La vida de Brayan Ramírez cambió para siempre el 8 de marzo de 2024, cuando recibió una devastadora llamada en la que le confirmaron la muerte de uno de sus gemelos, tras caer de un piso 24, en un apartamento de Bello, quien estaba al cuidado de una niñera.
Entre el dolor de la pérdida y la impotencia, Brayan busca respuestas sobre las circunstancias que ocasionaron la muerte de su hija de dos años. La Fiscalía mantiene abierta la investigación con muchos interrogantes y él, desconsolado, enfrenta un dolor irreparable por la ausencia de Celeste.
Para Brayan Ramírez su vida nunca volvió a hacer igual. Tiene 28 años y tuvo mellizos en diciembre de 2021, pero uno de ellos, el 8 de marzo de 2024 dejó de acompañarlo. “es un tema que me pone muy sensible. Perder a mi hija ha sido el golpe más devastador que he tenido que enfrentar en mi vida”, dijo.
Fue la peor noticia de su vida “eran las 3:30 de la tarde cuando recibí la noticia de que la niña se había caído por la ventana. Yo estaba trabajando cuando recibí la llamada de su mamá”.
Los niños vivían con su madre en un apartamento del barrio La Gabriela, en Bello. Esa tarde, ambos se encontraban al cuidado de la niñera. Inexplicablemente, uno de ellos cayó desde la ventana de un piso 24 “saber que tuve a mi pequeña Celeste, mi angelito lleno de luz y alegría, y que ahora, por un acto de descuido, su presencia se ha esfumado para siempre, es algo que mi alma no alcanza a comprender ni a aceptar”, mencionó Brayan, con profundo dolor.
Ante semejante tragedia, los vecinos organizaron una velatón para esa misma noche. Todos acompañaron el dolor de los padres de la niña, sostuvieron velas y les ofrecieron abrazos de consuelo. Las palabras eran pocas y el silencio era profundo.
El domingo llegó otro momento de dolor. Las exequias de la pequeña se efectuaron en el cementerio Campos de Paz. Fue una ceremonia triste y difícil de describir “es como si el tiempo se hubiera detenido en el instante en que ella partió, y desde entonces cada día se ha vuelto más difícil de soportar. Aprender a vivir con esta ausencia es un camino solitario y oscuro. Sé que esta herida jamás sanará por completo, pero me esfuerzo cada día en aprender a cargar con este dolor, aunque el peso sea abrumador”, señaló Brayan.
La aflicción no solamente la padecieron sus padres, familiares y allegados a la pequeña, su hermano gemelo también tuvo secuelas ante la ausencia de su hermanita “el niño no hablaba, se veía muy cabizbajo, triste, empezó a bajar mucho de peso, no quería comer bien. El niño era muy gordito y bajó mucho de peso, o sea, se le se sintió mucho, pues por el duelo que estaba pasando”.
El vacío se colaba en cada rincón de la casa. Su ausencia se sentía en el coche doble que ahora es inútil, también en las dos sillas del carro, en los juguetes que el niño le gustaba disfrutar con su hermanita. La soledad se sentía más profunda al bañarlo solo, al verlo jugar sin compañía. Los padres, intentando adaptarse a la vida, sentían el peso de la ausencia en todos los lugares que frecuentaban. Los meses pasan, pero el hueco sigue allí, siempre presente, recordándoles que Celeste ya no está.
De acuerdo con el papá de la niña, después del incidente “la Fiscalía se llevó a la niñera para investigaciones, pero no se ha vuelto a saber de ella”. Ahora, meses después, el caso sigue abierto bajo la sospecha de homicidio culposo. Aún así, el dolor y la tensión en la familia los mantienen en silencio, tratando de evitar una guerra legal y de continuar con el duelo, en privado.
“No tengo intención de señalar a nadie directamente, pero sí anhelo que algún día se aclaren las circunstancias de su partida, que se tomen las medidas necesarias para que su pérdida no quede en el olvido y que, de alguna manera, su memoria inspire cambios que prevengan un dolor como este en otras familias. En las manos de Dios dejo este dolor, esperando que algún día nuestra historia sea escuchada y que quienes tengan responsabilidad encuentren el camino hacia la verdad”, concluyó Brayan, quien habló por primera vez de la prueba más difícil que hoy le impone la vida, tras la pérdida de uno de los amores de su vida.