Don Aldemar, guardián de uno de los páramos de Sonsón recibe por primera vez el servicio de energía a través de paneles de energía solar.
Este proyecto se da gracias a la alianza de tres grandes empresas: Tosh, Fotones y Masbosques.
Don José Aldemar Orozco vive solo en su finca, ubicada en la vereda El Popal en el municipio de Sonsón y desde hace 10 años, ha dedicado su vida a proteger 614 hectáreas de bosque nativo el cual posee uno de los páramos más importantes para la región y el país, gracias a la regulación hídrica y la lucha contra el cambio climático, del proyecto REDD+ Santa Ana.
Hace unos días, Don Aldemar, como cariñosamente le llaman todos, recibió en su finca a un grupo de más de 10 profesionales de las empresas Tosh, Fotones y Masbosques quienes, a través de una importante alianza, decidieron cambiar la vida de este morador de páramos, con la instalación de unos paneles solares. Esta importante labor, no solo mejorará su calidad de vida, sino que también busca promover el uso de energías renovables y sostenibles, fundamentales para la conservación de este tipo de ecosistemas.
Este bosque muy húmedo, es corredor ecológico y hogar de diversas especies de fauna y flora, como lo es el puma concolor, guaguas, armadillos, osos perezoso como también alberga yarumos blancos, chagualos y cedritos, entre otros.
Luego de un recorrido de más de seis horas desde Medellín hasta la vereda el Popal, por un camino muy húmedo y montañoso, el equipo de profesionales llegó a la finca con los paneles y otros electrodomésticos a lomo de mula para Don Aldemar, donde se realizó la instalación de los paneles, los cuales funcionan a través de un proceso de conversión fotovoltaica que transforma la energía solar en electricidad, una energía que promueve la independencia energética de las comunidades, no produce emisiones de CO2 y es limpia y económica.

Todo esto gracias a las alianzas. Desde el 2014 Tosh se puso a la tarea de medir, reducir y compensar su huella de carbono. Luego de implementar iniciativas en la reducción de consumo de recursos y emisiones, la empresa logró consolidarse con el certificado Carbono Neutro del INCONTEC convirtiéndose en la primera marca de su categoría del país, certificada esto gracias también a la importante labor de protección realizada en este importante páramo, mediante la ejecución del proyecto Banc02 Plus.
Valentina Echeverrí jefe de la marca Tosh manifestó su emoción por participar de este proyecto: “Nuestra empresa Tosh es certificado por el Icontec desde hace 7 años y empezó un programa con Masbosques y su marca Banc02 Plus con REDD+. Es por eso que llegamos hasta acá porque tenemos 10.776 hectáreas que preservamos de bosques con 100 familias las cuales son guardabosques que nos ayudan a conservar estos pulmones tan importantes para nosotros, son fuentes de oxígeno y tuvimos la oportunidad de conocerlo, visitarlo y beneficiarlo con energía eléctrica y gracias a esta unión, pudimos hacer realidad unos paneles solares para que pueda una de estas familias, disfrutar de los beneficios de la energía. Es demasiado lindo ver este propósito de la marca hecho realidad.”

Para Jaime Andrés Urrea director de la Organización Masbosques Colombia estas alianzas tienen alto impacto ambiental, económico y social: “Transformar una vida en comunidad es transformar el mundo. Estas pequeñas acciones que implican amor, dedicación y esfuerzo, son los motivos por los que trabajamos mancomunadamente. Las alianzas maximizan nuestros esfuerzos y nuestros resultados. Es una motivación diaria, ver como se replica este trabajo de nuestros aliados y nuestro equipo en todo el país, recuperando ecosistemas estratégicos, cuidando el agua y transformando la vida de las personas, especialmente de quienes cuidan nuestros bosques”.
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El equipo encargado de realizar el montaje de los paneles de energía solar era el del equipo de Fotones, una empresa dedicada a la implementación de sistemas eficaces con energías renovables alternas en Colombia.
Es por eso que, para Santiago Estrada líder de la empresa, manifestó su alegría al hacer parte de esta alianza y expresó lo desafiante del proceso debido al difícil acceso de la zona, para llegar al lugar: “Nos sentimos muy orgullosos desde Fotones por vincularnos con este hermoso proyecto y poder colaborar con esta hermosa causa de traer energía a una persona que ha dedicado toda su vida a la conservación de un ecosistema importante como lo es el páramo de Sonsón.”
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Don Aldemar por su parte, habló de como la llegada de la energía cambiará su vida: “Esto no solo cambio mi vida, sino que podré realmente tener una de verdad. Va a ser una vida diferente, voy a poder trabajar más cómodo, podré recibir la visita de mis amigos y familiares, podré estar conectado al mundo. Estoy muy agradecido porque además he aprendido a trabajar con el bosque, sin talar y cuidándolo.”

