Paola Patiño Restrepo, una mujer de 48 años que nació sin brazos, ha conquistado a miles de seguidores en redes sociales con su energía positiva y mensajes motivadores. Sin embargo, detrás de cada sonrisa, Paola enfrenta una dura batalla contra la depresión, mientras sigue luchando por encontrar oportunidades laborales y mantenerse activa, a pesar de las barreras que la sociedad le impone.
Paola Patiño Restrepo, a sus 48 años, es madre, abuela y auxiliar administrativa. Hoy, dedica su tiempo al hogar y se ha convertido en una figura viral en redes sociales, conocida por su energía contagiosa y mensajes llenos de alegría. Sin embargo, detrás de cada sonrisa que comparte con miles de seguidores, se esconde otra realidad: ella lucha en silencio contra la depresión “a pesar de que he tratado de ayudar a muchas personas a través de la motivación, me deprimo mucho porque mi vida no es la que yo soñaba y quería tener, porque soy y me gusta estar activa, hacer muchas cosas, pero me cierran muchas puertas”.
Paola, oriunda de Itagüí, Antioquia, llegó al mundo sin ambos brazos. Sus abuelos maternos, quienes la criaron, “fueron los que me enseñaron a enfrentar la vida. Me enseñaron a hacer todo con los pies, desde las tareas más simples hasta las más complejas”. Sin embargo, por miedo a que fuera víctima de agresiones o matoneo, decidieron no enviarla a la escuela. “En aquella época, las burlas y el rechazo eran comunes. Fue recién a los 15 años cuando me permitieron validar la primaria y el bachillerato”, abriéndole la puerta a una educación que siempre estuvo en pausa por el miedo de los demás.
Contra todo pronóstico, logró graduarse y, con la misma determinación, intentó construir un matrimonio que no duró. Pero de esa unión quedó su mayor tesoro: una hija. “Ahora ella tiene 20 años y dos hijos”. Hoy, viven juntos: su hija, sus nietos y su yerno. Mientras ellos trabajan, ella se encarga del hogar, convirtiéndose en el pilar de su familia.
Para Paola, el mundo laboral ha sido un desafío constante. Durante un tiempo, trabajó como recepcionista en la Alcaldía de Envigado, un logro que le permitió sentirse activa de la sociedad. Sin embargo, con el cambio de administración, también llegó el fin de su empleo. Esa puerta que había logrado abrir con esfuerzo, se cerró de golpe, dejando en el aire la incertidumbre de un futuro laboral.
“En mis hojas de vida nunca pongo que no tengo manos. Me llaman a entrevistas, pero cuando llego, muchas veces me dicen de una que no. En una ocasión fui a una empresa en Guayabal, cuando llegué, apenas vieron que no tenía brazos ni siquiera me quisieron hacer la entrevista y fue muy doloroso para mí”, dijo Paola con tristeza.
Paola insiste en que no tener brazos nunca ha sido un impedimento para rendir en su trabajo. Su deseo de trabajar sigue intacto, así como el anhelo de sentirse útil y activa “sufro de una enfermedad llamada escoliosis y tengo una joroba que también me impide hacer muchas cosas porque me asfixio mucho. Entonces, no puedo hacer deporte, no puedo caminar mucho y hacer muchas labores. Eso es lo que más me deprime”.
Dijo que, a pesar de su lucha contra la depresión sigue encontrando la fortaleza para compartir mensajes positivos con los demás. Le apasiona transmitir el valor de la autenticidad, especialmente en lo que respecta a la personalidad. “Con o sin brazos, lo que realmente importa es la esencia”, dice con convicción. Esa esencia es lo que ha conquistado a sus seguidores, quienes no solo ven en ella una figura inspiradora, sino una mujer que, a pesar de las adversidades, se mantiene fiel a quien es.
Canal en TikTok: @paolarestrepo421