruborizarse que es la responsable de más de 1.500 capturas en 10 años de trabajo en la Fiscalía General de la Nación y como jefe de la lucha contra el Crimen Organizado.
“Tengo que hablar de las primeras capturas que hice cuando llegué a la Fiscalía de Crimen Organizado como fueron las capturas en Itagüí. La verdad, cometían acciones pues lamentables en el municipio, como la desaparición de una niña que finalmente fue encontrada en la fosa junto a su amiguito simplemente porque traspasaron una barrera, la captura de una sicaria que se hacía llamar “la diabla” y que nosotros logramos también a través de unos vídeos y de una construcción con la Policía Judicial determinar que ella había sido la responsable de ese homicidio, simplemente también porque había transgredido una barrera.
Posteriormente la captura de “Carlos Pesebre”, que era un ícono en la ciudad de Medellín y poderlo capturar y llevarlo a juicio o lograr su condena. Después hizo unas maniobras para lograr salir en libertad de forma fraudulenta y nuevamente buscamos cómo se impusiera una medida de aseguramiento.
“Para mí eso es satisfactorio te puedo decir que en una cuenta que hicimos en alguna oportunidad en la fiscalía logramos más de 1.500 capturas en 10 años de trabajo, todas de Crimen Organizado, entre cabecillas de estructuras criminales mandos medios, funcionarios públicos, como miembros de la Policía Nacional que siempre estaban al servicio de las organizaciones criminales y jueces y funcionarios públicos, que también estaban a ese servicio de esas estructuras criminales”, afirma la exfiscal.

Uno de los episodios más complejos, lo afrontó como Fiscal, cuando fue la cabeza de la investigación y posterior captura del entonces Secretario de Seguridad de Medellín, Gustavo Villegas, también cuando fue amenazada en varias ocasiones por los principales cabecillas criminales de Medellín y Antioquia, incluso, descubriendo un plan de “El Clan del Golfo” en el que ofrecieron hasta $500 millones por su cabeza.
No, ya se me perdió la cuenta. Pero aquí estamos. Yo digo que si Dios nos coloca en una función, es porque de alguna manera tenemos que cumplir una misión en la tierra y nos va a proteger para ello. Pero si algún día también muero haciendo lo que me gusta, moriré feliz.
“Fue en un allanamiento que hicieron en el barrio La Gabriela a una estructura del Nordeste, del “Clan del Golfo”, donde encontraron una documentación que hacía referencia a un supuesto atentado, la Policía Judicial en ese momento informa de un escrito donde mencionan a Carrasquilla, marcada con unas cruces y el capturado dijo en ese momento que era una vaca que están recogiendo los miembros de la organización criminal acá en la ciudad de Medellín, un permiso que en su momento le pidieron a “Otoniel” para hacerme un atentado y que para eso estaban recogiendo $500 millones, para hacerme el atentado porque yo vivía encima de las estructuras criminales, eso fue pues como lo último y lo más reciente y realmente eso ocurrió en el año 2017 más o menos cuando yo era directora de Fiscalías en Medellín”, explica Carrasquilla.



Su salida de la Fiscalía no fue fácil, reconoce que fue uno de los peores días de su vida, por que no fue precisamente una despedida decorosa.
“Fue la forma como llegaron los dirigentes de la Fiscalía General de la Nación y sacarnos a nosotros que si bien es cierto sabíamos que eran cargos de libre nombramiento y remoción, no era la forma como nosotros esperábamos que se hiciera la transición de aceptación de renuncia para todos los directores, pero fue humillante, la verdad, la forma como nos trataron al momento de salir”, afirma.
En pocas preguntas y respuestas la hoy llamada “Dama de Hierro” se ha convertido en el eje de discusiones en el Concejo de Medellín, pero también en una figura de amores y odios. Quienes la conocen dicen que es inflexible, llegó a ser temida entre los delincuentes y ahora, como parte del Centro Democrático, acepta una gran admiración por el ex presidente Álvaro Uribe Vélez y es una implacable contradictora del ex alcalde Daniel Quintero, del que advierte es “una porquería”, así, también sin titubear.
¿Por qué terminar en la política después de ser una fiscal tan reconocida?
“Quizás siempre me gustó el tema político, aunque siempre fui muy aparte y apática de los temas políticos sobre todo porque era una funcionaria pública. Lo que hacíamos era perseguir precisamente esas castas políticas por temas de corrupción de vínculos con organizaciones criminales. Pero bueno, cuando yo salgo de la fiscalía general de la Nación, un amigo me propone lanzarme al Senado de la República.
Yo le presto como atención y empezó a explorar el tema, hablar con algunos partidos para mirar donde yo era bien recibida. Finalmente llegué al Partido Cambio Radical por el exfiscal Néstor Humberto Martínez.