José Aldemar Orozco es socio BancO2 Plus y propietario del predio Santa Ana en el municipio de Sonsón, quien conserva cientos de hectáreas de bosque de las cuales 355 están certificadas bajo estándar de Cercarbono para la emisión de créditos de carbono desde el año 2014.
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Justicia climática y democracia ambiental: un diálogo plural y permanente
Por: Jaime Andrés García – Director ejecutivo Masbosques Colombia
Las discusiones ambientales han llegado a niveles históricos: academia, gobierno, autoridades y corporaciones ambientales, ciudadanos e instituciones públicas y privadas se han sumado al propósito de entender las exigencias e implicaciones del momento que vivimos, que cada vez nos acerca más a un punto de no retorno, para encontrar salidas conjuntas y oportunas.
Y pese a que hay una pluralidad en el debate y una visibilidad que nos alivia, no hay duda de que faltan voces importantes, pues las discusiones deben llevarse a las comunidades, a los sectores más vulnerables y a quienes, por décadas, han custodiado nuestros patrimonios naturales de forma anónima y altruista, pero también a los que han sufrido, de manera desigual, las consecuencias del cambio climático.
La democracia ambiental, un concepto que proviene del Acuerdo de Escazú, ratificado por Colombia en 2022, refuerza el derecho que tenemos todos los ciudadanos a vivir en un ambiente sano, es decir, nos entrega la capacidad, responsabilidad y posibilidad de definir el futuro ambiental de nuestra nación.
La protección de este derecho es fundamental para aquellos que por décadas han emprendido luchas en territorios críticos, a riesgo de las consecuencias que esto traiga, por conservar sus ecosistemas. El Acuerdo de Escazú crea tres líneas claras que van en esta misma dirección: el acceso a la información ambiental, la participación pública de todos los actores en las tomas de decisiones ambientales y las garantías de acceso a la justicia para los defensores ambientales.

No se puede concebir la definición colectiva del futuro ambiental sin la participación de todos los actores. Es ahí cuando la justicia climática y la democracia ambiental deben dialogar para facilitar la toma de decisiones, la resolución de conflictos y la anticipación a situaciones críticas.
Los cimientos de una sociedad se construyen sobre la posibilidad que tienen los ciudadanos de vivir en entornos sanos, seguros y saludables. La crisis climática, que convierte a Colombia en un país altamente vulnerable a sus efectos, nos demuestra que no se trata de un hecho aislado, sino de una realidad que se debe ver desde una óptica integral.
Los derechos constitucionales al medio ambiente sano, a la distribución equitativa de los recursos y a su conservación deben ir ligados a la protección de los derechos humanos y al reconocimiento de las desventajas que existen en las comunidades más vulnerables, que hoy impiden que su voz, tan necesaria, sea escucha en entornos decisivos.
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La guardia indígena de la Amazonía colombiana, la clave para proteger los bosques de la deforestación, la caza y pesca ilegal
Por: Mónica Álvarez
En el departamento de Guanía las comunidades y su guardia indígenas son ejemplo en temas de protección y conservación de sus bosques; estos ecosistemas son estratégicos en la lucha contra la Crisis Climática mundial por las grandes cantidades de carbono que almacenan.
Patrullan la tierra y los ríos velando por la seguridad y el bienestar de sus comunidades. Protegen a su gente y a su territorio de amenazas a sus formas de vida, como la minería, la pesca ilegal y la tala de sus bosques; estos que son los principales catalizadores en la lucha contra la Crisis Climática, debido a las grandes cantidades de carbono que almacenan. Así es la Guardia Indígena, quienes, en su libre determinación para ejercer su gobernanza forestal, se organizan y protegen a los suyos, a sus bosques, y con ello, al mundo entero.
Ese es el caso del resguardo Bachaco Buenavista, creado mediante la resolución 029 del 30 de abril de 1986, habitado por el pueblo Puinave en su gran mayoría. Está ubicado en jurisdicción del municipio de Inírida a dos horas del casco urbano, vía fluvial, en el departamento de Guanía, en las márgenes derecha e izquierda del Cañón del Bocón en la Amazonía colombiana. Desde allí, con la implementación del proyecto REDD+ Awakadaa Matsidali, a través del convenido de las organización Masbosques y Soluciones Proambiente, se vienen adelantando acciones para fomentar la reducción de la deforestación, proyectos productivos, y de manera especial, la conservación de más de 10 mil hectáreas de bosque.
Esta comunidad ha venido fortaleciendo su guardia indígena conformada por al menos 14 personas, principalmente hombres jóvenes y adultos mayores. Dentro de sus labores están la de patrullar y cuidar, con lo que tienen a su alcance, los bosques de los aserradores y los ríos de los pescadores que ingresan al Cagón del Bocón con mallas de pesca, lo que en algunos casos viola las reglas de pesca y se convierte en una problemática que pone en riesgo el ecosistema y la seguridad alimentaria de su comunidad. Cabe recordar que la Amazonía es uno de los sistemas fluviales más importantes del planeta por donde transitan cada año cientos de especies de peces migratorias.

