Las drogas sintéticas en todas sus presentaciones, son las de más alto crecimiento en consumo en el mundo según la Organización de las Naciones Unidas, una de ellas, el llamado “Tuci” o mal llamada “Cocaína rosada”, es de venta desmedida en Colombia, incluso, fabricada con recetas que se consiguen libremente en Internet. Lo peor: es una mezcla que puede ser letal.
Ese polvo rosado que se expende de manera ilegal en los sitios de rumba más visitados de la ciudad es todo menos 2CB, que es la fórmula original creada en Países Bajos en 1.974 por el químico Alexánder Shulgin en un experimento para sintetizar una droga psiquiátrica. Lo que llaman hoy “Tuci” “Tucibí”, es una degradación de mezclas pulverizadas de manera casera, que no solo es altamente peligrosa para la salud, es potencialmente mortal y las recetas son tan precarias, que hoy incluyen ácido tartárico para darle sabor frutal, o bicarbonato para hacerla soluble y se ha encontrado, incluso, mezclas con colorizantes industriales para hacer que el polvillo resultante sea reflectivo con las luces de las discotecas.
Exclusivo Colombia estuvo rastreando en la Web decenas de páginas, post en redes sociales y otros canales, incluso en la llamada Deep Web, para encontrar, de manera insólita, más de 100 formas diferentes de conseguir recetas y fórmulas para fabricar el llamado “Tuci”, con herramientas tan básicas, como las que cualquier persona tiene en la cocina, pero con ingredientes tan peligrosos como la Ketamina (un sedante para caballos), cafeína pura y una gama de estimulantes, drogas psiquiátricas y hasta el ya conocido y mortal Fentanilo.
No se trata esta vez de un mito urbano. Las principales “cocinas” del llamado “Tusi” en Colombia, están en Medellín y el área metropolitana y esto lo tiene bien identificado la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación.
En septiembre del año pasado fue capturado y enviado a la cárcel alias “Peluca”, un coordinador de la reconocida banda de “Los Chatas” en Bello, identificado como Wilmar Alexander Palacio Aguirre, una especie de cabecilla de la distribución de drogas en el Valle de Aburrá y que era conocido como el “Rey del Tuci”.
“Peluca” es, tal vez, el más reciente “capo” de este tipo de droga en caer en manos de la justicia, no obstante, las autoridades presumen, por información de Inteligencia, que hay no menos de 20 cocinas ilegales, que, de manera clandestina, están surtiendo un negocio enorme en las calles de la ciudad.
La Fiscalía General de la Nación estima que el negocio de “Peluca” dejaba en promedio unos 2.000 millones de pesos mensuales a la organización. “Parte de ese dinero habría sido invertido en la instalación de laboratorios improvisados en apartamentos y casas de personas de confianza del investigado”, indicó en ese momento el director especializado contra las Organizaciones Criminales de la entidad, Carlos Roberto Izquierdo.
“Un gramo de “Tuci” en Medellín puede valer desde 40.000 pesos hasta 120.000 pesos, dependiendo del lugar de expendio. En este momento hay problemas con el decomiso de este tipo de droga. No tiene un olor particular, se consume en sitios cerrados, en discotecas, se hace venta a domicilio y a los turistas que vienen a la ciudad les encanta por que creen que es muy barata”, dice un investigador de la Fiscalía especializado en el tema.
Una historia de “película”
Esta droga no es nueva, ni el mundo ni en Medellín. La primera alerta y detección del “Tusi” en la ciudad se remonta al año 2007, cuando en informes de Inteligencia de la Policía Metropolitana se dio conocimiento del expendio de una nueva sustancia, una droga sintética, que se estaba vendiendo en las fiestas electrónicas y en discotecas de lujo. Era, para entonces, una droga muy costosa, cuya fórmula había sido importada y sintetizada por un hombre conocido con el alias de “Alejo Tucibí”.
Al mejor estilo del protagonista de la popular serie estadounidense Breaking Bad, Jesse Pinkman, en este caso, “Alejo”, se ingenió la forma de reproducir la fórmula química 4-bromo-2,5-dimetoxifeniletilamina (2CB), dando como resultado el polvo rosado, que muy pronto llegó tener un valor de hasta 250.000 pesos el gramo y como consecuencia, la mirada de los grupos delincuenciales, no solo de Medellín, sino de ciudades como Cali y Bogotá, que dominaban en ese momento el mercado ilegal de las drogas de “moda” como el éxtasis y las metanfetaminas.