Allí en efecto me dan el aval para el Senado de la República. Hice campaña durante el 2022. Fue exactamente lo mismo que la campaña para el Concejo de Medellín. Fue apunta de redes y a través de los medios digitales que me permitieron también recoger cerca de 14 .500 votos en todo el país”.
¿Cuál captura recuerda en especial de su época de fiscal?
Recuerdo mucho la captura de alias “Riñón”, un hombre que causó mucho daño en la ciudad de Medellín, en el municipio de Itagüí. Arrodillado, pidiéndome perdón para que yo no le capturara a la mujer Adriana. Eso lo recuerdo, ella estaba por testaferrato y enriquecimiento ilícito. Estuvo suplicándome arrodillado, un hombre tan malo como ese, que por favor no le sacara la orden de capturar a la esposa y finalmente también fue capturada”.
Si usted fuera mañana alcaldesa de Medellín, ¿cuál sería su primera acción?
“Acabar con todos los bandidos en la ciudad de Medellín. ¿Cuál es la fórmula? No negociar, no tenerlos en la cárcel de máxima seguridad como reyes, como están en este momento esos 17 bandidos, sino que por el contrario volver a crear el CEFCO, FACON y la persecución contra esas estructuras criminales, porque jamás un Estado puede rendirse ni un gobierno local, ni nacional puede rendirse ante los delincuentes como pasa con este gobierno nacional”.
¿De dónde salió el apodo de “La Dama de Hierro”?
Eso fue precisamente los delincuentes de Itagüí en una de esas primeras audiencias que hicimos cuando capturamos alias “Cobija”. No se me olvida. Él estaba muy dolido porque la policía judicial hacía referencia a la abuelita, que era la que recibía el dinero que cobraban de la extorsión y no sé quién le dijo que era la abuelita “puñalera” o algo así.
Él muy molesto. Se me arrimó y me dijo que porque estábamos diciendo que ella era la abuelita puñalera. Yo le dije que nada sabía de eso, que inclusive si a la abuelita lo hubiéramos querido involucrar en la investigación, lo hubiésemos podido hacer porque ella era la que recibía todo el tema de la extorsión.
Entonces es lo que me responde. Pues aquí todo el mundo dice que usted es “La Dama de Hierro” y a partir de ahí ya los medios de comunicación comenzaron a llamarme con ese apodo que llevo con mucho orgullo”.
Claudia Carrasquilla afirma que no tiene muy claro su futuro y que, con el apoyo de sus dos hijos, de 22 y 31 años, tiene la firmeza para seguir adelante, con todas las polémicas e insultos que se vengan. En su papel como Concejal, advierte que falta mucho por hacer, pero que su tema siempre va a ser la seguridad, la persecución a los criminales, los proyectos de fondo del Plan de Desarrollo y claro, denunciar la corrupción.
- Published in CIUDAD2, INVESTIGACIÓN
Los bailarines que revolucionan las calles de El Poblado
Un grupo de migrantes se roba todas las miradas con coreografías de alto impacto en algunos semáforos del barrio El Poblado de Medellín. Viven del baile y la generosidad de conductores y transeúntes y su sueño es demostrar todo su talento en competencias internacionales.
Family Crew es un grupo de 10 migrantes que se roba todas las miradas en el barrio El Poblado de Medellín. Siempre están juntos y uniformados. En cada cambio de semáforo se roban todas las miradas con un show de baile que preparan durante largas jornadas de ensayo. Su escenario son las calles, al sol y al agua y su público son los conductores y transeúntes que, en la mayoría de casos, terminan inquietos por la resistencia y disciplina del grupo en los shows que presentan cada dos segundos.
Charlys Luis, diector de Family Crew dijo que “nuestro deseo es viajar a Europa a representar a nuestro país y que tenemos familia y continuar adelante porque nosotros vemos por nuestras familias”.
¿Le gustaría conoce su baile coreográfico? Ingrese al siguiente video.
- Published in EXCLUSIVO
El sombrerón: espantos y brujerías del viejo Medellín
Un hombre ataviado con ruana negra y acompañado de dos perros encadenados se pasea por Medellín los viernes en la noche
“¡El sombrerón! ¡El espanto y el horror de los medellinenses!”.
Volvamos al siglo XIX, un par de décadas después de terminado el proceso de Independencia. Era Medellín entonces un pueblito recién designado capital de Antioquia.
Entre 1837 y 1839, dice la creencia popular, por ciertas calles del centro anduvo un personaje extraño, que aparecía en las noches de los viernes, pasadas las 8. En la crónica Espantos y Brujerías del Viejo Medellín, de Eladio Gónima, se hace una breve, pero rica descripción de ese personaje.