Es por eso, que desde el proyecto se priorizó a través de la concertación de la comunidad la dotación y el fortalecimiento de la guardia indígena de la comunidad, para preservar y conservación de su territorio.
“La importancia de la guardia para nosotros es que monitorea el área donde vivimos, la guardia es la que hace cumplir el reglamento interno que tenemos en la comunidad de Bachaco. Lo otro es que la guardia también controla lo referente al medio ambiente, la fauna y la flora, ya que para nosotros es muy importante la conservación del medio ambiente, especialmente por el proyectos que estamos desarrollando que están enfocados en cuidar el medio ambiente. Por eso, se crea la guardia, para darle control a todo el área de nuestro resguardo y realizar los monitoreos de manera continua en nuestro entorno, en nuestro resguardo.” Así lo explicó Fabio Parra líder de la comunidad de Bachaco.
Es por eso que desde el proyecto REDD+ de Masbosques y Soluciones Proambiente que se está implementado allí, la comunidad priorizó a su guardia indígena, por lo cual se adelantó la compra de camisetas, sudaderas, gorras, botas de caucho, radio teléfonos de comunicación, chalecos, exploradoras, bastones ancestrales de mando en palo de Brasil y una deslizadora metálica con carpa y cojinería con capacidad para 10 personas con un motor de borda de 40 hp para lograr reaccionar a tiempo frente a cualquier emergencia o situación que se presente, facilitando el desplazamiento de la guardia y la comunidad en las zonas de monitoreo.

De otro lado, la comunidad de Carrizal, ubicada a dos horas de la cabecera municipal por el río Guaviare, conformada por los grupos étnicos el Sikuani y el Puinave, también ha priorizado el fortalecimiento de su guardia indígena para garantizar la seguridad y conservación de su territorio. Dentro de sus funciones, la guardia viene realizando labores de reforestación de algunos árboles nativos de la zona. Ellos también hacen parte del proyecto REDD+.
“Comenzó como una iniciativa de seis personas por la inseguridad que tiene la comunidad. Pero gracias a Dios, y al proyecto REDD+, se fortaleció con seis guardias más, para un total de 12 guardias de la comunidad que hoy en día están activos prestando su servicio. Dentro de sus funciones está la del cuidado y en el manejo del medio ambiente a través del monitoreo, en nuestro territorio, porque hay personas malintencionadas que pueden generar tumbas o quemas de árboles para afectar el territorio”. Dijo Alexis Mejía Gobernador Cabildo Carrizal.
El proyecto REDD+ Awakadaa Matsiadali también vincula a otras nueve comunidades y otros cuatro resguardos indígenas del departamento de Guanía, con el que se busca la remoción de 11,302,487 toneladas de CO2e para un periodo de 30 años. Como este proyecto REDD+ son varios los que se viene liderando el convenido de las organizaciones Masbosques y Soluciones Proambiente los cuales permiten a estas comunidades, liderar procesos de gobernanza ambiental y étnica en sus resguardos, mejorado en los últimos años, la vida de cientos de familias que reciben este incentivo por conservar sus bosques.



El mundo debe reconocer los esfuerzos de los pueblos indígenas y su guardia en sus tareas de conservación. Su trabajo es crucial en la protección de estos bosques primarios. Así como el trabajo de organizaciones como Masbosques, Soluciones Proambiente, aliados y empresas comerciales que le apuestan a una verdadera sostenibilidad.
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Keisy Caori, la joven indígena embera del Resguardo las Palmas en el Urabá que estudia Ciencias Ambientales para conservar en su territorio.
En alianza con la Unidad para las Víctimas, la Organización Masbosques entregó un portátil a joven Embera para continuar sus estudios de manera virtual.
A propósito de la Conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el mundo destaca el rol de las mujeres como líderes en sus comunidades y agentes del cambio para enfrentar la crisis climática. Las mujeres de comunidades, especialmente indígenas, contribuyen al desarrollo sostenible.
Es por esto que la educación, como mecanismo de inclusión y calidad educativa de los pueblos indígenas, comunidades negras, afrodescendientes y otras, sigue siendo uno de los retos de la política pública en Colombia. El acceso a la escolaridad con calidad educativa de estas comunidades y mujeres continúan siendo uno de los desafíos más importantes, si lo que se quiere es reducir las brechas educativas que perpetúan y agudizan la exclusión económica y social de estas comunidades.
A esto, se le suma el conflicto armado que viven estas mujeres desde sus comunidades desde tiempo atrás en el país, como también las distancias, falta de tecnología y acceso de las niñas y mujeres indígenas a la educación.
Hace un año, Keisy Caori Niaza, joven embera del Resguardo Las Palmas, ubicado a unos 10 minutos del municipio de Apartadó en el departamento de Antioquia, jamás habría imaginado que, a pesar de las muchas luchas que ha tenido que superar por cuenta de la violencia y la falta de oportunidades en el país, estaría hoy estudiando Ciencias Naturales e inspirando a otras niñas de su comunidad.