En una de las alertas tempranas del Observatorio de Drogas del Ministerio de Justicia de 2016 se reseña: “En Medellín, la prevalencia de consumo de drogas en el último año es del 3.6% y es el grupo de edad más predominante entre los 19 y 29 años. Sin embargo, hay un subregistro relevante sobre el consumo de las nuevas drogas que son vendidas como alternativas legales a las drogas clásicas de abuso. El objetivo de este reporte es mostrar tres casos que muestran las complicaciones cardiovasculares, neurológicas y musculares asociadas con 4-bromo-2,5-dimetoxifeniletilamina (2CB), sustancia conocida en Colombia desde 2007. El consumo de 2CB está en aumento y es prioritario que los profesionales de la salud reconozcan sus riesgos”.
Según fuentes judiciales hoy, incluso, se puede conseguir un gramo de “Tuci” hasta en 25.000 pesos, incluso más barato que una dosis de clorhidrato de cocaína, conocido como “perico”, pero no es 2CB, y el peligro para los consumidores es muy alto.
“Receta casera”
El Dr. Hugo Gallego Rojas, toxicólogo de la Clínica de las Américas, docente de la Universidad de Antioquia, investigador y experto en sustancias psicoactivas con más de 30 años de experiencia, habla de la evolución de las llamadas drogas sintéticas y en sus estudios ha conocido casos que hablan de la peligrosidad de las mal llamadas “recetas caseras” del “Tuci”.
“Empezaron a hacer sustancias en las casas de manera artesanal. Y esto comenzó con, por ejemplo, con las metanfetaminas y anfetaminas cuando, a finales del 2000, o sea, en la década del 1990 del 2000. Entonces empezaban a mandar inicialmente en forma de pastillas, posteriormente empezaron a mandarlas en forma de polvo. Y aquí a crearse unos laboratorios clandestinos con prensas para tabletear eso y empezar a darle diseños.
Fue entonces, cuando empezaron a verse, por ejemplo, que había unas recetas caseras, que no necesitaban que trajeran desde Europa los principios activos, sino que algunos antigripales tenían, por ejemplo, unas sustancias vasoconstrictoras estimulantes que de ahí se podían sintetizar las anfetaminas”. Dr. Hugo Gallego Rojas
Lo grave es que ahora, lo que se ha podio descubrir es que no solo se pueden encontrar en páginas de Youtube y en diferentes redes sociales, las recetas, sino que cada una tiene componentes diferentes con hallazgos insólitos en las muestras que se han analizado.
“A esas recetas caseras que empezaron entonces a aparecer en Internet, que usted la puede elaborar en casa, comenzaron a copiar entonces y a agregarle otras sustancias porque los adictos en la calle, los clientes en la calle, querían experimentar o sentir síntomas o manifestaciones diferentes. Empezaron entonces a adulterarla con anestésicos locales, con anestésicos y posteriormente con anestésicos disociativos como la Ketamina que es una de las que está más presente hoy en día en los preparados del “Tucibí” que circula generalmente en Colombia, particularmente en Medellín, pero además de ello a ese “Tucibí” cada persona que empezó a producirla de manera casera, empezó a crear sus propias recetas. Entonces le ponían o le ponen sedante, le ponen tranquilizantes le ponen antiparasitarios, que tienen efectos o relajantes, para que las sientan efectos diferentes”, agrega el toxicólogo.
Cualquiera que sea el resultado de estas recetas, advierte el especialista, el resultado puede ser nefasto. Desde cuadros de alteración nerviosa, hasta los efectos bien conocidos de una mezcla, que ya el año pasado generó la alerta de las autoridades en la ciudad, cuando se encontró el “Tuci” mezclado con “Fentanilo”.
Lo cierto es que la acción de las autoridades en este aspecto es que la incautación es mínima en esta droga. El año pasado se incautaron en la ciudad, según el Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia de Medellín, casi 30.000 dosis de drogas sintéticas y menos del 1% de estas corresponde al “Tucibí”.