El crimen que delató la presencia del “Tren de Aragua” en Medellín
Tres singulares casos de homicidios en Medellín pusieron en alerta a las autoridades sobre las intenciones de la banda venezolana más sanguinaria, de copar sectores del crimen nunca antes manejadas en la ciudad por extranjeros. ¿Qué se sabe? ¿Quiénes son el “Tren de Aragua”? y ¿Por qué genera zozobra su presencia en la capital paisa?
La alerta por la participación en la criminalidad de migrantes venezolanos ya no da para ocultarse y así lo han entendido las autoridades de Medellín, que ya tienen líneas de investigación concretas, no solo por la cantidad de delitos cometidos en el último año en la ciudad, sino por la latente, aunque no reconocida presencia, de la calificada como la banda más sanguinaria de Sudamérica: “El Tren de Aragua”.
No es para menos. Según las cifras del Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia (SISC), dependencia de la Secretaría de Seguridad y Convivencia de Medellín, solo en 2023 se han registrado 24 homicidios de oriundos de Venezuela, 11 de ellos calificados como hechos de sicariato, ajustes de cuentas o con móviles relacionados con organizaciones criminales.
No obstante, hay otra cifra que preocupa tanto como la anterior. Solo este año, con corte al mes de noviembre, se habían documentado 1.725 capturas de venezolanos en Medellín, de ellos 890 por tráfico de estupefacientes, más de 390 por hurto y, con especial atención se reseña que, del total de extranjeros capturados por homicidio, que fueron 46, 44 tienen la nacionalidad del vecino país. Al menos tres de los casos de asesinato mencionan en sus líneas de investigación a la temida organización de “El Tren de Aragua”.
“En la ciudad de Medellín, casi que tenemos una ciudad intermedia venezolana. Tenemos algo así como 180.000 o 190.000 venezolanos registrados en la ciudad. Con el subregistro eso se puede ir casi a 240.000 o 250.000 migrantes venezolanos, eso equivale a cualquier ciudad intermedia. Sin estigmatizar, ellos vienen con una serie de problemas sociales, más los que tiene nuestra ciudad y muchos de ellos se ven inmersos en situaciones delictivas que los han llevado a perder la vida”, dice el secretario de Seguridad y Convivencia de Medellín, BG. José Gerardo Acevedo Ossa.
Así funciona el “Tren de Aragua”
Hay qué olvidar cualquier estereotipo de la mafia que se tenga como antecedente en Colombia. “El Tren de Aragua” no es una organización criminal típica, no hay jefes sofisticados que manejan los hilos delictivos desde lujosas mansiones, ni conducen autos extravagantes, tampoco tienen su principal negocio en el narcotráfico a gran escala.
Esta banda de origen venezolano se dirige desde una cárcel, que más parece una escuela de entrenamiento, un búnker, en el que ni siquiera pueden ingresar las autoridades del vecino país y donde los organismos de justicia advierten que se comenten todo tipo de crímenes en total impunidad.
Según investigaciones de la prestigiosa InSight Crime, el Centro Penitenciario de Tocorón, ubicado en el estado venezolano de Aragua, es el epicentro del poder de la banda multinacional que ya tiene presencia comprobaba en todos los estados de Venezuela, en Brasil, Chile, Bolivia, tiene en jaque a la ciudad de Lima, en Perú, y llegó a Colombia iniciando por la ciudad de Bogotá y la fronteriza Cúcuta.
El jefe o líder de este grupo criminal es Héctor Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”, hasta septiembre pasado encarcelado en Tocorón. Se dice con certeza hasta septiembre, por que en ese mes las autoridades del vecino país intervinieron con unos 11.000 uniformados ese penal y aún así este hombre logró huir sin que se conozca su actual paradero. Así lo confirmó el Ministro para Relaciones Interiores de Venezuela, Remigio Ceballos.