“Keisy ha sido una de las estudiantes pioneras en nuestra comunidad, atendiendo a la disciplina que se vio desarrollada durante esos dos años que yo he trabajado aquí en la institución. Su proceso formativo fue muy bueno, ocupando siempre los primeros lugares en los períodos académicos. Es una niña muy ejemplar, muy comprometida con la educación, una estudiante que focaliza muy bien lo que quiere, además, tuvo mucha participación en los eventos culturales, en todos los racionados con el institucional. Podemos decir que fue personera, participó en un evento que hicimos en las Olimpiadas de Matemática en el Colegio Mutis, donde salimos premiados con el primer puesto. Lideró diferentes proyectos en la institución educativa, como en este caso el grupo de danza.” Así lo expresó Alexander Murillo docente de la Institución Multiétnica Bagará.
Con tan solo 18 años, ha sabido reponerse y sobre salir en temas académicos, ambientales y artísticos en su resguardo, inspirando así a otros niños y niñas que sueñan con seguir aprendiendo y es por eso, que, en alianza con la Unidad Para las Víctimas del Urabá y el Darién, Masbosques hizo entrega de un equipo para que estudie este pregrado.
“Hoy estamos aquí, con la Unidad para las Víctimas, porque queremos unirnos en pro de una labor muy bonita en el resguardo Las Palmas. En este resguardo, hay una chica indígena que fue la mejor bachiller y que ha tenido admirables logros académicos quien actualmente está estudiando Ciencias Ambientales. Es por eso por lo que nos unimos para llegar hasta allí para entregarle un ordenador. El reto también es que otras mujeres de estas comunidades puedan tener acceso a formación y puedan empoderarse y transformar el territorio”. Así lo manifestó Sandra Duque subdirectora Organización Masbosques Colombia quien aseguró que su labor es digna de reconocimiento.

Caori y su familia, son víctimas del conflicto armado es por eso, que la directora de la Unidad Para las Víctimas Urabá y el Darién Leslie Paz, resalta la importancia de este tipo de vinculaciones en pro del bienestar de las comunidades que además de conservar, son sujetos de reparación en el país: “Esta alianza es muy importante para la Unidad Para las Víctimas en el fortalecimiento de las medidas de reparación para que se garantice una restauración del territorio, entendiendo que las víctimas del conflicto armado junto con la naturaleza fueron sujetos de graves violaciones a los Derechos Humanos. Unirnos en favor de las comunidades y la conservación del medio ambiente, es unirnos en favor de la reparación.”
La carrera que esta joven eligió es a distancia, por lo que este equipo portátil entregado facilitará su proceso formativo y el de los demás integrantes de la familia: “con este computador puedo realizar mi estudio porque es virtual. No tenía cómo hacer mis tareas, mis talleres o cómo conectarme a las clases. Gracias a Masbosques y a la Unidad para las Víctimas tengo esta oportunidad para seguir adelante. Mi mensaje para todas las niñas indígenas de las comunidades, de los resguardos, es que sigan sus sueños, que sigan adelante, que no se queden ahí, que luchen por tener algo y que no dependan de nadie.”
Desde Masbosques “Una de nuestras prioridades es trabajar en pro del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en ese camino, la alfabetización sigue siendo fundamental si lo que se busca es garantizar una educación inclusiva, reducir la pobreza de nuestras comunidades, lograr una educación equitativa y de calidad. Me complace saber que Keisy podrá avanzar en oportunidades de aprendizaje e inspirar a otras niñas y mujeres indígenas de su comunidad.” Sostuvo Jaime Andrés García, director ejecutivo de la Organización Masbosques Colombia.” Sostuvo Jaime Andrés García director ejecutivo de la Organización Masbosques Colombia.
Indicadores de Pagos por Servicios Ambientales en esta subregión.
Desde el 2021, la organización viene realizando labores de conservación en esta región del país, logrando así la conservación de miles de hectáreas de bosque y apoyando a las comunidades a través de su estrategia Banc02 de Pago Por Servicios Ambientales.
Solo en este resguardo se conservan 15 hectáreas de bosque nativo, el cual está conformado por al menos 140 familias y un aproximado de 400 habitantes. Para el caso de la subregión del Urabá, la organización Masbosques trabaja con 17 comunidades indígenas, cinco afros y se han restaurado 73,8 hectáreas de bosque y conservado 14.382,7.
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