El Dr. Jorge Gutiérrez revela en Exclusivo Colombia que ha participado en 1,700 trasplantes de riñón y decenas de procedimientos con otros órganos.
Jorge Iván Gutiérrez Montoya, cirujano de trasplantes del hospital San Vicente Fundación de Medellín egresó de la facultad de medicina de Medicina de la Universidad de Antioquia, en enero de 1990 y hace 33 años se ha dedicado a salvar vidas, bajo una de las misiones más complejas de la ciencia: los trasplantes.
No ha hecho uno, dos o diez procedimientos. El destacado profesional que está muy cerca de recibir su jubilación reveló a Exclusivo Colombia una impactante cifra: “he participado en 1,700 trasplantes de riñón, unos 500 de hígado, 20 de páncreas, hice el primer trasplante de intestino en este hospital en 2004 y he estado por ahí en unos 10 ó 15 más. Con la clínica CardioVid hacíamos trasplantes combinados, el paciente de ellos con falla cardiaca: ellos hacían del corazón y nosotros del riñón”.
A diario, su misión es en el quirófano. Dice que no le importa retirarse de reuniones familiares o suspender las vacaciones cuando el deber lo llama “los trasplantes para mi lo son todo, es lo que me mantiene con energía cada día. Hacer un trasplante es como un vuelo en paracaídas. Me produce la mejor satisfacción del mundo”.
Para el profesional Jorge Iván su profesión es un apostolado: “a mi me pueden llamar a media noche y yo no tengo problema con eso. Yo salgo desde donde esté. Puede ser 31 de diciembre, es una vida la que me necesita”. El doctor Gutiérrez, dice que no hay nada que compense
“Hace dos días trasplanté a un niño indígena de 9 años. El menor está en Medellín con el ICBF, asignado a una madre sustituta”, puntualizó el médico.
¿Recuerda algún caso que no haya sido exitoso?
Le pasó con un chico de 15 años que lo llevan por un acné, le habían mandado Acetaminofén y Trimetropín, que es muy tóxico al hígado. El menor empezó con fiebre, muy indispuesto y lo llevaron al médico general y él les dijo que lo que tenía era una infección. El muchacho sufrió una infección hepática aguda que terminó en un trasplante y cómo a los 8 días reportó otra falla, necesitamos trasplantar de nuevo porque ese hígado se dañó de nuevo, no había disponibilidad y falleció”.
Practicar trasplantes ha sido un carrusel con las emociones más extraordinarias que le ha regalado la medicina al doctor Jorge Iván quien, sentado en un escritorio contó que se siente orgulloso de contribuir en la calidad de vida de decenas de pacientes. “Yo estoy haciendo el curso de pre-jubilación, me faltan 7 meses para jubilarme. Pero en este último año me he puesto a pensar que esto es lo que yo amo y el hospital ya me hizo una propuesta para continuar. Yo me quiero quedar unos 5 años más”.