El penal de Tocorón no tenía nada que envidiarle a la mal recordada “Catedral”, la cárcel de Pablo Escobar en Envigado. En el interior se encontraron Piscinas, discotecas, e incluso restaurantes y bares que servían a los presos del “Tren de Aragua”. Durante la inspección a la prisión se encontraron 14 armas largas y dos cortas, 40 granadas antitanques y 400.000 municiones de diferente calibre.
Mientras, el mismo Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, expresó su preocupación en medio de una cumbre internacional. La presencia de esta banda es un hecho en Bogotá y Cúcuta, su mayor negocio es el tráfico de migrantes por Sudamérica y tratan de expandirse. Medellín está en la mira.
“Lo reconozco que el crimen dejó de ser nacional. Los crímenes hoy son transnacionales. Tenemos redes de criminalidad transnacional que han generado unos trastornos en diferentes lugares del continente, hoy día. Tenemos prácticas de secuestros o de extorsiones que incluso operan a través de organizaciones transnacionales. Ustedes lo conocen muy bien con el “Tren de Aragua”, en donde en Colombia, en Ecuador, en Perú, en Chile, es una organización que ha tenido un efecto en la población, sobre todo porque lo que hacen es pelear por economías criminales con organizaciones criminales locales y, obviamente, tratan de quitar esos mercados criminales en diferentes ciudades”, explicó el Fiscal General Barbosa.
¿Medellín en la mira del “Tren de Aragua”?
Medellín es la ciudad intermedia por donde en 2023 ya han circulado aproximadamente 500.000 migrantes hacia Urabá, Centroamérica y Estados Unidos, está en la mira del “Tren de Aragua”. Así lo deja en evidencia una alerta de Inteligencia de la Policía a la que tuvo acceso Exclusivo Colombia, que advierte que, aunque no se puede decir que hay una célula organizada actuando en la ciudad, hay al menos tres homicidios relacionados con la estructura criminal, que demuestran que ya tienen capacidad de acción y están, de manera paulatina, llegando a sectores nunca antes disputados por una organización criminal extranjera.
El 17 de octubre pasado, en la carrera 48 (La Bastilla) con la calle 50 (Colombia), en el cuarto 104 del Hotel Bastilla Real, ocurrió el homicidio que logró despertar el interés de los investigadores, no solo por la sevicia con la que se perpetró, sino por el contexto de la víctima, identificado como Miguel Enrique Bernal Motta. El hombre, conocido en el mundo criminal en Lima, Perú, como “El Mellizo”, recibió, según la Fiscalía Seccional de Medellín, 40 disparos a quemarropa. Según las autoridades peruanas, se trataba de uno de los más peligrosos sicarios del “Tren de Aragua”, que había huido a Medellín evadiendo a la justicia y a los enemigos que le encontraron para acribillarlo. Su hermano, Miguel Antonio, el otro “Mellizo”, fue capturado en Perú en noviembre pasado.
El trabajo conjunto de la Fiscalía y la Sijín de la Policía Metropolitana, contó con una ayuda extra: el sistema de cámaras de la Alcaldía de Medellín, que detectó la ruta seguida por los cuatro presuntos asesinos que fueron identificados y ubicados en tiempo récord, confirmando las sospechas: se trataba de un grupo de sicarios de origen venezolano al servicio, también, del “Tren de Aragua”.
Los cuatro fueron capturados y presentados el 20 de octubre por la Fiscalía, que logró una medida de aseguramiento en contra de Jean Carlos Enrique Narváez Mijares, Pedro José Madrid González, Greidy Yulimar Molina Pérez y Kevin Alberto Peraza Chirinos, alias ‘Yefri’, quienes deberán responder por los delitos de homicidio agravado, porte ilegal de armas de fuego de defensa personal agravado y hurto calificado y agravado.
Un segundo homicidio se produjo en la ciudad pocos días después. El 29 de octubre, en una vía del barrio Tricentenario, autoridades fueron alertadas de una lujosa camioneta Toyota de alta gama, de placas JPV 291 abandonada, en cuyo interior fua hallado un cuerpo envuelto en una cobija y amarrado fuertemente en cinta de color verde. Tenía una bolsa en la cabeza.