El cronista nos dice que todos hablaban del sombrerón, pero nadie sabía realmente quién era o cómo se veía. Lo que sí estaba claro es que su figura causaba espanto y escarmiento en los habitantes del viejo Medellín. Así se nos describe al que es quizá el espectro más propio y abominable de la capital de Antioquia:
“Al decir de las gentes, el Sombrerón estaba constituido de esta manera: una como figura de hombre con ruana negra, un gran sombrero, siempre jinete en una mula negra encasquillada (herrada) de los cuatro remos, llevando a lado y lado cogidos con gruesas cadenas, dos enormes perros negros, y acompañado de un fuerte viento que le servía de vanguardia”.
Al Sombrerón se le añadieron luego otras debilidades, como perseguir a los juerguistas que bebían y jugaban en las noches. Este espanto, como la mayoría que anduvieron por las montañas de Antioquia, tiene interpretaciones diferentes en otras latitudes. En Bogotá también hubo uno como el nuestro; en Guatemala, el nobel de Literatura Miguel Ángel Asturias lo incluyó dentro de sus Leyendas de Guatemala.
Eso no debe causar extrañeza ni causar demérito sobre la figura del sombrerón. Los mitos de América se constituyeron sobre los prejuicios de los conquistadores que, por ejemplo, aseguraron haber visto tribus de mujeres amazonas, luchadoras. Llegaron a estas tierras con sus mitos de la era grecolatina y los adaptaron. Los indígenas y los negros africanos, traídos como mano de obra esclava, hicieron su parte y aportaron sus mitos y creencias.

Una buena muestra de ello es el personaje Pedro Rimales, que varía de nombre según el país de América Latiana. En México y Chile, por ejemplo, lleva el nombre de Pedro Ardimales. Es un personaje que llegó al continente heredado de la tradición literaria popular de España y fue adaptado a cada región.
Pero volvamos al Sombrerón, lo que nos ocupa en este breve recuento. Dice el cronista que el espanto parecía venir de fuera de la ciudad, es decir, pareciera que su intención era entrar al pueblo únicamente a causar miedo y escarmiento entre los vecinos. “El endriago como que tenía su habitación fuera de la ciudad porque venía siempre del Camellón de la Alameda (Colombia) y nunca por otra calle”, relata la crónica.
A diferencia de la Madremonte y otras leyendas, sobre el Sombrerón se da poco contexto. No se conocen los motivos de sus apariciones nocturnas, ni por qué anda vestido de negro y con dos perros encadenados. No hay una historia que justifique su presencia en la ciudad. Sí se sabía, por lo que nos cuenta Gónima, el recorrido que el espanto emprendía cada ocho días:
“Llegaba al galope a la esquina de San Juan de Dios, cruzaba unas veces sobre la derecha y seguía en línea recta hasta encontrar la calle de detrás del Convento del Carmen, y llegaba a la Plazuela San Roque donde se volvía humo; otras veces continuaba su carrera hasta la Plaza, cruzaba por la calle del Comercio (Palacé), y llegaba a la Plazuela, y buenas noches”.
Nótese que la descripción no dice explícitamente que el Sombrerón atemorizara a la gente, pero sí dice cómo se convertía en humo, al mejor estilo de un espanto abominable, para perderse en la noche y solo aparecer al siguiente viernes.
La crónica de Gónima termina de manera humorística y dando entrada a la posibilidad de que el Sombrerón tuviera la complicidad de otros espantos:
“Parece que en las inmediaciones del Convento tendría el Sr. Espanto su lugar de descanso ya preparado por algún otro parecido a él, con puerta abierta, bien juntada, pues nadie había oído que se abriera o cerrara”.
Antioquia, tierra de mitos
El Sombrerón no es el único mito antioqueño. Hay mucho más, y más reconocidos, como la Madremonte, el cura sin cabeza y la rodillona. En su mayoría, son personajes que aparecen en otras culturas del continente. En Mitos y leyendas de Antioquia la Grande, libro del Javier Ocampo López, se hace un detallado recuento de cómo estas figuras míticas fueron tan importantes en la colonización antioqueña del siglo XIX.
Un personaje muy pintoresco es el de la vieja comilona, una mujer que aparecía cuando los peones de las minas y las fincas se arrimaban a los fogones a calentar su comida. Lo llamativo de la vieja es que es inofensiva, se limita a acercarse al fuego y coger con sus manos las brasas y comerse los plátanos asados.

Son decenas de personajes los que se pueden nombrar, pero tal vez ninguno con la riqueza de la diosa Dabeiba, quien enseñó a los catíos a sembrar y hacer canastos, a vivir en sociedad. Vivía la diosa en lo que hoy conocemos como la subregión del Occidente, entre el Paramillo y Urabá, donde llegaron los conquistadores españoles a dejar una estela de sangre en 1538. Aunque arrasaron con casi todo, no pudieron borrar de la memoria a la diosa.
- Published in CIUDAD










