Exclusivo Colombia revela los nombres de los cuatro cabecillas que tienen sitiado a Valdivia, un municipio del norte antioqueño en el que tres estructuras se pelean el control criminal y que en esa disputa cobraron la vida de seis militares y dejaron lesionados a otros cuatro, incluyendo a un civil.
Las preocupaciones que le manifestó el sargento segundo Diego Armando Marín López a su hermana a comienzos de la semana pasada, sobre que se encontraba en una de las zonas más calientes de Antioquia, se materializó en la tarde del pasado jueves cuando la detonación de una mina antipersonal acabó con su vida y cinco de las tropas que tenía a cargo cuando pasaban por un camino de la vereda Coposa, de Valdivia, en medio de una confrontación en el que se pelean el control de un corredor estratégico de drogas y el ingreso a una mina de un municipio vecino.
El sargento segundo Marín López estaba a cargo del Comando Conjunto n.° 5 de la Décima Primera Brigada del Ejército, que está a cargo de las operaciones en esta parte del Norte antioqueño. Allí, los frentes 18 y 36 de las disidencias de las Farc están cuidando un territorio que históricamente han tenido bajo su cargo desde hace décadas, pero que por su riqueza y ubicación estratégica se ha vuelto uno de los sitios más apetecidos por el Clan del Golfo.
Pero en esta disputa el grupo disidente de las Farc no se encuentra solo y, de acuerdo con informes de inteligencia, tendrían una alianza con el ELN, que les brinda acompañamiento y presencia armada a cambio de compartir las rentabilidades criminales en este sector, que se basan en el control de rentas criminales como la producción de cocaína, la explotación ilegal de oro y el paso de drogas desde y hacia la Costa Atlántica.
¿Qué estaban haciendo las tropas?
Pese al cese al fuego entre el Gobierno Nacional y las disidencias, que finaliza este miércoles y aún se desconoce si habrá prórroga, las tropas militares continúan los operativos en la zona, pero para el caso del ataque estaban realizando seguimientos al frente Julio César Vargas Torres, del Clan del Golfo, pero para ello era necesario ingresar a este territorio dominado por la organización guerrillerra.
De acuerdo con el general Juan Carlos Fajardo, comandante de la Séptima División del Ejército, “estábamos en operaciones contra el Clan del Golfo y entramos a una zona preparada por el Estado Mayor Central (como también se le conoce a las disidencias de las Farc), llegan al punto, nos hacen activar este campo minado, provocando la tragedia con nuestros soldados”.
En esta explosión, que de acuerdo con fuentes judiciales se registró a pocos metros de la escuela rural de la vereda Coposa, no solo murió el sargento segundo, sino también los soldados profesionales Jesús Manuel Casso Campo, Yeison Eduardo Gómez Chima, Rodolfo José González Núñez, Andrés Stiven Ramírez Castaño y Cristian Julián Torres Delgadillo.
También resultaron lesionados los soldados profesionales Alex Ferney Cuta Fernández, Cristian David Hurtado Riascos, Yoel Isai Pushaina y José Cristian Rengifo Benítez, a quienes trasladaron a hospitales de Medellín y según el Ejército se encuentran fuera de peligro.
Dolorosa conversación
El sargento segundo Marín López era oriundo de Yarumal, un municipio ubicado a una hora de la localidad donde ocurrió esta explosión. Le había dedicado 15 años y tres meses al Ejército y participó en varios operativos, pero en los días recientes le había manifestado su temor a sus familiares, tal como lo contó su hermana, Liceth Marcela Marín.
“Yo hablé con él hace 4 días, le escribí porque hace dos meses porque vivimos un caso muy duro con un amigo en el caso del M19 y a raíz de eso me preocupé más, cortamente le decía – Hermano, cuídate mucho, cuídate demasiado. Él estaba preocupado porque estaba en una zona roja. Yo le decía – Hermano, fortaleza, órale mucho a Dios, pero mi hermano tenía miedo como todo ser humano”, expresó la familiar.
Esa fue la última vez que hablaron, porque el oficial se concentró en su trabajo y en los operativos que se estaban realizando en la zona, en medio de las limitaciones que les daba el cese al fuego, porque en el camino se podían encontrar con estructuras que estaban dentro de este acuerdo, en teoría, o no.
¿Quiénes están detrás?
El control de esta zona por parte del Estado Mayor Central está a cargo de Edgar de Jesús Orrego Arango, alias Firu, quien es es cabecilla del Frente 18, y Erlinson Chavarría Escobar, alias Ramiro, quien lleva las banderas del Frente 36, según los reportes oficiales.
Orrego Arango, de 39 años, era primo de Ricardo Abel Ayala, alias Cabuyo, dado de baja en un operativo militar en Barbosa el junio del año pasado cuando era uno de los máximos cabecillas de esta estructura criminal. Después de esto, Firu asumió el mando de esta organización y se encargó de asumir el terror, principalmente, en el Norte antioqueño en Yarumal, Angostura, Campamento, Briceño, Ituango y Valdivia.
Por su parte, Chavaría Escobar nunca aceptó incorporarse al proceso de paz firmado en el 2017 y desde entonces continúo fortaleciendo las estructuras guerrilleras en esa subregión de Antioquia. En 27 de noviembre de 2020, en un bombardeo en Ituango, se rumoró que había muerto porque en medio de las inspecciones se encontró la prótesis de una de sus piernas.
Tiempo después se confirmó que seguía vivo y delinquiendo y hasta por medio de una llamada telefónica ordenó el desplazamiento del 40% de las veredas de Ituango en 2021, todo para mostrar su poderío.
El apoyo de este grupo disidente lo recibe a través del frente Darío Ramírez Castro del ELN, cuyo liderazgo está a cargo de Carlos Alonso Agudelo Gómez, alias Nelson o El Calvo, que además tiene presencia en el Nordeste y Bajo Cauca antioqueño.
Pero la ofensiva en la que murieron estos miliares iban contra las unidades del Clan del Golfo lideradas por José Ramón Zapata Pérez, alias Gavino, quien no solo tiene el control territorial en Cáceres y Tarazá, en el Bajo Cauca antioqueño, sino que es uno de los que abandera la incursión de esta estructura en el Norte antioqueño, con notorios avances en Campamento, Valdivia y Yarumal.
Estos tres actores criminales se están peleando en Valdivia, además del mencionado corredor estratégico para el paso de armas y drogas, está la disputa por el control de una mina de oro en el corregimiento San Pablo, de Cáceres, de la cual se menciona que tiene mucha riqueza y que para llegar a ella Valdivia es uno de los pasos clave.
Y en medio de esta disputa y los cese al fuego con ELN y Estado Mayor Central, el Ejército Nacional tiene que continuar trabajando por resguardar la soberanía, aunque tanto el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, y los mismos familiares del sargento segundo aseguraron que la suspensión de los combates solamente ha fortalecido a estas organizaciones criminales. “Eso no es ningún cese al fuego. Siguen matando a los militares , yo no sé para él que significa el cese al fuego. Están matando a hijos, hermanos, padres y esposos. Se están haciendo más fuertes. Ya no es un grupo armado sino que son dos, en contra. Se agruparon y ahora se ponen de acuerdo para matar gente buena”, concluyó Liceth Marín.