Las autoridades identificaron a la víctima como Felipe Alexander Torrealba Marín, de origen venezolano, uno de los 15 hombres más buscados en La Florida y en Texas, Estados Unidos, prófugo por delitos de porte de armas ilegal, posesión de cocaína, asalto y por quien se ofrecía hasta 25.000 dólares de recompensa.
El tercer homicidio ocurrió en plena zona rosa de El Poblado, frente a la Discoteca Dubai, donde después de salir a la puerta fue asesinado a tiros Juan Luis Cardozo Vásquez, de 34 años, venezolano, en comienzo sin antecedentes, pero que en la investigación se presume como móvil el ajuste de cuentas, según las autoridades. Ocurrió el 11 de noviembre.
Los tres casos fueron reseñados de manera individual en diversos informes, no obstante, la alerta conocida por Exclusivo Colombia, habla no solo de la relación causal de los tres crímenes, sino de una seguidilla de asesinatos de venezolanos en Medellín, en total seis casos en un lapso de 22 días, entre octubre y noviembre, incluyendo el de un hombre víctima de un hecho sicarial en el barrio Trinidad, el sicariato del administrador de un bar en el barrio Estación Villa y la muerte de un adolescente de 17 años agredido con arma de fuego por un adolescente de 16 años en el barrio Caicedo. Al menos en tres casos, las víctimas presentaron antecedentes.
“Los móviles de los homicidios de venezolanos hacen parte de una investigación por parte de la Fiscalía General de la Nación. Pero si comparo número de migrantes venezolanos con el de cuántos son los que participan en la comisión de delito, es un número, un porcentaje muy bajo, se han capturado en la presente administración 7 .600 venezolanos (2020 -2023). Ahora, la participación o la comisión de delitos o grupos de “Tren de Aragua” en Medellín no lo podríamos confirmar. Todavía es de que de acuerdo a los organismos de inteligencia de la Policía Nacional no tiene ese hilo y evidencias de inteligencia que pueda certificar la presencia del grupo en Medellín”, afirma el Subsecretario Operativo de la Secretaría de Seguridad y Convivencia, CR. (RA) Omar Rodríguez Aranda.
Lo cierto es que la alerta tiene con preocupación a las autoridades en el marco de un proceso de paz que se adelanta con los principales cabecillas del crimen organizado de Medellín, todos recluidos en la Cárcel La Paz de Itagüí y esperando el avance de las conversaciones con el Gobierno Nacional. Por el momento, cabe anotar que Medellín terminará, según las estadísticas del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia, como el año menos violento en cuatro décadas y una reducción del 38% acumulada en los últimos cuatro años, con los indicadores de homicidio más favorables de las principales ciudades capitales del país y en una aparente calma, que, no obstante, advierten las autoridades, podría romperse de irrumpir abruptamente una organización como el “Tren de Aragua”. En las calles se habla, en voz baja, de la presencia de este grupo, bien sea por una amenaza real, o bien, estiman las investigaciones, por cuenta de quienes se atribuyen ese nombre para amedrentar.
“Yo llevo dos años en Medellín. Llegué por que iba para el Tapón del Darién, pero aquí conseguí trabajo y me quedé. Por aquí me conocen, muchos me dicen “Aragua”, porque soy de allá. Del Tren no se habla duro en el Centro ¿me entiende?, por aquí hay mucho ‘pana’ que cobra ‘vacuna’ diciendo que es del Tren y uno que es de allá sabe que no, pero los que sí son, donde los pillen, los pelan. Esta gente dispara y luego pregunta, no les importa descuartizarlos. Yo no le digo más, porque uno sabe que por ahí andan”, dice un mesero de un restaurante en los alrededores de la Plaza Botero, venezolano al que solo llamaremos “Leonardo”.
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